Por Zeus Munive / @eljovenzeus
Dicen que la puerta de entrada a la política es muy pequeña, y que para entrar hay que arrastrarse. Sin embargo, el amargo adagio no aplica a Andrés Manuel López Obrador, el último político, de esos que están en extinción. Él es uno de esos viejos lobos de mar que posee el colmillo que le brindan los años que ha pasado en campañas políticas y la experiencia que le otorgan sus infinitos recorridos por la geografía nacional. Genuino y avezado escucha, extrae sus argumentos de lo más íntimo del sentir popular.
De ahí que se muestre ufano del respaldo de sus partidarios. También, López Obrador es un ágil lector de los tiempos, de los cuales unos son precipitados por su tenacidad o necedad, otros planeados y otros más producto de golpes de suerte.
Lo demostró recientemente, cuando logró que la atención se centrara en detener la hegemonía de Morena en las Cámaras, mientras el partido del presidente conquistaba más de la mitad del territorio nacional. (El avance de este movimiento –que no partido– en tan poco tiempo debiera ser considerado objeto de estudio). De no haber sido por la derrota en las alcaldías de mayores ingresos de la Ciudad de México, “la paliza hubiera sido brutal”, considera Miguel Calderón Chelius, coordinador de la licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública y de la maestría en Políticas Públicas de la Ibero Puebla. Cierto, ahora el presidente y sus operadores deberán negociar más en el Legislativo, con los acuerdos y los jaloneos que esto implica, pero ello enriquece la vida democrática del país y aviva el debate.
Sus opositores, por lo menos los que aparecen todos los días en los medios y usan Twitter más que el mismísimo Jack Dorsey, han podido hacer poco, salvo cumplir con la consigna de estar en contra de todo lo que haga López Obrador, pero sin propuesta visible y desde las entrañas de una mezcolanza ideológica sinsentido. Por estas razones, el sociólogo Calderón Chelius, consultor de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), sostiene que esa oposición está “completamente desarticulada”.
En este tenor, los resultados de la reciente elección intermedia dan visos de lo que podemos esperar en la segunda mitad del sexenio, tanto a nivel federal como local. La lectura de Calderón Chelius es relevante para comprender el escenario nacional y la alternancia en nuestra ciudad. En esta entrevista, el sociólogo hace una radiografía de los recientes acomodos políticos, sus antecedentes, sus relaciones y significados, pero también sus implicaciones; sin embargo, no busca adivinar el futuro, sino analizar a profundidad la nueva realidad política de México.
El balance
Zeus Munive (ZM): Si bien Morena –el partido en el poder– mantiene su mayoría, hay ya una negociación con los diferentes grupos políticos. ¿Cuál es su percepción del tablero político después de las pasadas elecciones del 6 de junio? ¿Cómo se interpreta el nuevo acomodo en el poder?
Miguel Calderón Chelius (MCC): Lo primero que hay que decir es que el resultado de la elección de este año es un resultado que dio triunfos y derrotas prácticamente a todos los actores políticos. Todos los actores políticos pueden presumir victorias significativas, pero también cargan con derrotas importantes, como, por ejemplo, Movimiento Ciudadano.
El hecho de que haya ganado Nuevo León y Monterrey no es poca cosa, es algo muy significativo. Resulta que un partido pequeño es el que gobierna –después de la Ciudad de México– las dos entidades probablemente más importantes o de las más importantes [del país], como son Jalisco y Nuevo León; entonces, en ese sentido, este triunfo no es poca cosa. Ahora, si vemos los resultados de Movimiento Ciudadano en global, son absolutamente pobres, pero tienen esos dos triunfos que pueden presumir, con los que, por supuesto, han salido a declararse victoriosos.
