Poco antes de que Honduras se sumiera en una crisis por las elecciones presidenciales, la embajada de este país en México determinó enviar de forma definitiva un cónsul al estado de Puebla.
Sigilosamente, el diplomático llegó hace un par de semanas a territorio poblano para instalarse y trabajar desde aquí. El hondureño ha solicitado total hermetismo sobre su presencia y de la misma manera se ha conducido.
Aún así ha realizado puntualmente su trabajo.
Ha recorrido los municipios por donde pasa el tren de Ferrosur, conocido como ‘La Bestia’, entre los que se encuentran Cañada, Esperanza, Chalchicomula de Sesma y San Salvador El Seco. En este último visitó a uno de sus connacionales: un joven de 17 años de edad a quien el ferrocarril le cercenó ambos pies cuando trató abordarlo para continuar con su camino al norte.
El menor de edad fue atendido por la clínica regional del IMSS, de donde buscaban darlo de alta lo más pronto posible; el enviado de la embajada trabaja ahora para conseguirle una visa humanitaria para su estancia en México.
La llegada del cónsul hondureño a Puebla coincide con la recomendación 51/2017 que emitió la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) a Ardelio Vargas Fosado, comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM) por “violaciones a los derechos humanos, la seguridad jurídica, la privacidad y el interés superior de la niñez en agravio de 17 adolescentes detenidos en la estación migratoria en el estado de Puebla”.
De acuerdo con el comunicado de la CNDH, cuando los jóvenes ingresaron a la estación del INM en Puebla, guardias de seguridad privada los condujeron a una habitación para “una revisión corporal, obligándolos a desnudarse y a hacer sentadillas para, según les comentaron, evitar que introdujeran objetos o sustancias prohibidas”.
No está de más recordar que Vargas Fosado es poblano, fue el primer secretario de Seguridad Pública de Moreno Valle, y en su tierra natal es donde se ha maltratado más a los migrantes centroamericanos, como lo ha evidenciado la CNDH en los últimos años, pues no ha sido la única recomendación hecha al respecto.
De hecho, el INM es el segundo organismo a nivel nacional que más violaciones a los derechos humanos comete, solamente lo rebasa el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), según información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Debido a esto, a pesar de la crispación social que ahora se mantiene en Honduras, el cónsul se mantiene trabajando en Puebla.