Por Marco Antonio Martínez
El pasado jueves 22 de noviembre se reinauguró el Museo Regional Casa de Alfeñique y en esta ocasión les traigo esta leyenda, esperado les agrade y disfruten.
Un día, el herrero don Ignacio Morales quedó prendado de una hermosa mujer llamada María Ignacia, su corazón latía con fuerza cada vez que la veía, decía: “ésta es la que debe ser la madre de mis hijos, no sólo me lo dicta el latido, sino también Dios, por lo tanto debo desposarla”.
Desde aquel día su amor perteneció completamente a aquella doncella; sin embargo, ella le impuso una condición para casarse, ya con los planes de boda avanzados, él debía construirle una casa de dulce.
Afortunadamente don Ignacio Morales había recibido una cuantiosa herencia y como el verdadero amor que le profesaba no tenía barreras, ni tardo ni perezoso mandó a construir una casa digna de los deseos de su amada para poderla desposar.
La casa fue terminada en 1790 y se gastó la fortuna de 14 mil 900 pesos en oro, que bien valían la pena para estar con el amor de su vida, y por lo cual la concluyó con una dulce y hermosa fachada, al más puro estilo ad hoc con la época, de argamasa, ladrillo y cerámica.
María Ignacia ya no se pudo echar para atrás con su compromiso adquirido con don Ignacio y contrajeron nupcias, llevando su amor a la anhelada casa de dulce.
La gente la empezó a llamar la «casa del confite» y en la actualidad es reconocida como uno de los inmuebles no sólo más hermosos, sino también emblemática de la ciudad de Puebla.
Se ubica en la 4 Oriente, no. 416 y se conoce bajo el nombre de Casa de Alfeñique, un dulce típico y que en épocas de muertos se hacen de diversas formas en el centro de México.
Un poco de la historia de la casa…
La Casa de Alfeñique, situada en la esquina de la calle 6 Norte y 4 Oriente, es llamada así por su fachada tan ricamente decorada que parece hecha de alfeñique (pasta azucarada de almendras), se cita con su nombre característico desde 1790. Entonces era una casa nueva, que había edificado su propietario, el maestro herrero Juan Ignacio Morales, el abuelo del célebre pintor francisco Morales.
Las tiendas del piso bajo de la casa en la calle 6 Norte eran de las llamadas taza y plato, pues comunicaban cada una con la pieza correspondiente de entresuelo; subsisten las 3 estrechas escaleras. De paso sea dicho que en Puebla llaman al piso bajo primer piso, a la vez que en México dicen así al piso primero de los altos, que en Puebla es el segundo piso.
En 1896 Alejandro Ruiz Olavarrieta, fundador y patrono del Monte de Piedad Vidal Ruíz, cedió la casa a la beneficencia Pública del Estado. En 1917 durante el mandato de Venustiano Carranza se había proyectado el Museo Regional Casa de Alfeñique de Puebla, pero no fue hasta 1926 que se trasladó aquí el Museo, cuando fue intervenido para adaptarlo como espacio cultural. Más tarde, en 1931, volvió a “adecuarse” al inmueble preparándolo para el IV centenario de la fundación de la ciudad. En esta ocasión se fabricaron las veneras de los cerramientos interiores de los vanos, se sustituyeron los pavimentos de las dos primeras salas y se adicionaron las argamasas que decoran el patio, así como los enmarcamientos de los tres niveles. Se construyó además el pórtico de arcos mixtilíneos que precede el patio. En comparación con la foto antigua es perceptible que las entradas a las accesorias de la planta baja fueron canceladas por razones de seguridad del museo, adicionando carpinterías y herrerías de forja que se integran con el estilo de la casa.
En 2016, una nueva intervención se llevó a cabo para dar mantenimiento al inmueble y para implementar alarmas sísmicas, sistemas contra incendios, climatización, pararrayos, red inalámbrica y un elevador para facilitar la visita de personas con capacidades diferentes.
Sin embargo, a raíz del sismo del 19 de septiembre de 2017, el inmueble quedó severamente afectado, por lo que el gobierno estatal ordenó retirar las más de 900 obras de arte que albergaba el museo y resguardarlas en las bóvedas de Museo Internacional del Barroco. El 24 de septiembre se anunció que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) sería el encargado de reparar los daños ocasionados por el terremoto.
Aunque las labores de reconstrucción comenzaron en octubre de 2017, otro sismo subsecuente, ocurrido el 16 de febrero de 2018, causó más daños en el edificio. En un inicio, se estimaba que las reparaciones concluirían en abril de 2018, sin embargo, el 7 de junio, el alcalde de Puebla, Luis Banck Serrato, había anunciado que las obras estaban detenidas por falta de recursos federales.
El 10 de julio del 2018, el gobernador Antonio Gali Fayad indicó que la reconstrucción del museo seguía avanzando, gracias a una inversión de 34 millones de pesos por parte del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) y el Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de las Entidades Federativas (FAFEF) y, debido a todo ese apoyo, afortunadamente para los poblanos y los turistas, el Museo Regional Casa de Alfeñique reabrió nuevamente sus puertas al público este jueves 22 de noviembre, al cual se puede acceder de martes a domingo de 10:00 a 18:00 horas, con un costo de $40.00 entrada general, $20.00 menores de 12 años, estudiantes, maestros e INAPAM con credencial y personas con discapacidad.
Espero que les haya gustado esta azucarada leyenda e historia a mis apreciables lectores, si gustan compartirme alguna historia amena de su comunidad o hacerme algún comentario ya saben que pongo a su disposición el siguiente número de WhatsApp que es el 22 25 61 95 41 o me pueden enviar un correo electrónico a la cuenta de marco_anthony@hotmail.com y estoy también a sus órdenes para quien guste un recorrido por sitios turísticos de su interés en el estado de Puebla, se despide de ustedes su humilde servidor.