Por definición, un consejo no deja de ser una opinión, es esa ayuda que buscamos en personas cercanas que creemos que han pasado por algo igual o que simplemente les tenemos confianza. Claro, también están los que nos los dicen sin que se los hayamos pedido.
Muchas veces, lo único que quieres es desahogarte o que te escuchen, no que te digan cosas que solo te van a poner más de malas, más triste o más confundido sobre qué hacer en determinada situación.
Estos consejos funcionan peor que una palmadita en la espalda:
“Sé tú mismo”: Está clarísimo. Si quieres dar un consejo pero no sabes qué decir, la respuesta es: todo menos esto. Nadie puede ser otra persona aunque no te lo digan y vas a ser tú, quieras o no. Aunque seas influenciable a actitudes de las demás personas o tengas ese tipo de personalidad que genera que la otra persona te quiera pegar con una piña hasta que te vayas o dejes de hablar, si te dicen “se tú mismo” te están diciendo que no cambies eso y chance no sea lo mejor.
“Relájate”: ¿En serio? ¡Muchísimas gracias! Si no me lo dices no se me hubiera ocurrido nunca. Entonces, lo único que tienes que hacer para dejar de estar tenso, es relajarte. Este va ligado a que cuando estas triste te digan “No estés triste” o cuando estas enfermo “pues cúrate”. Al parecer todo en la vida se puede solucionar con estos prácticos y obvios consejos.
“Échale ganas”; si no lo estás haciendo, hazlo. Hemos estado ciegos toda la vida, si quieres que se acabe el problema, solo le tienes que echar ganas y sonríe como si no hubiera mañana. ¡Ánimo!
“Haz ejercicio y come menos”; quizá esto a muchos les caiga como sorpresa, pero el gordo sabe que está gordo. No hace falta que le señales lo obvio. Ya está sufriendo lo suficiente como para tener que aguantar que le digan “esta dieta te vendría bien” o “¿no has pensado en hacer ejercicio para bajar de peso?”. Piensa que todo lo que puedas decirle, lo ha escuchado antes muchas veces y es igual que decirle a un drogadicto “deja de drogarte”.
“Deja de pensar en eso”, ¡WOW!, no se me había ocurrido que tengo que dejar de pensar en lo que me está quitando la paz. Si te dicen que no pienses en algo, no lo vas a poder sacar de tu cabeza. Hagan la prueba, dejen de pensar en un elefante rojo, ¿ven?
“Las cosas pasan por algo”, esto es obvio, pero nunca sabes la razón y frustra muchísimo. Yo más bien creo que las cosas pasan para algo, no por algo.
“Sonríe”, ¡NO! No siempre tienes que estar de buenas y hay momentos en los que tienes que dejar salir lo que estas sintiendo, llorar, aventar cosas, qué se yo. Estar sonriente todo el tiempo no es sano y no es sinónimo de estabilidad emocional y felicidad; todo lo contrario (a mí me da un poco de miedo alguien que no deja de sonreír).
En fin, podemos mencionar muchísimos más pero entre los más destacados y los que más enojan son; “esto te va a dejar muchas enseñanzas”, “piensa positivo”, “llegará cuando tenga que llegar” y “Dios sabe por qué hace las cosas”.
El único consejo que les puedo dar después de todo esto, es que cuestionen todo lo que escuchan y leen y por favor, dejen de decir estas “palabras de aliento”.