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Bajo la premisa de que las generaciones de gobernadores de los últimos tres años se han convertido en un “problema público” por el autoritarismo, corrupción y enriquecimiento ilegal que los ha caracterizado, este jueves se presentó en la ciudad de Puebla el libro “Los Gobernadores Caciques del pasado y el presente”.
La obra se trata de un trabajo colectivo de académicos y periodistas que fue coordinada por el historiador londinense Andrew Paxman, y que recoge los casos de gobernadores de Puebla, Hidalgo, Yucatán, Veracruz y la Ciudad de México, como los más representativos.
Durante la presentación, Juan Luis Hernández Avendaño, director del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Iberoamericana en Puebla, consideró que las últimas generaciones de gobernadores han terminado con la democracia que hasta el año 2000 se logró en el país, con la elección del panista Vicente Fox Quesada, pues la figura presidencial dejó de ser un contrapeso.
A raíz de ello, los mandatarios estatales dejaron de “construir” procesos democráticos en sus estados y por el contrario se dedicaron a controlar instancias que deberían ser un contrapeso como los congresos estatales, bajo la idea de que los estados que gobiernan son sus territorios o “feudos”.
Señaló también que los gobernadores han visto a las administraciones estatales como una forma de enriquecimiento. Como ejemplo citó el caso de Javier Duarte en Veracruz, o el de los hermanos Rubén y Humberto Moreira en Coahuila, e incluso el de Rafael Moreno Valle en Puebla.
Entre quienes fueron ubicados como “gobernadores caciques” se encuentran: Eruviel Ávila en el Estado de México, Moreno Valle en Puebla, Duarte en Veracruz, Miguel Ángel Osorio Chong en Hidalgo e Ivonne Ortega en Yucatán.
En su oportunidad, Paxman refirió que el último presidente de la república que más gobernadores controló fue Carlos Salinas, pero su sucesor Ernesto Zedillo no pudo continuar con ello porque se enfrentó a la oposición de los congresos estatales, pues estos ya habían sido manipulados por los gobernadores.
De acuerdo con el historiador, Andrés Manuel López Obrador, candidato de Morena a la presidencia, debería ejercer un nuevo control sobre los gobernadores, en caso de que gane la contienda del próximo primero de julio, pero por la vía institucional.
Explicó que en caso de convertirse en presidente, el ahora candidato tendría que fortalecer las instituciones estatales, como las comisiones de Derechos Humanos, a fin de evitar que los mandatarios estatales continúen generando feudos en las entidades del país.
Por su parte el periodista poblano Ernesto Aroche, quien se encargó de elaborar un perfil del panista Rafael Moreno Valle, consideró que aunque el exmandatario llegó a la gubernatura poblana impulsado por el PAN, en realidad tiene un ADN priísta que lo iguala al exgobernador Maximino Ávila Camacho en el autoritarismo, violencia y represión como forma de control, y a ambos también los caracteriza un culto a la personalidad.
Para Aroche, el gobierno de Moreno Valle en Puebla aún continúa a través del gobernador actual José Antonio Gali Fayad, de quien dijo que funge como administrador de la gestión morenovallista, la cual buscan perpetuar en el estado a través de la esposa del exmandatario, Martha Erika Alonso, quien compite por la gubernatura en el actual proceso electoral.