Amy, Aker y James se desplazan por las instalaciones de un bar restaurante en la ciudad de Maastricht, en el sur de Holanda. Se trata de un trío de robots meseros que ayudan a mantener el distanciamiento físico que se requiere en medio de la pandemia.
El experimento no es el primero en el mundo, China, como era de esperarse, ya había probado el uso de estos androides para atender a comensales de restaurantes.
Con un desempeño torpe en sus inicios, el país oriental abrió la posibilidad de robotizar la atención al cliente.
En el caso holandés, los dueños del restaurante en Mastricht aseguran que estos tres nuevos amigos, a los que han denominado Amy, Aker y James, no reemplazarán a los meseros de carne y hueso, sino que los ayudarán en sus labores.
Si bien es cierto que los meseros humanos a veces atienden como si nos fueran a regalar la comida, en general, el éxito de un restaurante depende mucho de la calidez y el ánimo con el que un mesero ofrece un menú.
No tengan miedo de ser reemplazados, los robots, todavía, tienen algunas imperfecciones, checa los contras:
- Los robots huyen de los clientes que tienen muchas joyas, ya que la luz que reflejan los hace encandilarse.
- Uno de los robots, tenía la función de ser amigable por lo que la tuvieron que desconectar, ya que se pasaba horas hablando.
- Si llegan a necesitar que los recarguen, dejan de atender.
- Los robots pueden entregar comida en bandejas, pero no pueden limpiar las mesas. Tampoco pueden verificar si una persona tiene la edad suficiente para comprar alcohol.
- La calidez humana sigue siendo un factor para quedarte o salir corriendo del restaurante