Al fin es viernes y es ese día de la semana en el que hacemos espacio en nuestras agendas para ver a nuestros amigos. Muchos dicen que son la familia que nosotros escogemos y pocas veces nos paramos a reflexionar para valorarnos. Como siempre, quiero hacerlos pensar un poco y que valoren lo que tienen.
Todos necesitamos a alguien que nos ayude a pasar por los malos momentos y con quién podamos compartir los buenos. No es necesario tener una súper bola de amigos, que normalmente solo están para la fiesta, pero es mejor tener pocos y de muy buena calidad. Para mí, estos son el tipo de amigos que vale la pena conservar:
El amigo honesto; a veces escuchar la verdad nos duele y no nos gusta, ya sea si la estás regando, si estás en la relación equivocada o si no estás viendo algo que está en tus narices. Esta persona siempre te lo va a decir directo y sin escalas. Sabes que siempre va a estar para ti y lo único que quiere es que seas feliz (y que abras los ojos)
Con el que creciste; es muy probable que no te llevaras tan bien con él mientras crecían pero ahorita son inseparables. Es a la persona que le cuentas todo y te entiende antes de que empieces a hablar. Saben todos tus defectos, conocen tu pasado a la perfección y a veces son los únicos que no te juzgan y te quieren incondicionalmente.
El del trabajo; es este amigo que hace que ser Godín sea mucho mejor de lo que realmente es. Un día laboral puede ser extremadamente difícil pero es increíble tener a alguien que te ayude y que esté para ti aunque lo que necesites sea bajar por un café y despejarte. Entiende tus luchas y estrés diario y siempre te va a cubrir cuando quieras salir temprano o llegar un poco tarde.
El amigo emprendedor; esta persona nos inspira y admiramos muchísimo. Es el que hace que lo imposible parezca posible y siempre te está presionando para que des lo mejor de ti. Son un excelente maestro de entrega y constancia, probablemente lo veas poco por el tiempo que le invierte al trabajo pero te empuja y te ayuda a alcanzar tus objetivos o encontrar diferentes maneras de seguir adelante siempre.
El loco; este amigo te saca de tu zona de confort y te reta como persona a hacer cosas que nunca pensaste hacer. Gracias a él, te conviertes en alguien más valiente y le perdiste mucho miedo a los retos y a no saber qué va a pasar. Te enseña a ver la vida como una aventura y siempre le ve el lado bueno a las cosas.
El amigo protector; es aquel que se vuelve tu segunda mamá y te defiende de todos. Te regaña la mayoría del tiempo y a veces te da miedo contarle algo porque sabes que te va a decir en qué la regaste y cómo mejorarlo, pero al final son excelentes escuchando y dándote consejos (aunque te regañen si no los usas)
El boomerang; es este amigo con el que te llevabas mucho, de repente desaparece de tu vida pero siempre regresa y así sucesivamente. Es increíble porque esta persona te deja de ver en etapas en las que probablemente cambiaste y cuando se reúnen, ves cómo has crecido y esas pláticas tan largas donde se cuentan todo lo que ha pasado son increíbles y te hace analizar lo mucho que ha cambiado tu vida desde la última vez que lo viste.
En fin, a lo largo de nuestra vida, conocemos a gente que marca un “antes y un después” en nuestro camino. Soy fiel creyente de que las personas que llegan a nosotros, siempre nos enseñan algo y viceversa, no necesariamente tienen que estar para siempre, pero es importante cuidar a los que valen la pena y te suman cosas diariamente.