Antes de empezar, querido lector o lectora o ambos, quiero decirte que espero hayas tenido una excelente Navidad. De todo corazón deseo que te la hayas pasado muy bien con tu familia, amigos, amantes o compinches. Si la pasaste solo, sé lo que es eso y también se que te la puedes pasar muy bien.
Si no fue así, espero que Año nuevo sea diferente 😉 Me han contado que Tinder se pone muy interesante.
Hace unos días me encontraba regresando a mi nuevo hogar en Querétaro, y durante el trayecto veníamos mi pareja y yo platicando con el conductor del carro sobre: religión (obvio), psicología (aún más obvio), física cuántica (khè), y metafísica (juay?). Cómo ven estuvo muy buena la chorcha, sobre todo lo que me dejó pensando.
Si bien, he intentado abrir lo más que pueda el tema de la sexualidad, el tema metafísico apenas y lo he tocado, siendo yo un gran nerd de lo new age.
Lo cierto es que la sexología se ha cubierto de mitos sobre nuestros quehaceres y proeza sexual, lo que nos llama a comunicar datos científicos en la labor educativa. Sin embargo, esto no es una labor educativa formal, así que, ahí les va. Tómenlo como gusten y sepan que aunque no es puramente científico puede ser muy real, si no para ti, para alguien más, y eso es importante.
Ahora… Comencemos…. Pues desde el principio, yo creo.
Primero, creo que hay que desmitificar el mito de la mitificación. La razón por la que la sexología se ha preocupado por dar información científica exclusivamente es por la certidumbre que nos da. Invariablemente, “esto” va a pasar, y será tu responsabilidad hacer o no que pase. En la antigüedad no era así. Teníamos a las religiones (como institución, no como sistema de creencia) para poner reglas y fundamentar comportamientos. O sea, se creó la mitificación, por ejemplo, de que el sexo debe ser exclusivo para tu pareja de por vida… si eres mujer, si eres hombre pues igual y te perdonan. Ahora sabemos que eso ya no aplica en esta sociedad y hemos dejado un poco de creer eso.
PEEEERO… La cosa no es tan simple.
Ahora, es cierto que JAMÁS nadie debe condicionar la manera en que vives tu sexualidad. Exprésala, vívela, explótala. Usa cuerdas para amarrarte, háblales sucio, juega con cera, dale por todos lados, que te den por todos lados, busca parejas mayores, yo que se… solo cuídate. Generalmente nos referimos a usar condón u otro método antifecundativo, pero sobre todo preservativo, ya que te protege de la mayoría de las Infecciones de Transmisión Sexual, ahora yo voy a incluir, cuídate de manera energética.
Uff, ya perdí mi aire científico, pero esto va más allá de la creencia metafísica de la energía.
Antes de hablar sobre energías espirituales quiero como darle un aire menos extravagante. ¡Podemos partir desde lo psicológico! Sobre todo dentro de lo sistémico. Dentro de la premisa, todas siempre estamos comunicándonos y entendiéndonos y la razón por la que uno debe cuidarse es por que la gente con quienes nos vamos relacionando, aunque no sea sexualmente, nos deja una huella.
Pooor ejemplo:
Puede que solo ibas con ella en el camión, entonces deja un poquito de rastro en tu mente e influencia poco en tu vida; vas en el mismo grupo terapéutico y le escuchas hablar aunque nunca conviven: su percepción del mundo cambia la tuya y crea nuevas formas de pensar y sobre todo de sentirte. Tu mejor amigo o amiga: seguro se transforman el uno al otro, cambian constantemente de parecer y se hacen ver cosas que no habían visto. Ahora, el ligue de Tinder con quién te acuestas: claro, no te transformarás tanto como con tu amiga, pero el sexo nos obliga a estar tan expuestos y expuestas que es difícil no percibir a la otra persona de una manera profunda, muy profunda (*guiño, guiño*).
El sexo, aunque lo ahogamos diario, no deja de ser íntimo. Por más reconstruidos que estemos, es ese algo que nos hace sacar impulsos ocultos, comunicar lo que no nos atrevemos y perdernos en la visión del otro. Incluso desde una perspectiva completamente material, la otra persona nos influye incluso de por vida.
De nuevo, no quiere decir que los traigamos presentes a todas horas, no manches, eso sería monstruoso. No, nos deja el significado que le dimos a esa conversación hecha por dos cuerpos deseos. Ese significado puede variar, desde un impulso para quitarte ese pesado juicio que tal vez tengas sobre tu cuerpo, o te deje una tremenda pesadez, o puede que pase como otro bello culito.
Tal vez, en alguna ocasión la intensión de decir que el sexo fuera del matrimonio causaría caos fue para tener un cierto control sobre la sexualidad, por eso quisiera distanciarme lo más posible de dar un discurso controlador. Lo que sí te puedo decir es, cuídate, física, emocionalmente, e incluso espiritualmente.
Sobre lo espiritual entraremos en materia en una próxima columna. Por ahora, quedémonos con lo psicológico.
Ahora, incluso un poco más fácil que las ITS, el chiste es no dejar de hacerlo, es hacerlo con protección física y emocional, y hacer un purga de todo ese rollo emocional que se nos pegó de aquella vez. Por eso siempre ando chingue y jode con que es muy bueno ir al psicólogo… porque incluso, deja que se te pegue todo el rollo de la otra persona, igual y no, pero de seguro hay algo en ti que te llamó a estar con el o la susodicha, algo que puede no ser taaaan placentero… yo que se. Para resumir, cuídate siempre e inspecciónate SIEMPRE. Nunca está de más.