Lo complejo de la muerte radica en la razón del ser humano, se transforma a una pregunta sin respuesta o se divaga en imaginar que es lo que sucede o lo que uno piensa durante la llegada de la muerte. Pero como tal el sufrimiento sólo es un lapso momentáneo, es una opción el sentir dolor o sentir miedo; claro que no estoy diciendo que uno no puede sentir dolor o miedo, sino que también se puede sentir paz o incluso respirar, todo esto es una conjetura que una opinión de un escritor que sueña demasiado y quiere responder todas las preguntas posibles en esta vida. Por lo tanto con este esquema llego a lo que es Martyrs, una pelÃcula que nos sumerge en una trama que podrÃa ser dos pelÃculas distintas llevadas como una sola.Â
Nos muestra a Lucie, una niña desaparecida durante mucho tiempo. No se encuentran rasgos de abuso sexual, sólo mental y fÃsico. Hospitalizada reaprende a vivir aunque tiene pesadillas donde la sigue una mujer torturada; conoce a Ana y se hacen cercanas. 15 años más tarde, en una casa de campo donde vive una familia, aparece Lucie, con un fusil en mano, disparando a todo la familia. Es cuando comienza este desenfreno de emociones y sensaciones al que nos adentra el director Pascal Laugier. Desde el primer momento del film nos muestra el temor y la brutalidad, el miedo y las ganas de huir sin sentido. Nos refleja esa asfixia que a lo largo de la pelÃcula nos acompañará sin precedente. La dirección es magistral, el trabajo que realiza mediante la composición actoral, escenografÃa y la brutalidad de las tomas hace una obra de arte mórbida y tétrica; no se trasmite a la perfección el mensaje tan crudo y real que sin duda alguna cada receptor recibe y llega directo a nuestra mente y corazón como un balazo o un golpe sin remordimiento, junto con una puesta de escena sencilla pero audaz, como también muy provocadora a la hora, cada detalle redactado y narrado se refleja en la fotografÃa y el mensaje cruel que nos trasmitió Laugier.
La historia, junto a su narrativa, nos muestra cánones de la estructura clásica de pelÃculas de terror u horror, un tanto simple pero muy bien manejadas por tal motivo y como mencioné hace unos momentos, la pelÃcula se divide en dos partes y como tal maneja dos tonos: el terror y el horror; ambos muy bien llevadas tanto por el entorno que se desarrolla la trama como la luz, dinámica actoral y tomas que nos ofrecen un buen festÃn bien conectado. Dentro del terror podemos notar ese toque a lo sobrenatural, ese control de nuestras emociones; incluso durante esa primera parte podremos pensar que es una tÃpica pelÃcula de terror donde el «monstruo» está en la mente de la protagonistas, como también las tomas más cerradas, los planos secuencias prolongadas, ese tono de misterio y drama humano. La segunda parte es cuando la sangre y el exceso de crueldad inunda la pantalla con su festÃn de momentos gore, horror y morbosidad. La dinámica de la pelÃcula se vuelve frÃa, temerosa incluso asfixiante y peligrosamente obsceno. Existe mucha brutalidad con una de las protagonistas, te pones a preguntar el motivo de tanto, el por qué tanto dolor y en si esa misma respuesta se contesta al poder digerir en su totalidad el film.
Las actuaciones sobrepasan el film, nos adentran y atrapan, son adecuadas a la hora de la ejecución. En el trasfondo psicológico nos deja muchos puntos que analizar, desde el sufrimiento de Lucie y el como ese dolor y angustia en su mente recrea un «ente» que le pide venganza, pero simplemente es ella misma que quiere hacer sufrir a sus captores. Inconscientemente ella está pidiendo dolor, ese mismo dolor que le enseñaron desde pequeña. De tal forma ella se vuelve una «Mártir» que en el fornido recibe ese dolor, incluso lo acepta con resignación.
Sin duda alguna, Martyrs es una pelÃcula no apta para todo el público o el público comercial ya que hay escenas bastante largas y brutales que muchos pensarán que no son necesarias; pero a la hora de enfocarnos en el porqué de tanto sufrimiento y dolor, uno se da cuenta que todo el film, cada toma, sangre y dolor es necesario; ya que de eso se trata, del martirio y el llegar a ese lapso donde el dolor no está y nos lleva a la paz, al más allá sin remordimientos: solamente resignación.