Revista 360 GradosRevista 360 Grados
  • Local
  • Nacional
  • Internacional
  • Política
  • Opinión
  • Deportes
  • Entretenimiento
  • Estilo de Vida
  • Tecnología
  • Revista Digital
    • Revistas de 2023
    • Revistas de 2024
Está leyendo: Fernweh: Extrañarte estando lejos…y cerca.
Compartir
Aa
Aa
Revista 360 GradosRevista 360 Grados
  • Local
  • Nacional
  • Internacional
  • Revista Digital
  • Política
  • Opinión
  • Deportes
  • Entretenimiento
  • Estilo de Vida
  • Tecnología
  • Local
  • Nacional
  • Internacional
  • Política
  • Opinión
  • Deportes
  • Entretenimiento
  • Estilo de Vida
  • Tecnología
  • Revista Digital
    • Revistas de 2023
    • Revistas de 2024
Have an existing account? Sign In
Redes Sociales
© Revista 360 Grados - Instrucciones para vivir en Puebla - Aviso de Privacidad
Revista 360 Grados > 2017 > dic2017 > Fernweh: Extrañarte estando lejos…y cerca.
2017dic2017Opinión

Fernweh: Extrañarte estando lejos…y cerca.

Revista360
Última actualización: 2017/12/13 | 2:19 PM
Publicado por Revista360 Tiempo de Lectura: 5 mins
COMPARTIR

La mayoría de las personas creen que cuando me encuentro de viaje soy la más feliz del mundo y el 99.9% del tiempo lo soy, a excepción de esa extraña sensación que tengo cuando me llega ese aire como el que le llegaba a Juliette Binoche en la película de Chocolat. No importa dónde me encuentre, siempre lucho contra mí misma y contra la tecnología para poder estar presente en el momento y vivir el aquí y ahora, pero debo admitir que ese aire a veces resulta ser más que una brisa, es un tornado de sentimientos.

Hace ya varios años, cuando comencé a tomar más en serio esto de viajar y hacer mi bucket list viajera en Pinterest, me encontré con una imagen muy inspiradora e incitante en donde describía a la perfección, sin previa investigación, a Carmen Aranda. Probablemente era mi emoción de poder sentirme identificada con más personas que «sufrían» exactamente lo mismo que yo: esas personas con el espíritu viajero que no logran calmar su sed de explorar y que sienten esta constante necesidad de estar donde no están (si es que esto tiene sentido).

Después de una breve investigación y una decena de blogs leídos (y suscritos) pude referir mi comportamiento a una palabra que, hasta ahora, describe absolutamente todo lo que tengo hecho nudo en mi garganta. Yo no sabía que había una explicación precisa a lo que ni yo lograba entender, lo cual me hizo muy feliz.

Unas horas antes, ese mismo día, justo cuando casi salgo a tatuarme en el corazón, estaba corriendo en el parque porque tenía que recuperar mi condición física para hacer una carrera a la cual me había inscrito sin pensar que iba a regresar con 3 kilos de más gracias a todas las hamburguesas que había devorado en mi viaje a Nueva York. Iba muy feliz controlando mi respiración y dando gracias porque ya no estaba entrenando en un clima de 3°C con viento ni tenis helados. Me sentía tranquila al saber que estaba de regreso en casa, pero en cuanto llegué al kilómetro 5 me llegó un aire muy familiar y me di cuenta que ya estaba planeando mi siguiente viaje. 

No pude impedir enojarme, sentí mi sangre hervir por todo mi cuerpo y fue inevitable recordar cómo literalmente 24 horas antes estaba sentada en el asiento 22F, esperando despegar, reprimiendo mi lágrima de cocodrilo, con ansias de regresar a casa y disfrutar del domingo tomando café y comiendo pan de Hackl. ¿Acaso no era eso lo que quería? Me desesperé tanto conmigo que no terminé de entrenar los 10 kilometros que tenía que correr y al sexto desistí para regresar a prender mi laptop y buscar «Los mejores destinos para viajar en 2017» de National Geographic.

Entre ellos estaba Argentina, Japón, Rusia y Canadá pero, como siempre, no lograba concentrarme porque algo me estaba molestando y decidí entrar a Pinterest (que es donde normalmente me calmo al ver todas esas fotos de viajes exóticos y citas perfectas para títulos de Instagram). Unos minutos más tarde, o menos, probablemente 2 horas después, me llamó la atención cómo una sola palabra logró describir todo lo que sentí esa misma mañana: Fernweh, un anhelo de viajar, sentir nostalgia de un lugar que nunca has visitado.

Al final del día acepté que ese aire tormentoso termina siendo el que me impulsa a seguir mi trayecto. Antes lo apagaba con intentos de trabajar en una oficina de lunes a viernes de 9 a 5 o con mentiras y susurros: «Este es el ultimo viaje que hacemos», le decía. Pero nunca ha sido el último. He hecho las pases con él y gracias a la época en la que vivimos, pudimos hacer un acuerdo y dejar a un lado nuestra relación de amor-odio. Lo llamo, le pido que venga a abrir mis ojos a todo lo que debo aprender, es quien me ha enseñado a ser fuerte aún siendo la más vulnerable, trato de darle su lugar y cuando comienzo a sentir esa inquietud por estar en donde no estoy, le doy las gracias por hacerme valiente y entender que al estar cerca también es valido sentirse lejos.

Interesante para usted:

El PAN local se muere… pero la ultraderecha hace negocios

Lalo Rivera y el cardio del cinismo

El ocaso de Eduardo Rivera: el panismo ya no lo reconoce ni lo necesita

San Andrés Cholula: El bastión que ni el olvido ni los buitres pudieron tomar

El cártel inmobiliario de Puebla

TEMAS: Carmen Aranda, Columna_Carmen, Karmaranda
Compartir esta Publicación
Facebook Twitter Flipboard Whatsapp Whatsapp LinkedIn Telegram Email Copiar enlace Imprimir
Publicación Anterior Los diez mandamientos de AMLO
Siguiente Publicación El infierno en un vagón

Redes Sociales

FacebookMe Gusta
TwitterSeguir
InstagramSeguir
YoutubeSuscribirse
TiktokSeguir

Podcast

Redes Sociales
© Revista 360 Grados - Instrucciones para vivir en Puebla - Aviso de Privacidad