Fue el 3 de junio de 1968 cuando Andy Warhol recibió un disparo mientras se encontraba en sus oficinas de Union Square, en Nueva York.
Valerie Solanas irrumpió con dos pistolas y cambió la vida de uno de los artistas más influyentes durante los 19 años restantes de vida de los que disfrutó.
El intento frustrado de asesinato de este icono pop le hizo replantearse muchas cosas y comenzar a documentar todo lo que hacía en su día a día en un diario. «Diarios» se publicó en 1989 y no ha sido hasta más de treinta años después cuando alguien se ha atrevido a llevarlo a la pantalla en forma de documental.
En seis capítulos de una hora de duración, Los diarios de Andy Warhol funciona a modo de retrato de una persona que cambió las reglas del juego en el mundo del arte y se convirtió por derecho propio en una de las figuras más importantes del pasado siglo.
Detrás de sus gafas redondas y una peluca rubia había una mente inquieta que fundó The Factory, un lugar de encuentro para intelectuales, artistas y bohemios de Nueva York, y que se consagró como uno de los mayores exponentes del arte pop (esa oposición a la cultura elitista que nació en los años 50).
La nueva docuserie se puede ver en Netflix desde el pasado 9 de marzo y cuenta con testimonios de algunas de las personas que en un momento llegaron a conocer al artista, como el cineasta y pintor Julian Schnabel, Rob Lowe, Spike Lee o John Waters, pero también de estudiosos de su obra en el campo del arte.
La historia arranca con una infancia infeliz en Pittsburgh, continúa con la llegada del artista a Nueva York en 1948 y sigue la senda hasta llegar a su relación con el pintor Jean-Michel Basquiat o un jovencísimo Jed Johnson.
Con información de Vogue.es