Es una producción para reencontrarse con uno de los valores del cine, entretener de forma sencilla
En esta propuesta animada entretenida y bien lograda, donde una chica y un gato se cruzan y terminan yendo al lugar donde se fabrica y distribuye la buena fortuna.
Luck carece de lo extraordinario pero no de lo esencial. La nueva película de Apple TV+ transcurre sin que el espectador se sienta sorprendido o abrazado por ese mundo narrativo. Aun así, con el paso del tiempo, quien observe lo irá comprendiendo: no es una producción para rememorar o discutir durante horas, sino para reencontrarse con uno de los valores del cine, entretener de forma sencilla. Si a ese aspecto se suma que es un film infantil, se escuchan los aplausos.
Las producciones infantiles más comerciales de los últimos años tienden a repetir una fórmula. Son películas presentadas para niños y jóvenes, con el trasfondo de querer hablarles a los adultos. Intensa-Mente puede ser el ejemplo paradigmático en ese sentido. Un relato grato, entretenido, próximo a niños y niñas, y con una serie de referencias que podían comprenderse mejor en la adultez. Luck no se olvida de que también llegará a un público adulto, los padres que acompañarán a sus hijos, pero no deja de ser una producción para los más chicos.
Se aferra ese principio a través de un universo fantástico, motivado por el clásico mito de los duendes de la suerte. Son seres que, dentro de Luck, están en un plano ajeno a los humanos. El medio entre uno y otro es un gato, Bob (con voz de Simon Pegg), quien se acerca a Sam Greenfield (en voz de Eva Noblezada) durante una noche y extravía su moneda de la suerte. El descuido será el principio de una relación conflictiva.
Pudiendo sostener en el encanto de las calles de California, Nueva York o de alguna otra localidad conocida en Estados Unidos, Luck de Apple TV+ da poco recorrido a estos planos para adentrarse en el mundo de los duendes, allá donde la suerte y la mala suerte conviven, se producen. Sam persigue a Bob a este lugar, con el objetivo de alcanzar eso que él portaba: una moneda de la buena fortuna.
¿El detalle? Está prohibida para los humanos. Su atrevimiento permite descubrir un mundo en el que la suerte también es representada desde una perspectiva capitalista y, en algún sentido, recreando los tópicos más buscados. Suerte en el amor y/o en el trabajo. Suerte en el deporte y/o en la música. Para cada petición hay un departamento encargado de distribuirla. Sam se encuentra en un sitio donde abunda lo que ella no tiene, fortuna, al representar lo opuesto: todo le sale mal.
Al contraponer a un personaje con su entorno, la directora Peggy Holmes se apoya en su protagonista para viajar hacia un mundo fantástico que puede encantar a niños y niñas por igual, mientras Bob, el gato negro, se hace vínculo empático: ¿cómo negarse a un animalito tierno? A los felinos se le suelen atribuir muchas virtudes, como la independencia e inteligencia. Pero, en este filme, se suma otra capa a esa mitología: son seres que vienen y van entre mundos.
Con información de Hipertextual