Javier Pastor | Xataka
Estamos rodeados de nuevos vehículos eléctricos personales que facilitan que nos desplacemos de un lado a otro con facilidad: patinetes, bicicletas o monociclos nos acompañan desde hace tiempo, pero otras ideas afloran no para llevarnos a nosotros, sino para cargar con lo que necesitemos de un lado a otro.
Es el objetivo de Gita, un robot eléctrico y autónomo que nos sigue donde vayamos y que es como una pequeña «nevera andante» con dos ruedas que permite que no tengamos que cargar con pesadas bolsas o mochilas.
De la Vespa a los Gita
La responsable de esta creación no es otro que Piaggio, célebre fabricante italiano de motocicletas como la mítica Vespa y que ya hace tiempo creó una especie de laboratorio de ideas en Boston llamado Piaggio Fast Forward (PFF).
Este grupo de investigadores ya ofreció un vistazo al primer prototipo de Gita y de otro robot llamado Kilo en 2017, pero se han dedicado a refinar el producto en los dos últimos años, y hoy tenemos el primer resultado de ese esfuerzo: la versión definitiva de Gita.
Estos robots autónomos saldrán a la venta el próximo 18 de noviembre de 2019, y lo harán a un precio ciertamente elevado: costarán 3.250 dólares, algo que desde luego hará que muchos se planteen si no compensa más hacer ese esfuerzo extra y cargar con las cosas como siempre lo han hecho.
Gita tratará de convencernos de que no es así. El robot tiene una capacidad interior de 38 litros y cuenta con una serie de cámaras en su parte frontal que permiten que circule de forma autónoma y que también son la clave para seguir a su propietario, al que reconocen en base a su forma para diferenciarlo de otros viandantes.
No parece por tanto que sigan al propietario a través de una señal que por ejemplo provenga de un dispositivo móvil. Gita puede circular a velocidades que se acercan a los 10 km/h y cargar con hasta 18 kg, y se mantiene a una distancia aproximada de entre uno y dos metros de su propietario según la velocidad a la que este se desplace.
Amazon ya había explorado una idea similar con sus robots Scout, pero Gita es un robot personal que eso sí, tiene limitaciones importantes en cuanto a los terrenos por los que puede moverse: lo pasará muy mal (o no pasará directamente) en barro, hierba alta, arena o nieve. Tampoco puede subir escalones y las pendientes deben tener una inclinación máxima de 16°.
Tampoco es un producto ligero: de por sí pesa casi 25 kg, lo que hace que si tenemos que cogerlo y encima va cargado el robot hará que tengamos que hacer un esfuerzo importante. Puede no obstante ser una ayuda interesante para ciertos escenarios, pero ese precio desde luego será un gran obstáculo para quienes estén interesados en esta singular «mula de carga» adaptada a los nuevos tiempos.