“Si vemos a la alianza opositora, el resultado que obtuvo fue malo; sin embargo, logró ganar varias alcaldías de la Ciudad de México, y con eso puede salir y declararse victoriosa, aunque su resultado haya sido pobre. Aquí hay que hacer una pausa respecto de las alcaldías para analizarlo en su justa dimensión: sí, efectivamente ganaron, y eso me parece que sí es algo de lo que Morena ya tomó nota, y ellos mismos se percataron de que el comportamiento del electorado no se movió tanto como parece ser, sino que [los partidos opositores] se sumaron. Si hubieran competido en las mismas circunstancias en las que compitieron en el 2018, Morena hubiera ganado todo.”
ZM: Entonces esa presunción de triunfo es resultado de la alianza.
MCC: Sí, es un triunfo en el sentido de que pudieron hacer eso, pero luego presumen cosas falsas, como haber evitado que Morena mantuviera la mayoría calificada, la cual nunca ha tenido. Nunca tuvo la mayoría calificada en la Cámara de Diputados ni en la Cámara de Senadores; por lo tanto, no puede imponer reformas constitucionales sin negociar con los otros partidos. Pero […] si no hubieran obtenido las alcaldías, la paliza hubiera sido brutal, porque la forma en que perdió gubernaturas es impresionante.
“En cuanto a Morena, en cualquier lugar del mundo su resultado se consideraría un triunfo abrumador del partido en el gobierno; y ello en medio de crisis económica, pandemia, desajustes internos del partido o movimiento gobernante, desatino de candidatos, y aun así gana la mayoría de las gubernaturas, es decir, Morena controla la mitad del país en términos de gubernaturas, logra la mayoría en el Congreso con algunas dificultades, pero la logran, particularmente en la Cámara de Diputados.
“Sí le pesa esta derrota en la Ciudad de México, que […] incluso están leyendo mal en Morena en dos sentidos: la lectura que dice que las clases medias son muy manipulables y que la oposición las ha manipulado me parece rara por muchas cosas, pero lo más importante es que creo que lo que tendrían que estarse preguntando es por qué si lo oferta de la oposición es tan mala, y se refleja en el conjunto del país, ¿Cómo es posible que haya un sector de la población que esté dispuesto a escucharla? ”[…] Los sectores medios son los sectores políticamente más dinámicos y más independientes en cualquier espectro político de cualquier país. La pregunta que se debería estar haciendo Morena y el gobierno es: qué hicimos mal o qué hizo bien la oposición que logró que sectores importantes –particularmente de la Ciudad de México– fueran receptivos de su mensaje, y no me refiero al electorado cautivo del PAN, que puede ser muy conservador y que no importa qué haga el gobierno siempre va a estar en contra, así como hay un electorado cautivo del gobierno que no importa lo que haga siempre estará a favor, pero deberían de hacerse esa pregunta. Y la segunda razón creo que se equivocan en la lectura, porque no están contando bien el efecto de la alianza, y están asumiendo lo que la oposición les está trasladando, es decir, la derrota como tal la están asumiendo completamente como producto de lo que no hicieron, que eso no está mal en términos de análisis interno, pero no están viendo que es producto también de esa alianza opositora. Entonces, más bien hay que analizar la potencialidad de esa alianza opositora y no solo lo que uno hace, porque el que está enfrente también cuenta; entonces creo que ese es el escenario de partida y en ese escenario de partida, como bien lo decías, se ha acelerado el proceso sucesorio y el reacomodo de fuerzas políticas.
“Se están dando ajustes de todo tipo dentro de las distintas fuerzas políticas, y me parece que los más notorios son los que están ocurriendo en el PRI, con estas rupturas que hay en su interior. Claramente hay una parte del PRI que quiere negociar con Morena, hay otra parte que quiere irse con el PAN, y hay otra parte a la que prácticamente están expulsando del PRI.
“Claro que Morena ha tenido problemas internos todo el tiempo, pero su factor fundamental de unidad son dos: por supuesto, López Obrador; pero [la otra] es el poder. Una cosa que hay que entender es que el poder aglutina. Si Morena logra resolver la proyección de poder hacia el 2024, los actores políticos internos se van a disciplinar; si Morena no logra tener una proyección clara del triunfo independientemente de quien sea su candidato, los candidatos tendrán incentivos, van a explorar las posibilidades de caminos distintos a los de Morena, pero queda claro que el camino pasa por Morena, van a acabarse disciplinando.
