Desde hace casi 80 años, la cebadina ha hecho mucho más que refrescar a quienes la consumen, pues por sus ingredientes naturales se considera digestivo, antiácido y antiséptico intestinal. Conoce la historia de esta bebida guanajuatense.
¿Cómo se prepara y dónde surgió?
La cebadina es una bebida refrescante elaborada a base del fermento de piña, tamarindo, jamaica y una pizca de bicarbonato de sodio. Debe su nombre a la cebada, ingrediente con el que se preparaba en sus inicios, y que años más tarde, tuvo que ser retirado de la receta por cuestiones relacionadas con permisos.
Esta bebida fue inventada por el señor Ramón Arrieta Aldana alrededor del año 1940 en Jalisco, donde también la comercializó por algún tiempo. Pero, no fue sino hasta 1945, que decidió protegerla con el registro de la marca, pues comenzaba a popularizarse.
Poco tiempo después, el señor Arrieta Aldana y su familia migraron a Irapuato, Guanajuato, y debido al éxito de la cebadina en esa ciudad y sus alrededores, concedieron un permiso notarial para que la bebida pudiera ser preparada y comercializada también en León.
Tradición heredada
Con el pasar del tiempo, la cebadina se ha reafirmado como la bebida refrescante tradicional de Guanajuato. Es común encontrarla en el centro, dentro de grandes barriles de madera, en puestos ambulantes y pequeños locales que la venden a no más de 25 pesos por vaso.
Mucho se dice acerca de sus ingredientes originales; sin embargo, los hijos del inventor de esta bebida, quienes actualmente continúan atendiendo el negocio familiar, resguardan, además de la tradición, la receta original heredada de su padre.
Con información de Food and Travel