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La era del turismo espacial ha comenzado. Los primeros viajeros han sido multimillonarios con la posibilidad de hacer historia. El primero en conseguirlo fue el empresario británico Richard Branson que viajó a las puertas del espacio. El siguiente, Jeff Bezos que alcanzó los 106 km de altitud a bordo de su nave New Shepard, pilotada por ordenador. A estos dos nombres, se une el de Elon Musk, cuyo objetivo va más allá de ver nuestro planeta: “Fundar una ciudad en Marte que tenga un millón de habitantes en el año 2050”.
Los tres ya fundaron sus compañías aeroespaciales: Virgin Galactic, Blue Origin y SpaceX, convirtiéndose en pioneros del turismo interestelar, un sector que esperan liderar para cuando sea un reclamo de masas en las próximas décadas.
Jeff Bezos, fundador de Amazon y el hombre más rico del mundo según Forbes viajó en un cohete cuyo nombre homenajea al que fuera primer astronauta americano, Alan Shepard, en 1961.En este primer viaje el objetivo fue superar la barrera de los 100 km de altitud, atravesando de esta manera la línea imaginaria de Kármán, que es conocida como frontera entre la atmósfera terrestre y el espacio exterior.
Bezos estuvo acompañado por su hermano Mark, la pionera de la carrera espacial Wally Funk y el estudiante Oliver Daemen. Funk, con 82 años, y Daemen, con 18, son respectivamente la persona de más edad y la más joven en viajar al espacio.
Una vez en Tierra, se acordó de todos los clientes de Amazon: “Quiero agradecer a todos los empleados y clientes de Amazon porque habéis pagado todo esto. En serio, a cada cliente de Amazon y a cada empleado de Amazon, gracias desde el fondo de mi corazón”, dijo entre risas.
El comentario de Bezos causó rápidamente reacciones de crítica, entre ellas de un integrante de la Cámara de Representantes, que forma parte del Comité de Medios y Arbitrios, encargado de redactar los impuestos.
«¡Dios mío! Mis expectativas eran altas y fueron superadas drásticamente», dijo Bezos al volver a la Tierra. «La fuerza gravitacional cero fue una de las grandes sorpresas porque se sentía tan… normal. Era casi como si los humanos hubiéramos evolucionado para estar en ese ambiente, lo cual sé que es imposible. Se sentía tan sereno, en paz», expresó.
«Todos los astronautas que han estado en el espacio dicen que [el viaje] los cambia… miran a la Tierra y están algo asombrados y pasmados por su belleza, pero también por su fragilidad, y puedo dar fe de eso», añadió.
Con información de RTVE