Por ejemplo, […] Monreal, ¿qué va a hacer Monreal?, ¿competirá por un partido pequeño?, ¿se va a ir con las líneas opositoras? En ese marco puede apostar todo su capital político y jugársela, puede hacerlo, pero solo si ve que hay posibilidades, pero si ve que Morena es el factor por el cual va a pasar la decisión, no creo que se la juegue, y creo que se disciplinaría y buscaría conservar el poder que tiene, que representa y que significa dentro de la coalición gobernante”.
ZM: Esta es la primera vez en la historia de México, o por lo menos en la historia reciente, que un presidente adelanta el proceso de sucesión, o que por lo menos lo hace abiertamente, donde él mismo dice: “ahí están mis cartas”.
MCC: La última vez que alguien adelantó el proceso sucesorio fue Porfirio Díaz, con aquella entrevista que concedió y donde dijo que él estaba listo para irse y que generó una serie de procesos; por lo tanto, es un juego peligroso y a López Obrador le encanta jugar ese tipo de juego político y disfruta poner a los distintos actores en juego, y creo que no le sale mal. Con todo el peso y el efecto que tuvo, por ejemplo, la caída de la Línea 12, eso ha ido saliendo del debate público, pesó en la elección, particularmente en la Ciudad de México, pero ha ido saliendo del debate y, bueno, están ahí los actores. Me parece que estos están haciendo sus movimientos y también está obligando a algunos actores, como Monreal, a moverse; probablemente [Monreal] tampoco quería moverse todavía, no le convenía, porque lo va obligando a definirse.
“Los otros dos actores que están en juego en este momento son Ebrard y Sheinbaum, quienes en realidad tienen un discurso más institucional; además, ninguno ha jugado con la posibilidad de ir por fuera”.
ZM: De hecho, creo que ahora son los que más reflectores tienen sobre ellos, y obviamente Monreal, porque es un factor que él mismo ha querido jugar. Parecería que está jugando a vender un poco caro su amor, ¿no?
De “si no me quieren, yo me salgo”, pero nadie le ha respondido “salte”. Sin embargo, digamos que ahí está la jugada, por lo menos así parece por el mensaje que se ha venido manejando incluso mediáticamente.
MCC: Monreal no parece el candidato natural de Morena, pero claramente es un operador político que tiene mucha fuerza, que tiene muchas posiciones y que tiene mucho peso, pero no parece el candidato natural de Morena. Me parece que ese es un problema con él; Ebrard también fue priista, pero Monreal parece más priista que Ebrard, y si Sheinbaum llegara a la candidatura, sería la primera candidata de la izquierda que no proviene del PRI, y eso sería algo que no hemos visto.
“Ebrard y Monreal se formaron todavía en el PRI, el propio presidente se formó en el PRI; en ese sentido, Sheinbaum representa una lógica distinta también con muchos problemas, pero representa, por primera vez, un personaje cuya trayectoria se ha dado en la izquierda, por no mencionar la otra cosa obvia, que es mujer. Ya hemos tenido mujeres candidatas, bastantes, pero ninguna ha tenido posibilidades reales de ganar la presidencia […]. Hasta ahora ella todavía no es candidata, pero parecería que si llega a ser candidata tendría posibilidades reales de ganarla”.
ZM: ¿A qué se debe que Morena siga siendo mayoría? Ganó las gubernaturas, el Congreso, y en el caso de Puebla prácticamente ganó todo, con excepción de la ciudad y la zona conurbada. ¿Qué es lo que ellos están haciendo bien y qué es lo que la oposición está haciendo mal? Morena sigue siendo mayoría pese a lo que uno lee en Twitter, en algunos medios, en columnas y análisis.
