Pulso
El expiloto de Fórmula Uno Niki Lauda, quien perdió la vida el pasado 20 de mayo, fue despedido este miércoles por miles de personas, entre ellas celebridades, durante una ceremonia llevada a cabo en la Catedral de San Esteban, en Viena.
En la capital austriaca, donde nació el 22 de febrero de 1949, Niki, tres veces campeón de la F1, recibió el último adiós de diferentes personajes, como los expilotos Alain Prost y Gerhard Berger; Alexander van der Bellen, presidente de Austria; el extenista Boris Becker, por mencionar algunos.
También asistieron Jean Todt, presidente de la FIA; el director general de la F1, Chase Carey; el director deportivo de F1, Ross Brawn, además de Luca di Montezemolo y Stefano Domenicali, exjefes de Ferrari.
Los actuales pilotos de Mercedes, Lewis Hamilton y Valtteri Bottas, así como el jefe de equipo Toto Wolff fueron otros de los que acudieron a despedir a Niki Lauda, quien en sus últimos años de vida se desempeñó como presidente no ejecutivo.
Otros personajes apegados al automovilismo, como Helmut Marko, Christian Horner, Mattia Binotto, Franz Tost, Gunther Steiner, Otmar Szafnauer, Claire Williams, Jackie Stewart, Nigel Mansell, David Coulthard, Mark Webber, Alex Wurz, Nico Rosberg, George Russell y Arturo Merzario de igual forma asistieron a la ceremonia.
A ellos se sumaron miles de simpatizantes, de los que muchos de ellos se quedaron con las ganas de acercarse al féretro de Lauda debido a la conglomeración, todo esto sin importar la presencia de lluvia en la capital austriaca.
El sacerdote Toni Faber encabezó la bendición y oración a Niki Lauda ante la presencia de su esposa Birgit y sus hijos Lukas y Mathas. Cabe subrayar que el entierro del expiloto será meramente familiar.
Con casco y mono de competición, y acompañado de miles de seguidores. Niki Lauda fue despedido como compitió y triunfó, rodeado de muchas leyendas de la Fórmula Uno.
Lukas colocó sobre el féretro un caso rojo, completando así el mono de competición con el que, según ha informado la familia, ha sido enterrado Lauda.
«Prácticamente he pasado toda mi vida con Niki Lauda. Me acuerdo, cuando era una niña de haber visto en las noticias el grave accidente que tuvo. Niki ha sido siempre para nosotros, los austríacos, una persona muy especial, que ha acompañado mi vida hasta ahora», declaró a Efe Brigitta, una de los miles de austríacos que ha querido despedirse de Lauda.
Y es que, al morir el pasado 20 de mayo, a los 70 años de edad, Lauda ha pasado de ser héroe para convertirse en una leyenda.
Una leyenda forjada no sólo con sus tres campeonatos del mundo (con Ferrari en 1975 y 1977 y con McLaren en 1984).
Sino también con la gesta que supuso regresar a la competición apenas un mes después del terrible accidente que sufrió en el circuito de Nürburgring alemán en 1976, que casi le cuesta la vida.
Y con sus éxitos como empresario, como fundador de tres aerolíneas.
Y como superviviente de dos trasplantes de riñón y uno de pulmón.
Tras esa última intervención, el pasado verano, la salud de Lauda quedó muy deteriorada.
El pasado enero, tuvo que ser ingresado de nuevo debido a una gripe que contrajo mientras pasaba las navidades en la isla española de Ibiza, donde tenía su segunda residencia.
El pasado día 20 falleció en una clínica de Zúrich (Suiza) después de lo que los doctores que lo trataron definieron como un «largo proceso».
A esa misa fúnebre, en la que en total participaron unos 500 invitados, acudieron también el actor de origen austríaco, Arnold Schwarzenegger; y el hispano-alemán Daniel Brühl, que interpretó a Lauda en la película Rush.
«Estamos ante el féretro de un gran austríaco», dijo el presidente del país, Alexander Van der bellen, quién afirmó que Lauda hizo sentirse orgulloso a muchos de sus compatriotas.
Por expreso deseo de la familia, no se permitió la presencia de cámaras durante la ceremonia fúnebre.
El entierro ha tenido lugar en la intimidad familiar.