Por: Karime Yamel.
Una de las máximas en la vida es la congruencia, es decir, la concordancia entre lo que se piensa, se dice y se hace. Es importante cultivar lo que pensamos porque en un largo plazo se convierte en lo que decimos y en consecuencia, lo que hacemos.Â
Como cada campaña polÃtica sin que sea novedad, los ciudadanos somos testigos de la fiesta de la incongruencia polÃtica en dónde muchos hacen notorio que, piensan de una forma, dicen otras y  hacen algo completamente distinto. Los estudiosos y apasionados de la polÃtica dirán que este fenómeno es normal y hasta defenderán que, nada de malo tiene la incongruencia cuando lo que se debe defender es un juego polÃtico a favor de los intereses personales o de un grupo. Sin embargo, la realidad es que es malo, bastante, a decir verdad porque esto propicia a qué siga cayendo la polÃtica en su sentido más degradado, cuando a lo que deberÃamos aspirar es en cada elección, de manera visible, a una mejor polÃtica.
En este sentido, en lo personal, me he asombrado con polÃticos quienes hasta hace unas semanas consideraba congruentes y profesionales, quienes ahora en una completa incongruencia dicen que lo correcto es impulsar a los grupos vulnerables del paÃs, pero no postulan candidatos de esos grupos vulnerables a cargos de representación, no impulsan agendas acorde a las necesidades especÃficas de nuestros tiempos y a su vez,defienden a candidatos con ciertas caracterÃsticas en algunos municipios y satanizan a candidatos con las mismas caracterÃsticas en otros.
Vaya, la fiesta de la incongruencia a los que muchos están asistiendo todo por asegurar ambiciones personales como podrÃa ser el caso de una reelección de una presidencia nacional de algún partido polÃtico, por dar un vago ejemplo, en lugar de asumir la responsabilidad en tiempo presente que implica el cargo que aceptaron con anterioridad.
Y no hay que confundir la incongruencia con entender los juegos polÃticos como lo mencioné en lÃneas pasadas, sino la importancia de elevar el juego polÃtico, sÃ, a través de estrategia, y todo lo que lo envuelve, para ello deberÃamos de comenzar con ser congruentes.
Es impetuosa la rebeldÃa que muchos estamos mostrando para asegurar que exista un contrapeso a esas ambiciones personales qué muchos podrÃan tener.
Nos leemos pronto.