MCC: Creo que la oposición en México está completamente desarticulada. La alianza les salió bien básicamente en la Ciudad de México, en algunas zonas urbanas como Puebla, donde hay que decir, además, que es claro que hay o había una confrontación entre el gobernador y la presidenta municipal de Puebla, lo que también favoreció un resultado contrario a Morena, o sea, eso hay que decirlo claramente, pero me parece que es una oposición sin otro discurso que estar en contra de López Obrador, sin una clara oferta política más que volver al pasado, y creo que la gente está harta de lo que representó ese pasado de corrupción. Me parece que en particular los gobiernos de Felipe Calderón y de Peña Nieto fueron muy groseros en los niveles de corrupción, y también me parece que en la población hay dos factores muy importantes: la población sí está entendiendo, comprando el discurso del gobierno de que muchos de los problemas que se enfrentan son problemas que se gestaron durante mucho tiempo, por ejemplo: en la cuestión del sistema de salud, la gente no ha comprado el discurso de la oposición de que es culpa de este gobierno, porque no se le olvida que el deterioro venía de antes; la corrupción en general.
ZM: Como salió Anaya, diciendo que le molesta ver tanta pobreza, y uno dice: “si ya fuiste candidato, por lo menos recorriendo te diste cuenta de algo, ¿no?”.
MCC: Sí, pero, además, la gran pregunta es: está bien, tienen razón, este gobierno no está logrando hacer las cosas que dijo, pero siempre se les olvida mencionar que [este gobierno está actuando] en medio de la crisis económica y de salud más grande que ha sufrido el mundo […]; y ellos cuando gobernaron ¿qué hicieron? Esa es la narrativa de la oposición y, en ese sentido, me parece que es grave.
”Volviendo a la pregunta original, una de las grandes victorias del bloque gobernante fue ganar la mayoría en la Cámara de Diputados, […] porque si la oposición hubiera ganado la mayoría hubiera bloqueado el presupuesto a las obras que está impulsando el gobierno de López Obrador: el Tren Maya, el Transístmico, la refinería, el aeropuerto; estas cuatro obras tan polémicas, muy criticadas, pero que van y que vamos a ver, y yo creo que mucho de la legitimidad y de lo que el gobierno pueda decir o no hacia la última parte de su mandato va a entrar en estas obras y sus efectos. Porque, veamos: Fox prometió un aeropuerto que no pudo hacer, Felipe Calderón prometió una refinería que se quedó en una barda, Peña Nieto prometió un aeropuerto que tampoco pudo hacer, y que de repente este gobierno nos entregue la refinería, nos entregue el aeropuerto, nos entregue el Tren Maya, nos entregue el Transístmico, en términos de capacidad de concreción me parece que va a ser muy significativo, y ya ante los hechos consumados, si ya hay un aeropuerto funcionando la crítica será más difícil, porque en este momento dicen: ‘es que no va a funcionar, no van a poder elevarse los aviones, van a chocar’…
“Luego el otro factor que creo que está pesando mucho en los resultados de Morena es, efectivamente, la política social, y fíjate cómo le reclamaron al gobierno que no tuvo una política de transferencia de recursos a los empresarios, a las clases medias, y la crítica parecía muy coherente, pero cuando uno ve lo largo de la pandemia se da cuenta de que si el gobierno hubiera hecho eso y se hubiera endeudado para hacerlo estaría perdido, porque ha sido mucho tiempo y no habría forma de sostenerlo y no habría tenido efecto. En cambio, lo que sí mantuvo fue esa política social –que también es muy criticable– de transferencias a los sectores de más escasos recursos, donde los poquitos recursos que transfiere hacen una enorme diferencia, […] por ejemplo, si como empresario el gobierno te dice: ‘te vamos a dar un apoyo de cinco mil o diez mil pesos mensuales’, pues bienvenidos, pero no van a salvarte, no cubren probablemente ni el sueldo de uno de tus colaboradores, pero con eso mismo [la población de escasos recursos] sí resuelve la situación no de una familia, sino de dos o tres. Entonces, una cosa que pudimos haber visto en México en estos meses, y no vimos, era una crisis de hambre entre la población; [es decir] la situación social no se desbordó en medio de la crisis más grande que hayamos vivido, no hemos visto asaltos a los supermercados, no hemos vivido desabasto, y estos sectores [han recibido] poquito, pero con ese poquito han podido sobrevivir, además de que el gobierno no tenía la capacidad ni los recursos para, digamos, de alguna manera salvar a las clases medias”.
