La Fiscalía General de la República (FGR) ha abierto finalmente una investigación sobre el caso Baker Hughes. Longeva contratista de Pemex, la empresa estadounidense figura en el centro de una de las polémicas del año en México, que involucra a uno de los hijos del presidente Andrés Manuel López Obrador y a un empresario cercano al mandatario, Daniel Chávez. La agencia investigadora ha iniciado pesquisas después de una denuncia del partido opositor Acción Nacional (PAN), según han confirmado fuentes de la dependencia a EL PAÍS.
Ahora, la Fiscalía deberá indagar en las pruebas presentadas por el denunciante, un compendio de notas periodísticas publicadas desde hace casi un mes sobre el tema.
Respecto al tema, el presidente López Obrador ha dicho: “No tengo información, pero no hay ningún problema. Si van a presentar denuncias en contra de José Ramón o de su esposa, que se les dé curso. Todos debemos comparecer ante la autoridad. El que nada debe, nada teme. Y que ellos, si lo desean, hagan lo propio”.
A finales de enero, la organización Mexicanos contra la Corrupción y la impunidad y el medio Latinus, dirigido por el periodista Carlos Loret de Mola, denunciaron que José Ramón López Beltrán, hijo del presidente, ha vivido lujosamente en Texas desde que inició la administración, contraviniendo el estándar de austeridad señalado por López Obrador en su Gobierno. Más aún, los reporteros señalaron que López Beltrán y su pareja, Carolyn Adams, habitaron una mansión en Texas, propiedad de un ejecutivo de Baker Hughes, empresa que ha contratado con Pemex decenas de millones de dólares durante la actual administración.
Estas semanas, López Obrador y su Gobierno han calificado las denuncias contra su hijo de campaña en su contra y han insistido en que Baker Hughes es contratista de Pemex desde antes de que comenzara su Gobierno. El 9 de febrero, Octavio Romero, director de Pemex, dijo: “En Petróleos Mexicanos no hay empresas consentidas ni que hayan sido creadas en la presente Administración. En el caso de Baker Hughes, que tiene presencia en nuestro país y en Pemex desde hace más de 60 años, logró sus mejores montos de contratación en los años 2008, 2012 y 2014. Es decir, en las administraciones de los expresidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto”.
Más allá de la cercanía entre el Gobierno y la empresa, el problema de fondo, el posible arrendamiento favorable de una casa a López Beltrán como parte de un supuesto intercambio con Baker Hughes, queda en el aire. Para tratar de zanjar el asunto, López Beltrán divulgó hace unos días los contratos de arrendamiento de la casa del ejecutivo de la empresa, para demostrar que se trataba de una operación normal. El caso se complicó, sin embargo, cuando el hijo del mandatario informó de que vive en Texas porque trabaja para el hijo de un empresario muy cercano a López Obrador, Daniel Chávez. Durante la actual Administración, Chávez ha supervisado las obras del Tren Maya en nombre del mandatario. Su conglomerado turístico, Grupo Vidanta, ha obtenido concesiones en playas durante el actual Gobierno y ampliaciones de las que ya tenía.
En estas semanas, Baker Hughes ha tratado de quitar importancia al asunto. El lunes, la empresa divulgó un comunicado informando de los resultados de una auditoría sobre el posible conflicto de interés, realizada por una consultoría externa. El vicepresidente de la empresa para México y América Latina dijo: “Podemos decir que no se encontró conflicto de interés, nada irregular, totalmente de acuerdo con las leyes mexicanas”.
La empresa señaló además que “el señor Schilling -ejecutivo de Baker Hughes que rentó su casa a la esposa de López Beltrán- fue empleado de Baker durante 2016 y salió de la empresa en diciembre de 2019. Durante ese tiempo trabajó bajo nuestro grupo de Norteamérica. Baker Hughes México no está bajo ese grupo, sino en Latinoamérica”.
Con información de El País