José Antonio Meade se convirtió en el primer precandidato presidencial del PRI que no está afiliado al partido. En un sexenio que estuvo marcado por hechos de corrupción protagonizados por gobernadores, el ex secretario de Hacienda se comprometió a trabajar con rectitud y a poner el conocimiento y la experiencia por encima de las “revelaciones, los caprichos y las visiones pequeñas y perdedoras”.
“Habrá un combate frontal y definitivo a la corrupción. Ni un peso al margen de la ley. Ningún privilegio más que el de ser mexicano”, aseguró frente a la Comisión Nacional de Procesos Internos del tricolor, quien le otorgara la constancia que lo acredita como precandidato único a Los Pinos.
Meade fue arropado por los 14 gobernadores priistas y por representantes del PVEM, como el mandatario de Chiapas, Manuel Velasco y el secretario de Medio Ambiente, Rafael Pacchiano.
También lo respaldaron los otrora aspirantes presidenciales Miguel Osorio, secretario de Gobernación; la diputada con licencia, Ivonne Ortega; el secretario de Salud, José Narro; el de Turismo, Enrique de la Madrid, y el dirigente del PRI capitalino, Eruviel Ávila. En su registro también hubo representantes del gabinete legal y ampliado, como el canciller Luis Videgaray, quien prácticamente fue el responsable de destaparlo en un evento con embajadores, y el secretario de Educación, Aurelio Nuño, quien podría incorporarse a su equipo de campaña.
En presencia de su esposa Juana, su padre Dionisio y sus tres hijos, el ex secretario de Hacienda prometió conducirse “con la misma rectitud con la que he formado a mi familia”.
Alrededor de las 10:30 de la mañana, Meade Kuribreña arribó a la sede nacional del tricolor ya abarrotada por militantes representativos de los sectores y organizaciones del PRI. Como lo hiciera Enrique Peña Nieto durante su campaña presidencial, destinó más de una hora para tomarse selfies. Portaba un saco azul que contrastaba con las chamarras rojas de la marea priista, Juana Cuevas lo acompañó.
Cuando logró llegar al templete, se dijo “emocionado, honrado y agradecido” por la nominación que le permitirá, de ganar la Presidencia, convertir a México en una potencia mundial. Agradeció también al presidente Enrique Peña, quien fue ovacionado al momento por todos los priistas.
Meade pidió ser autocríticos para cambiar “lo que nos duele”. Se pronunció en contra de “reinventar” al país cada sexenio. “No hay que demolerlo todo, no hay que cambiarlo todo… Apostamos por la experiencia no por la ocurrencia; por el conocimiento y no el enfrentamiento; por la preparación y no la improvisación”.
Información de El Heraldo de México.