ZM: De acuerdo, si bien hay un problema de inseguridad que sí es notorio debido al surgimiento de nuevos cárteles, pero no se ha visto el pandillerismo que se esperaba que pudiera generarse. […] Pero no había de otra, esto [la pandemia] fue mundial; y esto que mencionas [los apoyos a clases bajas] fue un elemento que no se ve porque solemos vivir en una burbuja, lo experimentamos desde una burbuja de privilegio en la que vivimos.
MCC: Sí, pero la gente, por ejemplo, si se hubieran puesto muy rígidos de que nadie sale y la cuarentena, yo creo que habría habido levantamientos. Entonces, la combinación de mantener cierta movilidad y estas transferencias ayudaron, me parece, muchísimo a mantener en funcionamiento, y que a sectores muy grandes de la población no les ganara la desesperación. Eso no quiere decir que están bien, eso no quiere decir que la situación ya se superó, pero sí me parece que eso es un factor muy importante.
Cuando la oposición dice: “es que la pobreza está aumentando con este gobierno”, se les olvida decir que hay una crisis mundial [en la que] el gobierno no puede evitar que aumente la pobreza, pero yo creo que la está manejando y está evitando sucesiones más radicales con la política social que ha establecido y, en ese sentido, ha resultado muy útil en medio de la pandemia mantener este tipo de apoyos, e insisto, que además tiene un efecto muy grande sobre estas familias, [efecto] que no tendría sobre los sectores de la clase media. [Para estos sectores] una transferencia de dos mil pesos al mes pasa como si no hubiera habido nada, no te resuelve.
ZM: Claro, incluso podría tomarse hasta como una ofensa, o sea, psicológicamente podría significar que el gobierno me está dando una limosna.
MCC: Sí, en cambio para los sectores que los están recibiendo sí resuelve y, por supuesto, […] eso también genera lealtades políticas, en eso sí tienes razón. Esa crítica de la oposición sí tiene razón, pero es parte del juego político: toda acción de gobierno genera oposiciones y lealtades. Tú decides construir un puente y la gente que está a favor va a decir “la próxima elección voto por ti”, y la gente que está en contra no te apoyará, pero eso es parte del juego político, es decir, hay una serie de cosas que los gobiernos tienen que hacer, aunque no les guste y, en general, los políticos tratan de hacer cosas que también les generen bonos. Si esas cosas además son buenas, pues qué mejor, pero ciertamente buscan cosas que les generen apoyos.
La Puebla que deja Claudia
ZM: A Puebla se le ha considerado como conservador o clasista, aunque creo que no es tan así, en otro tiempo sí, pero creo que actualmente no, pues incluso ya se ha votado varias veces por Andrés Manuel, y a pesar de los últimos resultados no ha perdido fuerza. En el caso de Puebla hablábamos de que, en efecto, hubo un enfrentamiento entre el gobernador y la alcaldesa, y solamente Eduardo Rivera ganó en la capital, y algunos –no todos– diputados del PAN también ganaron. Eso también es llamativo, que en la misma capital no la tuvieron fácil, y en la zona conurbada –las Cholulas, Coronango o Cuautlancingo– tampoco. En estos casos, ¿cuáles fueron los factores? ¿Es un poco lo que pasa en la Ciudad de México?
