Se podrá pensar que María Félix era una mujer pedante, egoísta y altanera, pero en realidad, su personalidad fue el resultado de su historia. A todos nos pasa: caemos mal, caemos bien, y nadie sabe todo lo que hemos tenido que vivir para tener de ese “humorcito” que nos cargamos.
La sonoroense era una mujer como cualquiera, solo que supo aprovechar sus altibajos para construirse una imagen que la llevó al éxito. En la actualidad no sería un ejemplo para el movimiento feminista, pero en su época se atrevió a defender en público, derechos que ahora las feministas reivindican, como el deseo de independencia frente a los hombres.
A mediados de los años 90 tuvo un acercamiento con el movimiento de mujeres en México cuando firmó un desplegado conjunto para exigir la libertad de Claudia Rodríguez, una mujer que fue encarcelada por asesinar al hombre que la violó.
La “Doña” ejemplificó el deseo de autonomía y empoderamiento de la población femenina, banderas que hoy enarbolan las activistas por los derechos de las mujeres en todo el mundo.
¿De dónde salió?
María Félix (María de los Ángeles Félix Guereña) nació en Álamos, Sonora, el 8 de abril de 1914. Su madre fue Josefina Guereña, mujer devota, católica, abnegada y sumisa. Fue educada en un convento de monjas, de Los Ángeles, California, Estados Unidos. Su padre fue Bernardo Félix, de ascendencia yaqui y funcionario estatal y de quien heredó su atractivo físico, temperamento, carácter férreo y dominante.
Sus padres se casaron en 1901 y tuvieron doce hijos. María del Alma fue la cuarta. Su infancia fue dura por su carácter rebelde e independiente. “María Bonita” –como la nombró Agustín Lara en su inmortal canción—tuvo la iniciativa, la voluntad, la constancia y el dominio de su cuerpo, mente y espíritu para realizar labores fuera de lo normal.
Fue expulsada de un colegio de monjas, no tenía vocación religiosa, su juvenil belleza le atrajo “simpatías anormales” con los curas tentones, admiraba a los charros y fue reina de belleza de la Universidad de Guadalajara. Tuvo muchos novios.
¿Sabías que el primer gran amor de María Félix fue su hermano José Pablo? Al parecer su relación fue más allá de sus lazos sanguíneos, por lo que los padres internaron a José en el Colegio Militar. Para la tristeza de la Doña, su hermano se suicidó con un tiro en la frente.
A María de los Ángeles le dolió mucho su ausencia. En esa etapa de su vida, se casa, para liberarse del yugo familiar y social, con Enrique Álvarez, un agente de ventas de la compañía de cosméticos Max Factor, y procrea a su único hijo, Enrique.
Años más tarde, María la esposa…la que no se dejaba humillar se divorcia del agente de ventas, pero este le arrebata al pequeño Enrique. Más adelante, ya famosa, se lo quita a su exesposo.
A principios de la década de 1940, viaja a la Ciudad de México y un día, caminando por la calle de Palma, en pleno centro histórico de la capital, la descubre el ingeniero Fernando Palacios y se queda maravillado ante el porte distinguido de María Urbana.
No tarda mucho en ingresar al cine mexicano, debutó en la película El peñón de las ánimas, 1942, de Alfredo Zacarías. Sin experiencia artística, pero con una voluntad de acero, deslumbrante personalidad y apoyada por un gran cuadro de actores, la cinta tiene un gran éxito de taquilla.
Jorge Negrete, la maltrata y la ofende por su “carencia de cualidades artísticas”. Ironías del destino: años después “el Charro Inmortal” se enamora apasionadamente de María. Sería con la cinta Doña Bárbara, donde se le queda inscrito el sobrenombre de la Doña.
Era la actriz más fotogénica, con un aura muy mexicano, como lo afirmó el cineasta Emilio Indio Fernández, el gran realizador que la redescubrió y la hizo verdadera estrella a nivel nacional e internacional.
El poeta y ensayista, Premio Nobel de Literatura, 1990, Octavio Paz afirmó acerca de la personalidad de María: “La María Félix que todos conocemos es el resultado de lo que hizo con ella misma, con su cuerpo y con su cara, con su alma y con su vida, una muchacha de la clase media mexicana. Cada hombre, al nacer es una promesa de ser; para cumplirla cada uno debe, en mayor o menor grado, hacerse a sí mismo. Tarea que exige imaginación y voluntad; la primera nos muestra la imagen de lo que podríamos ser, la segunda nos da la posibilidad de realizar aquello que imaginamos. María Félix nació dos veces: sus padres la engendraron y ella, después se inventó a sí misma.”
La doña grabó 47 películas, su fama la llevó a trabajar a Italia, España y Francia, sin pasar por Hollywood. María Bonita muere el 8 de abril de 2002. Nace y muere el mismo día y el mismo mes. Así era de original y única. Sigue siendo el máximo símbolo femenino del cine mexicano.
Películas para conocer mejor a María:
Doña Bárbara (1943)
La diosa arrodillada (1947)
Río Escondido (1947)
Maclovia (1948)
Tizoc (1957)
La Cucaracha (1959)
Con información de Filmoteca UNAM