¿Cómo le hará Mario Riestra Piña y Genoveva Huerta Villegas para recobrar la confianza de su partido tras la peor dirigencia que ha tenido en el PAN con Augusta Valentina Díaz de Rivera y Marcos Castro Martínez?
Vaya reto.
No es para menos.
Resulta que además de ser un partido que perdió en el 2024 y que la gestión municipal de Eduardo Rivera y Adán Domínguez está cuestionada por un presunto hoyo financiero de 600 millones de pesos, en las arcas estatales del blanquiazul también hay números rojos, multas millonarias impuestas por el IEE y un exceso de observaciones de un supuesto mal uso de los recursos (públicos) que reciben como prerrogativas.
En palabras claras: no encontraron dinero y eso sí muchísimos adeudos a proveedores.
El reto de Riestra como líder panista y de Huerta Villegas, su secretaria general, no sólo es que la gente vuelva a confiar en Acción Nacional, sino que se conviertan en un partido de oposición que no le tiemble la mano a la hora de señalar o cuestionar los actos de gobierno de sus adversarios.
Y es que si no se aclara el supuesto hoyo al erario municipal de 600 millones de pesos, cada que salga Riestra, Genoveva, o algún regidor a poner en duda el trabajo de algún funcionario municipal, no faltará quien se defienda con el “ustedes robaron más”. O que los que gobiernan la ciudad avienten a sus hordas de bots para contrarrestar las acusaciones que se hagan.
Vaya reto, insistimos.
De hecho, en estos días recientes, ocurrió que el regidor panistas Carlos Montiel Solana llamó a cuentas al secretario de Administración de la Angelópolis, Juan José Tapia González, porque en el pasado mes de diciembre se reportaron gastos de hasta 7 millones de pesos por compra de pavos, piernas navideñas, café y galletas, erogaciones que según el albiazul desconoció el tesorero Héctor Romay González Cobián.
Una cuenta bot en Twitter (de las que trabajan para el partido oficial) salió a decir que por qué no mejor aclaran las tortas millonarias y hamburguesas la pasada administración, en referencia a los señalamientos contra del secretario de Administración de la gestión de Eduardo Rivera, Bernardo Arrubarrena García, quien supuestamente facturó tortas y hamburguesas en casi 30 millones de pesos (últimamente el jamón de pierna de Food sale muy caro por la inflación).
A Carlos Montiel no le falta la razón en llamar a cuentas a un funcionario municipal, el problema es que es muy fácil refutar a los actuales funcionarios con el argumento de que se debe comprobar 600 millones de pesos que mal usaron (presuntamente) los panistas Eduardo Rivera Pérez y Adán Domínguez Sánchez.
Como ahora los panistas están encontrando faltantes a sus propias finanzas, como lo dio a conocer Genoveva Huerta, con qué condiciones o con qué cara, para ser más específicos asumen su papel de oposición.
No pueden acusar públicamente a Rivera y a Domínguez porque dañan la imagen del panismo, pero tampoco pueden dejarlo pasar porque serían cómplices. Y cada que se les ocurra decir algo de los gobiernos de Morena, éstos saldrán a decir que “pero los del PRIAN robaron más”.
Vaya encrucijada: si critican malo, si se callan peor.
Y sobre todo porque Eduardo Rivera aún mantiene fuerza en el partido a nivel local por sus protectores, los verdaderos líderes de El Yunque y porque mantienen fuerza en el comité estatal y en el Consejo de su partido, además, tiene un puesto en el CEN de ese partido.