Por Diego González
Revista 360° conversó con el guionista Fernando Benavides y con el actor Damián Alcázar, quienes hablaron de los pormenores de Fausto —podcast ganador de los Spotify Awards (2020). Un podcast oscuro y violento. Por supuesto, esto es una recomendación.
>>En diciembre de 1991, se cometió el primer homicidio múltiple de la era moderna en México<<— así inicia Fausto.
Entre los 12 o 13 años, Fernando Benavides —guionista y director del podcast— conoció un hecho espeluznante. Una historia que se incubó por años dentro de él.
Fernando Benavides: Yo tenía la misma edad de Lorena —la chica que también asesinaron— y se me quedó esa historia porque justamente decían que era una familia decapitada.
Pasaron 28 años para que Benavides exorcizara esa historia. Sabía que alrededor había mucha violencia, dolor y tristeza. El escritor no quería escribir una nota roja, pero ese era el riesgo por la naturaleza de los hechos.
Visitaron hemerotecas, verificaron las versiones, observaron el lugar de los hechos. Hablaron con agentes del Ministerio Público, peritos, conductores de ambulancia. Uno de los policías judiciales que llevó el caso, aún conserva los archivos, porque —según Benavides— fue el caso más importante de la vida de los investigadores.
F.B: Ahí, bueno, venían las fotos de todo, cómo estaba el lugar. Pudimos vivir el homicidio. A parte de que fuimos a la casa, pudimos ver los cuerpos tal cual como fueron encontrados.
El nombre Fausto fue inspirado de un archivero que guarda cientos de actas de levantamientos de cadáveres. Una de las tantas memorias criminales de la humanidad.
F.B: Cuando yo leí el acta de lo que ocurrió, de las violaciones, fue muy triste para mí, más que fuerte, sabía cómo iba a terminar el caso, fue realmente doloroso, el leer la declaración del criminal de cómo hizo las cosas.
La casa de Benavides se llenó de un ambiente tenso, la mesa de la sala estaba llena de documentos, la historia le pedía ser escrita. Algo de esos personajes —que hace casi tres décadas atrás habían sido asesinados— le pedían terminar de escribirla.
F.B: Una noche, me desperté con un muy mal sabor de boca, pero sobre todo con un sentimiento de infinita tristeza por lo que ocurrió. Han de haber sido las tres de la mañana, más o menos, en el que desperté con ese pesar en los hombros. Bajé, abrí la computadora y escribí la última parte del relato, que es la última parte donde ocurre todo.
Después de escribir los guiones, en la cabeza de Benavides resonó la voz de quién debería narrar la historia. Buscaron a Damián Alcázar y lo primero que les pidió, fueron los borradores de la historia.
F.B: Cuando lo vimos y cuando empezó. Cuando fue la primera frase, era así de claro, o sea, este papel era para él.
Damián Alcázar: La verdad es una historia terrible, tremenda, brutal. No sé cómo calificarle, porque fue un hecho real y, sí, la capacidad de maldad de los seres humanos que a mí me sorprendió.
Cuando le propusieron hacer parte de la producción del podcast, Damián Alcázar pensó que era una causalidad, porque justo estaba leyendo Fausto, de Goethe.
D.A: Qué cosa terrible. Claro, cuando estás ahí, como ejecutante que es, que te metes, ahora sí, en las circunstancias. Yo decía: ‘Si yo quiero, realmente, pensar en Fausto, pues Fausto es el bien y el mal en el espíritu humano. Aquí es un narrador, no tiene nada que ver, pero muestra, justamente, esa dualidad en los seres humanos’.
Fausto se grabó —en dos días— en la casa de Benavides. Fue un trabajo, arduo, enérgico, creativo y en equipo. En las paredes de la casa pendían las fotografías del crimen. Reprodujeron los testimonios y las voces tomaron vida. En un momento, Alcázar pensó que era extraordinario que, entre tanta realidad, al único que se le permitiera jugar con la ficción, fuera a él.
A cada tanto, para prenderse, inspirarse o tomar fuerzas, Alcázar se asomaba a ver las fotografías, los recortes de prensa, de aquella época. Así consiguió narrar, lo que él llama: una inusitada historia de los seres humanos.
D.A: Fue como un aquelarre, una orgia de sangre, extrañísima, de tres tipos simplones, que de repente entran en un mundo que los hace unos demonios. Esos son unos muchachitos, unos seres humanos, unos obreros simples. Qué cosa más extraña. Entonces, eso es lo interesante de la historia del Fausto. ∼
[Pregunta fuera de contexto] ¿Se ha asustado al conocer un personaje?
D.A: Una película basada en Luis Alfredo Garavito, se llama Crónicas, es de un gran director ecuatoriano, Sebastián Cordero. Allí sí me fui, pero de… —en México decimos, me fui de nalgas—. ¡Qué es esto! Sebastián Cordero, como buen director, me dio otro libro, de otro colombiano insigne en la oscuridad, que se llama Daniel Camargo, un tipo que se pudo escapar de la Gorgona, nadie lo había hecho… es un hombre brutal, lo agarran en Quito, después de haber matado a más de 79 mujeres… y Pedro Alonso, el monstruo de los Andes, el que mataba niñas, y lo agarran en Perú… todo eso tuve que meterme y encontrar al personaje, es una de las películas que me ha enseñado a mí, cómo se hace el cine.∞