Darinka Rodríguez | Verne
Francisco Toledo (Juchitán, Oaxaca, 1940), era más que un artista plástico: fue promotor cultural, activista por la defensa del maíz y un duro crítico de la política mexicana. Este jueves, Toledo falleció a causa de una complicación médica derivada del cáncer a los 79 años.
Su obra siempre fue mucho más allá de lo plástico. En diciembre de 2014, tras la desaparición de los 43 estudiantes normalistas en Ayotzinapa, Toledo diseñó y armó 43 papalotes (palabra que proviene del náhuatl papalotl, que significa mariposa) que fueron elevados en Oaxaca por alumnos de primaria. “Fue un gesto que preparamos con los niños de la escuela”, explicó el artista en una entrevista con EL PAÍS en 2015.
En diciembre 2014, #FranciscoToledo diseñó y armó 43 papalotes que fueron elevados en Oaxaca por alumnos de primaria.
Llevaban los rostros de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, víctimas de desaparición forzada en Iguala, Guerrero. pic.twitter.com/tBQORMZsd1
— Secretaría de Cultura (@cultura_mx) September 6, 2019
Los rostros de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos se elevaron en el cielo de Oaxaca. “Hay una costumbre del sur: cuando llega el Día de Muertos se vuelan papalotes porque se cree que las almas bajan por el hilo y llegan a tierra para comer las ofrendas; luego, al terminar la fiesta, vuelven a volar. Como a los estudiantes de Ayotzinapa los habían buscado ya bajo tierra y en el agua, enviamos los papalotes a buscarlos al cielo”, contó el oaxaqueño.