Durante 20 años, la saga Fast & Furious se ha convertido en la mejor serie de películas sobre el mundo del motor. Lo que empezó siendo una historia sobre chicos con coches tuneados que robaban material electrónico, acabó siendo una demostración de autos espectaculares que ganó varios seguidores.
Aunque existen escenas absurdas e inverosímiles con autos disparados de aviones y rascacielos, no podemos negar que nos mantienen al filo del asiento, rogando por que alguna de esas máquinas inyectadas de nitro, no sufran algún rasguño.
Te enlistamos los autos más emblemáticos que han aparecido en las 9 películas. ¿Cuál es tu favorito?
Toyota Supra (The Fast and the Furious)
Uno de los más destacados coches de A todo gas, no solo de la primera entrega, sino de la saga en general. En la ficción es conducido por Brian O’Conner (interpretado por el malogrado Paul Walker) y llega a perderlo en una carrera con el otro protagonista, Dominic Toretto (Vin Diesel).
Volkswagen Jetta (The Fast and the Furious)
El propietario del Volkswagen Jetta de A todo gas es Jesse, personaje interpretado por Chad Lindberg. Es uno de los coches de la saga más característicos debido a su decoración tunera. En el año 2016 la unidad que apareció en la película fue subasta y su precio llegó casi a los 40.000 euros.
Honda S2000 (2 Fast 2 Furious)
Vale, no es exactamente el coche más famoso de la franquicia, pero podría ser fácilmente el mejor. En primer lugar, es el automóvil más llamativo que aparece en la icónica escena de la carrera de apertura de la película. Solo hay que fijarse en la acertada combinación de color rosa para el exterior, el interior e incluso para el atuendo de Suki.
En segundo lugar, logra saltar un puente levadizo y aterrizar de una manera que arranca la mitad de la parte delantera y sigue adelante como si nada. Todo un resumen de la filosofía de toda la serie de películas.
Nissan Skyline R34 GT-R (2 Fast 2 Furious)
El que posiblemente sea el mejor coche de la segunda entrega. Es toda una institución entre los coches de la saga, a pesar de que su pintura no es tan llamativa como la de otros modelos de la saga. Ni falta que le hace. Eso sí, incorpora unas luces de neón azules en los bajos.
Mazda RX-7 (The Fast and the Furious: Tokyo Drift)
Otro que está modificado a tope. Tanto que con el kit estético y aerodinámico que luce, fabricado por Veilside, es prácticamente irreconocible a primera vista. Incluye un exterior pintado de naranja y negro, así como unas llantas de aleación cromadas y un alerón muy llamativo en su zaga.
Gurkha LAPV (Fast Five)
Si se incluye a Dwayne «La Roca» Johnson en el reparto de una película sobre carreras callejeras, no es recomendable meterlo con calzador en un hatchback japonés perfeccionado. Así que los productores de Fast Five tenían algo más amplio en mente para el hombre que tiene 10 campeonatos de la WWE.
Este monstruo con motor V8 pesa alrededor de 7.500 kg. y se parece más a un transporte de tropas blindado que a un automóvil. Solo lo vemos aplastando brevemente las calles de Río, pero es indiscutible que su presencia es impactante.
Koenigsegg CCXR (Fast Five)
Si una carrera criminal se acaba traduciendo en una gran riqueza repentina, ¿qué se puede hacer con ella? Si eres Roman Pearce, es posible que te apetezca algo muy exótico. Al final de Fast Five, llega orgulloso al garaje de Tej Parker en un Koenigsegg CCXR, afirmando que es el único en el hemisferio occidental. Eso es verdad solo hasta que el propio Tej saca un modelo casi idéntico unas secuencias después.
Chevrolet Corvette C2 (Fast Five)
La segunda generación del Chevrolet Corvette ya es de por sí un coche raro en estos días. No se ven muchos por la calle, y menos en las ciudades del viejo continente. Pero es que el que apareció en Fast Five es todavía más singular al tratarse de la versión Grand Sport Roadster. La pega es que no acabó del todo bien en la película: cayó al agua y feneció.
Ford Escort RS1600 (Fast & Furious 6)
Una auténtica delicia para cualquier aficionado al motor. Este norteamericano tiene un carácter y una filosofía muy diferente a la de los muscle cars norteamericanos, pero es lo que le hace precisamente diferenciarse y ser mucho más especial. Además, la configuración con la que aparece en la sexta entrega es espectacular.
Dodge ‘Ice Charger’ (Fast and Furious 8)
El personaje icónico interpretado por Vin Diesel ha impulsado una feria anual con pocas versiones del icónico muscle car, aunque ninguna resultará más extrema que la que aparece en Fast and Furious 8. Para empezar, su V8 tiene motor central y el coche en sí recibe una revisión masiva para ser conducido sobre hielo.
Pontiac Fiero 1984 (Fast & Furious 9)
Coche modificado diseñado por Sean Boswell y conducido por Roman Pearce en esta última entrega. Sean lo sube a un avión para que Tej y Roman lo lancen en caída libre. Earl activa el motor cohete y el coche entra en órbita con éxito.
Cuando Tej y Roman intentan destruir el satélite activando los imanes en el avión, los imanes fallan y Roman sugiere que la única forma de destruir el satélite es chocar contra él. Roman activa el motor del cohete y el Fiero hace contacto con el Satélite y lo explota, impidiendo que el Proyecto Aries cargue el enlace del satélite y frustrando así el plan de Otto.
Con información de Revista GQ