MCC: Creo que Morena perdió en estos municipios, más que le hayan ganado y, entre otras cosas, perdió por la confrontación entre Claudia Rivera y el gobernador, que justo afecta a toda la zona conurbada, porque, a final de cuentas, Claudia Rivera era la cara más visible de los ayuntamientos. Mucha gente que vive –sobre todo de los sectores medios– en Cholula, por ejemplo, realmente no sabe quién es la presidenta municipal de Cholula, voltea en realidad a ver a Puebla capital y ese es el referente.
“Además, creo que el gobierno de Puebla capital fue malo en general, y creo que el indicador más claro que tenemos es que hayan tenido subejercicio presupuestal, eso habla de una mala planeación, de una mala ejecución, y también me parece que, además de tener problemas al interior del gobierno municipal, tuvo una pésima comunicación, y en tercer lugar –y de nuevo hay que ponerlo en contexto– les tocó lidiar con la pandemia.
“Entonces, en un contexto de crisis económica y descontento, echarle la culpa al gobierno, y en este caso a los gobiernos municipales, es relativamente fácil, pero también creo que hubo otros factores que jugaron en el resultado. Creo que Barbosa no jugó por la reelección de Claudia, no me atrevería a aseverar lo contrario, de que jugó a favor de la alianza opositora, no tengo ninguna base, pero claramente no jugó para que ella se reeligiera. […] Una de las cosas más admirables de Claudia Rivera y de su gobierno fue la resistencia que tuvieron frente al gobierno del estado.
“Ahora, ¿Qué hubiera pasado si ella gana?, de inmediato se vuelve en un factor de poder paralelo al de Barbosa rumbo a la sucesión en el estado. Ahora Barbosa va solito, él controla la sucesión para la elección en el estado, al menos del lado de Morena, y creo que del otro lado también tiene bastantes fichas jugando; entonces tiene el control, de la otra forma Claudia se hubiera convertido inmediatamente –aun con los malos resultados–, si hubiera obtenido la reelección, en un polo de atracción, porque se hubiera convertido en una candidata natural a la gubernatura del estado y eso hubiera limitado mucho a Barbosa en su juego político. Independientemente de las animadversiones que tuvieran, también ese era un factor muy claro que se estaba jugando en la elección: si hubiera ganado Claudia Rivera, a pesar del conflicto con el gobernador, su figura política hubiera crecido muchísimo; además, me da la impresión de que al final entendió que tenía que hacer un mejor gobierno, pero ya no tuvo tiempo o ya no pudo hacerlo, pero probablemente si Claudia Rivera hubiera ganado hubiéramos tenido una mucho mejor Claudia Rivera que la que vimos, porque además tendría una proyección hacia la gubernatura. […]
Si Claudia Rivera hubiera ganado se hubiera convertido en candidata natural, […] y para bloquearla se hubiera tenido que invertir mucho capital político y económico, que yo creo que se invirtió. Creo que parte de esta elección –en el caso de Puebla– consistió en evitar que ella ganara”.
ZM: Sí, hubo una cargada mediática, hubo muchos factores, por lo menos los brazos caídos se notaron.
MCC: El gobierno del estado evidentemente ni un dedito iba a mover por ella.
ZM: Y ella se estaba reinventando, pero ya no le dio tiempo.
MCC: Se tardó mucho y cometió muchos errores, pero, además, evidentemente hubo fuego amigo en ese proceso de elección, […] y efectivamente un sector muy amplio de la población de Puebla es muy conservador, es muy clasista, estamos hablando de una de las ciudades con mayor desigualdad en el país y, por supuesto, [a ese sector] no le gustaron los resultados del 2018, así que salieron y encontraron un terreno dónde moverse.
La Puebla que recibe Lalo
ZM: Algunos personajes cercanos a Eduardo Rivera lo ven en la gubernatura. Sin embargo, en el interior del estado Morena sigue teniendo mucha fuerza, por eso el gobernador está tranquilo, porque al final se ganaron diputaciones federales; casi todo el Congreso —no sé si sea la palabra correcta— es suyo o por lo menos de su partido. Sé que es difícil saberlo, pero ¿En tres años puede el PAN ganar la gubernatura o más bien Morena seguirá teniendo fuerza?
