Una de las cosas que tienes que hacer si vives o vienes a visitar Puebla, es ir al “Cosme del Razo”, uno de los mercados más tradicionales de Cholula. Está lleno de comerciantes que venden productos de la región.
La mezcla cultural y gastronómica que encontramos en el interior es lo que lo hace tan especial. Es el punto de reunión de muchas personas que viven en Cholula y sus alrededores y aprovechan para dar a conocer sus productos. Ya sea un mole preparado, una cecina o frutas y verduras recién cortadas esa misma mañana por sus propias manos.
Los comerciantes han crecido junto con el mercado, dejando un legado de tres generaciones que se han mantenido en perfecto funcionamiento hasta ahorita.
Llegamos ahí porque veníamos de caminar y teníamos hambre. Desde que entras y ves arriba piñatas, a un lado sartenes, al otro flores y atrás alguien gritándote que “¡ahí va el golpe!”, te enamoras del lugar.
Primero fuimos al puesto de lácteos, donde nos dieron a probar el mejor queso Oaxaca y claro, nos regalaron tostaditas con crema hecha esa misma mañana por ellos. De ahí nos pasamos al puesto de cecina y nos comimos cinco tacos de la salada y cinco de la normal, pero no queríamos dejar de recorrer otros puestos.
Parece que cuando has ido muchas veces, no te das el tiempo de conocer a las personas que te están sirviendo la comida y cada una tiene una historia que contar y no te vas del puesto sin que te hayan dado una bendición y un “gracias por venir, vuelva pronto”.
Después de haber ido a comprar frutas y verduras, fuimos al puesto de mole, que está junto a los que venden las ovejas para atraer el dinero y la buena suerte. Lo pedimos para llevar porque ya no podíamos comer más, pero nos regalaron una enmolada con crema y queso que nos dejó con ganas de llegar a prepararlo igual.
Siempre me han encantado los mercados de México, pero el de Cholula se lleva las palmas: preserva la esencia y sabor antiguo de Puebla y su gente no podría estar más feliz de trabajar y darte sus productos.
Por si fuera poco, te encuentras todo tipo de personas, desde el oficinista que se fue a echar unos tacos, el turista o la persona que frecuenta el lugar y sabe dónde puedes encontrar lo mejor de todo; variedad y cultura es lo que le sobra. Definitivamente es un lugar para ir seguido y dejarte sorprender cada vez con algo diferente.