Cuando terminan las celebraciones, llega el momento de pensar qué hacer con los residuos que dejó la Navidad. El reciclaje post-navideño es una oportunidad para reducir el impacto ambiental y comenzar el año con hábitos más conscientes. Si se utilizó un árbol natural, lo ideal es llevarlo a centros de acopio donde pueda convertirse en composta o material orgánico reutilizable.
Las envolturas de regalo también merecen atención: el papel sin recubrimientos plásticos puede reciclarse, mientras que listones, moños y papel metalizado deben separarse. Las cajas de cartón, limpias y desarmadas, son altamente reciclables y pueden tener una segunda vida.
En cuanto a los adornos viejos, es recomendable separar aquellos de vidrio, plástico o metal. Si ya no tienen reparación, deben desecharse según su material. Adoptar estas prácticas ayuda a disminuir la cantidad de basura y fomenta una cultura de consumo responsable más allá de las fiestas.

