Haz el borscht y no la guerra, #MakeBorschtNotWar, es el eslogan de una iniciativa que, a través de la gastronomía, está tratando de recaudar fondos para paliar la crisis humanitaria que Ucrania está viviendo.
Restaurantes de toda Europa se están sumando a la elaboración de este plato tradicional con el que, al pedir la receta solidaria dentro de sus cartas, todos los fondos recaudados se destinarán a Ucrania.
El borsch es considerado el plato nacional de Ucrania, aunque también es popular en todo Europa del Este, parte de Europa Central y Asia -en países como Polonia, Rumania, Bulgaria, Estonia, Armenia, Georgia, Hungría, Moldavia, Rusia y Lituania-. Incluso es conocido en Estados Unidos, donde se le llama borscht (con “t” al final), un plato que se popularizó con la emigración judía bajo el nombre yidis borsht.
Está sopa de remolacha tiene mil y una variedades en función de la región, el pueblo y la casa o el restaurante en el que se consuma.
Pero hay dos ingredientes que siempre debe tener y que son insustituibles: la remolacha y la proteína, ya sea animal o vegetal -en el caso de su versión vegetariana-.
La receta del borsch o borscht ha terminado por denominar un conjunto de sopas agrias que cuentan con una misma base. Remolacha, patata, repollo, zanahoria, tomates, cebolla, tomate, caldo -que pudiendo ser de carne, pescado o verduras, transforma la receta al completo- y nata agria, son ingredientes esenciales en esta elaboración que cuenta con decenas de variedades, siendo la más popular la de remolacha.
Con información de National Geographic.