En junio del año pasado, el rodaje de My Policeman —la multimillonaria adaptación de Prime Video de la novela romántica gay de Bethan Roberts ambientada en los años 50, centrada en el romance del policía Tom y Patrick, un conservador de museos—, llevó al músico convertido en actor Harry Styles y al hasta ahora desconocido David Dawson a Venecia.
Tanto Harry Styles como David Dawson estaban allí para rodar una serie de escenas en el tercer acto de la película que se estrenó este 4 de noviembre, cuando los amantes clandestinos se embarcan en una estancia en la antigua ciudad italiana. Lo pasan de maravilla, desligados de los prejuicios de su Inglaterra natal, pero se respira una trágica inevitabilidad: la sensación de que se trata de un sueño, de que es un momento finito, pesa mucho en el ambiente.
Por supuesto, el rodaje de una película con Harry Styles, la estrella del pop más famosa del planeta, conlleva su propia serie de obstáculos: “Hicimos muchos planes previos para disfrazar el nombre de la película, para hacer todo tipo de cosas para [evitar que los fans aparecieran]”, dice el director, Michael Grandage. Pero no hubo mucho de eso, hasta Venecia: “De repente, nos dimos cuenta de que había mucho interés al final de los canales. Podíamos oír todo tipo de gritos. Pero conseguimos tener un rodaje bastante exitoso”, dice. “Diré esto sobre los fans de Harry: son gente fenomenalmente respetuosa. Si un fan es un espejo de la persona a la que sigue, no me sorprende”.
Harry Styles: de estrella del pop al protagonista de My Policeman
Si My Policeman sigue siendo una de las películas más esperadas del año, antes de su estreno en cines a mediados de octubre (con un aterrizaje en Prime Video programado en noviembre), es por un hombre: Harry Styles. Todo comenzó a principios de 2020, justo antes de que la pandemia de Covid-19 enviara al mundo a la inmovilidad y, algo atípico en el proceso de casting de Hollywood, fue realmente cuando el propio Harry Styles ofreció sus servicios: “Así que me nos reunimos en mi oficina de Londres”, recuerda Grandage. “La persona que llegó estaba increíblemente informada: no solamente había leído la novela, al menos una vez, sino que había leído el guion muchas veces. Estaba sentado frente a alguien que estaba argumentando por qué quería interpretar a Tom Burgess. No tenía que venderlo”.
Antes de ese encuentro con Grandage, solamente habíamos visto a Harry Styles en la gran pantalla dos veces —sin contar One Direction: This Is Us, o la secuela Where We Are— y ambos eran papeles menores. Su papel más memorable se produjo en el drama bélico Dunkerque, de Christopher Nolan, en el que interpretaba a un soldado inglés eternamente ansioso. Más tarde, un cameo de 30 segundos como Eros, un dios del MCU, después de los créditos en Eternals. “Se trataba realmente del riesgo de alguien que en ese momento únicamente había hecho [Dunkerque]”, continúa Grandage. “Para mí, se trata de si ves algo que te emociona, o te interesa lo que están diciendo. Y yo lo hice con él”.
My Policeman trata menos de un dúo de amantes trágicos que de un trío de individuos atrapados en una desafortunada y estruendosa vorágine, resultado de la intolerancia social. Entre el Tom de Harry Styles, el Patrick de David Dawson y la Marion de Emma Corrin —la esposa de Tom, bajo cuyas narices se desarrolla el romance— no hay un villano, solo víctimas. Es un barril de pólvora de tensión díscola, y al final, alguien tiene que ceder. La clave para conseguirlo en la pantalla era asegurarse de que los tres protagonistas pudieran interpretar de forma convincente su compleja situación emocional.
“Tuvimos mucho tiempo de ensayo, lo cual es increíble; creo que allí se discutieron muchas cosas”, recuerda Emma Corrin, hablando en la mañana del estreno mundial en el Festival Internacional de Cine de Toronto. “Pero luego, inevitablemente, descubres algo en el camino”.
Antes de planificar una sola toma, Grandage —cuya experiencia en el teatro precede con mucho a su trabajo en la pantalla, ya que My Policeman es su segundo largometraje— dio al trío tres semanas de tiempo de ensayo, algo poco común en la preproducción de la película. “Nos compenetramos y tuvimos química los tres, como equipo”, dice David Dawson, sentado junto a Corrin: “Emma y Harry tenían sus sesiones, Harry y yo las nuestras, así que tenías esas conversaciones en las que no participabas —una especie de secretos— que fueron muy eficaces cuando llegamos al rodaje”.
My Policeman llega en un momento en el que una nueva oleada de medios de comunicación británicos está echando un ojo a las tragedias queer del pasado: pensemos en el megaéxito del drama histórico It’s a Sin de Russell T Davies, que arrojó luz sobre la epidemia de sida en Inglaterra en los años 80. “Se me rompió el corazón [cuando se estrenó It’s a Sin] el año pasado”, dice David Dawson.
“Y ahora más que nunca, creo que es realmente importante que todo el mundo mire hacia atrás y aprenda de nuestro pasado, si realmente queremos avanzar y progresar. Pero hasta que no miré las cabezas parlantes de la época, e hice mi propia investigación, no sabía mucho sobre [este periodo]”. Con todas las victorias sociales y políticas de las que ha disfrutado la población LGBTQ+ en el Reino Unido, es fácil olvidar lo recientes que fueron.
“Siempre hay lugar para mirar por encima del hombro y recordar cómo fue”, dice Bethan Roberts, autora de My Policeman. “Según mis investigaciones, para mucha gente fue una época muy solitaria, violenta y traumática”.
Grandage, por su parte, considera que cierta superestrella del pop puede desempeñar un papel importante a la hora de acercar la historia que sustenta My Policeman a una nueva generación: “Hay un elemento clave en esto, que es Harry Styles y Emma Corrin, en particular”, dice. “Como están en ella, un grupo demográfico muy grande de personas vendrá a ver esta película. No sé si todos ellos conocen lo que ha sucedido en nuestro pasado reciente, en la década de 1950. Pero sí sé que este grupo de personas, esa generación, es la generación con menos prejuicios que probablemente haya vivido”.
Tras ese primer encuentro, una foto de la novela My Policeman asomando por el bolsillo de Harry Styles causó furor en Twitter. “Creo que fue entonces cuando tuve mi primera experiencia real de la magnitud de su atractivo”, recuerda Grandage. Es de suponer que cualquier duda persistente se extinguirá con las cifras masivas de audiencia que parecen casi seguras.
(Con información de GQ México)