Luis Miguel Barbosa Huerta parece tener el camino allanado para la candidatura por Morena al gobierno estatal de Puebla. Sin embargo, hay una o dos cositas que no se nos deben olvidar (ni al propio Barbosa, ni a la gente de Morena) antes de ver su nombre en la boleta del próximo año. Veamos.
- El simpaticón Barbosa fue aliado irrestricto de Rafael Moreno Valle durante los primeros tres años de su gobierno. Como por arte de magia, en abril de este año, el senador se le fue a la yugular al exmandatario poblano al acusarlo de espionaje…»¿Y qué hiciste del amor que me juraste?»…
- El escaño senatorial lo obtuvo bajo el sello del Partido de la Revolución Democrática. Sí, y nada menos que por el mismo tiempo que se le puso espeso a Moreno Valle, también le pintó cazuelas al partido que lo vio nacer y que tanto lo apoyó. No sea que también le vaya a jugar al «que sí que no» con Morena.
- El jefe, es decir, el Peje, se sacó de la manga el cargo de coordinador electoral del estado de Puebla por Morena para el buen Miguelón. No era para menos, ¡imagínese usted el escandalazo que se arma si acusan a un protegido de Andrés Manuel de andar incurriendo en actos anticipados de campaña, no señor!
Por estas razones y las que se acumulen en los próximos meses es que se vuelve motivo de profunda reflexión darle el voto tan rollizo y cambiante personaje. Piénselo.