MCC: Diría que no, va a ganar Morena, pero muchas cosas se van a mover, muchos de los actores políticos que ubicamos en un aspecto y otro se van a mover, entonces hay que ver también qué pasa a nivel nacional. Si el conflicto de la sucesión presidencial se resuelve razonablemente bien y Morena se perfila a ganar, yo creo que eso alinea no solo a Puebla sino a muchos estados, y también a los factores locales; eso permitirá que haya procesos locales menos conflictivos.
“Creo que Eduardo Rivera se convierte naturalmente en el candidato de la oposición, es la figura más visible que le logró ganar a Morena, pero tendrá el desgaste natural de gobernar, a ver si es cierto que hace muy buen gobierno.
Me imagino que van a cuidar mucho la comunicación política y la comunicación social […], porque mucho de esto es un problema de percepciones. Es un candidato natural, pero no sé si eso le alcance para ganar, pero aquí la pregunta es si le gana a quién; eso todavía no queda claro. Hay algunas figuras en el entorno de Barbosa que podrían, pero no queda claro quién sería esa figura que competiría en el proceso electoral del 2024, habrá que ver”.
ZM: Todo depende de si Eduardo Rivera hace un buen papel, cómo es que se da la relación con el gobierno del estado. A nivel estatal hay algunos actores: Alejandro Armenta, que es gente de Monreal; Ignacio Mier, que quiere, pero en Puebla no es conocido; hay quien incluso menciona a Beatriz Gutiérrez Müller, pero todavía falta mucho y sería especulación.
MCC: Así es, todavía falta mucho, falta ver cómo va a jugar Barbosa, qué tanta libertad tendrá para definir el proceso local, o en el escenario de la esposa del presidente, ahí evidentemente estaría jugando a nivel nacional. […]
“Incluso Puebla puede convertirse en un espacio para desfondar a Monreal, ofreciéndole gubernaturas a algunos de sus leales, como Armenta, a cambio de que se alineen o, por el contrario, que el propio Monreal negocie no ir [por la presidencia] a cambio, por ejemplo, de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, la gubernatura en Puebla… Tenemos distintos escenarios que todavía están muy verdes para poder afirmar. A diferencia de lo que está pasando en el escenario nacional, los actores políticos locales todavía no se están moviendo claramente, con excepción de Eduardo Rivera, que naturalmente se convierte en un candidato y si hubiera ganado Claudia Rivera era exactamente la misma situación que complicaba el escenario, porque jugaba en el mismo terreno de poder que el gobernador”.
En corto
Miguel Calderón Chelius es licenciado en Sociología por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México; maestro en Estudios Regionales por el Instituto José María Luis Mora y doctor en Sociología por El Colegio de México, donde se tituló con la tesis “En busca del umbral de la pobreza. Estructuración social de las normas de satisfacción mínima de las necesidades humanas”.
Durante ese tiempo se involucró en el trabajo comunitario con emigrantes latinoamericanos a los Estados Unidos. Ha colaborado en organismos sociales y públicos como la Fundación Mexicana para el Desarrollo Rural, el Instituto de Investigaciones Legislativas del Senado de la República, en el Consejo para la Evaluación del Desarrollo Social del Distrito Federal (Evalúa DF) como coordinador de Registro y Medición, donde coordinó, junto con Julio Boltvinik, el Proyecto para la Medición de la Pobreza y la Desigualdad en la Ciudad de México. Actualmente es consultor de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). En la Ibero Puebla se desempeña como coordinador de la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública y la Maestría en Políticas Públicas.
Es miembro del Observatorio de Salarios y de la Red de Salarios, Desigualdad y Niveles de Vida, que agrupa a investigadores de México y el extranjero. Sus líneas de investigación son: derecho a la alimentación, medición de la pobreza y diseño de políticas sociales.