Por: Javier Arellano
Entre los años de 1926 y 1928 un joven y visionario empresario migrante llamado Miguel Elías Abed Arabi compró un automóvil Stud. En ese auto adquirió la pasión por la velocidad. Al tiempo que prosperaba en los negocios comenzó a entrar en distintas competencias que se realizaban en la década de los treinta. Casi un siglo después, uno de sus hijos, Julián Abed, ha consolidado el sueño de su padre: ha convertido a Puebla en parada obligatoria de una de las fórmulas automotrices de mayor realce (el mundial de marcas) y agrandando el éxito en los negocios familiares.
A bordo de su recién adquirido auto Stud, Miguel Elías Abed Arabia circulaba a toda velocidad por la carretera del éxito. Mientras sus negocios prosperaban, su afición por el automovilismo deportivo se fortalecía. Empezaba así una afición que lo llevaría a crear la “Carrera México-Puebla”, dándole un lugar especial a la Angelópolis.
Pudo haber sido la carrera México-Cuernavaca o Pachuca, incluso Querétaro, pero el joven Miguel Elías se propuso, desde aquellos años, impulsar a Puebla como un referente obligado en el naciente automovilismo deportivo.
Fue el joven empresario parte del grupo que instauró la “Carrera México-Puebla”. Y fue además quien en los años 1940, 41 y 42 mantuvo
el récord con un tiempo de una hora con 6 minutos.
En su momento histórico el joven Miguel Elías Abed Arabia fue uno de los principales pioneros del automovilismo deportivo mexicano. El principal promotor de aquello que algunos todavía no entendían como un deporte.
Por aquellos años también se dio a la tarea de abrir con machete en mano la brecha que llevaba a Acapulco. Hoy sus hijos José y Julián Abed Ruanet continúan esta tradición de entrega y pasión por el automovilismo.
Julián Abed fue campeón nacional de Rallies en los años 1976 y 1977, corriendo contra figuras como Michael Jourdain, Freddy Van Beuren, Robert Arnstein, Sergio González y el mismo Gabriel Hinojosa Rivero.
Fue en aquellos años cuando nació la idea de construir un autódromo para Puebla.
Los inicios de la fiesta en Amozoc
En entrevista con Revista 360º Julian Abed recuerda: “Originalmente allá por 1980 la pista la construyó Gabriel Hinojosa, junto con un grupo de socios entre los que se contaba a Óscar Hidalgo, a José Benigno Pérez Vega (hoy conocido como Pepe Momoxpan) y otro socio al que le decían el “Sonrisales”, del que no recuerdo su nombre, así le decían porque siempre se estaba riendo… al principio era una pista de tierra en la que se corría la fórmula Vee”.
“Por esos años Michael Jourdain va impulsando la construcción de nuevos autódromos por todo el país y aquí se asocia con el grupo Hinojosa, es entonces cuando se pavimenta la pista y comienza a traer la fórmula K”.
”Es en 1984 cuando nosotros le compramos a Michael Jourdain su parte y ya en 1987 le compramos su parte al grupo de socios de Hinojosa.”
Julián se recarga en el sillón de su amplia oficina y recuerda: “En aquellos años era muy difícil comprar terrenos ejidales, por eso fue hasta el año 2000 cuando pudimos adquirir terrenos colindantes y fuimos formando un mosaico hasta lograr completar las 84 hectáreas que tienen actualmente.”
“Esto con lo que respecta al terreno, pero en sí el autódromo ha tenido dos grandes remodelaciones o ampliaciones…”, “La primera remodelación se hizo entre 1985 y 1986, cuando dejamos la pista de longitud de 2 kilómetros 200 metros.”
Comienzan entonces a correrse en Puebla la Fórmula 3 internacional y las carreras de resistencia de 6, 12 y la de 24 horas y también inician las carreras de los llamados Ponys, competencias en las que entraban los Caribes, los Renault 18”.
Miguel E. Abed: semillero de grandes figuras
“Fue en esa época cuando en Puebla inició Adrián Fernández a correr estos Fórmula 3 en la que fue campeón, todavía conservo sus agradecimientos con su firma…”
“También en 1987 hicimos una convocatoria y a los campeones del serial NACAM, un serial de kartismo, les dábamos la oportunidad de correr los Fórmula Reynard, fue en el año de 1987 cuando llegó a Puebla el colombiano Juan Pablo Montoya y aquí en Amozoc es en donde por primera vez se sube a un carro de carreras, fue orientado por nuestro capacitador, nuestro maestro de pista De Velasco, pero aquí llegó Montoya, esta figura que escalaría hasta la Fórmula 1 y actualmente corre en la Nascar”
Una pista homologada a nivel internacional
“Actualmente tenemos una pista homologada con todos los requerimientos, con todas las condiciones de seguridad de la Federación Internacional de Automovilismo, la FIA, la pista mide 3 kilómetros con 400 metros, y el óvalo tiene una milla 200.”
“Las únicas dos pistas homologadas en el país son el autódromo de la Ciudad de México y el de nosotros, el Miguel E. Abed”.
“Combinamos con las necesidades que marca Estados Unidos para los óvalos y tenemos una de las mejores pistas a nivel mundial”.
Y don Julián Abed con una sonrisa concluye: “Estamos a unos días de tener la licencia Tipo 2, la más alta categoría después de las pistas de Fórmula 1.