Ha caído Fernando Rosales Solís.
Bueno, bueno, los puristas dirán que renunció a la Secretaría de Seguridad Ciudadana, pero su salida ya estaba cantada, sólo que se esperaba que fuera este jueves y no el martes pasado por la noche.
José Chedraui Budib ganó esta batalla, aunque no lo crean.
Con la renuncia de Rosales le quitó argumentos a sus adversarios y enemigos externos e internos. Ahora, ¿qué van a decir? Ya no está ni Rosales ni el tal “Sauce”, quienes provocaron las protestas de los propios uniformados.
Aunque, también hay que decirlo, la liga se estiró demasiado y fue porque los policías — quienes estaban hasta la madre—, dieron un golpe en la mesa tras la muerte de dos de sus compañeros; si no se hubiera llegado a ese nivel de violencia, seguramente Rosales y “Sauce” seguirían en el cargo.
Chedraui entendió que cuando un fusible falla, hay que cambiarlo. Que cuando la vaca ya no da leche, o se vende o se convierte en bistecs (Rosales no es un bistec ni una vaca, sólo era para ejemplificar).
La salida de Rosales Solís tranquilizó a los policías. Se cumplen algunos de los acuerdos.
Ahora, las inconformidades que se tendrán que atender son aumento salarial prometido y seguridad para quienes arriesgan su vida al enfrentar a los delincuentes.
El reto que tiene la administración municipal es mayúsculo porque quien llegue a dicha dependencia deberá enfrentar a las mafias internas que ya estaban enquistadas desde trienios anteriores y tendrá que confrontar al crimen organizado que opera en la ciudad de Puebla desde hace varios trienios.
No es necesariamente un tema del actual ayuntamiento, ni es como lo quiere manejar Acción Nacional ni su líder, Mario Riestra Piña, presuntamente investigado por enriquecimiento inexplicable. No, este era un globo a punto de reventar y que finalmente le estalló a la actual administración.
Mientras tanto, ya se barajan nombres.
Ha trascendido que podría ser una mujer y hasta el nombre de Liliana Rosas Labastida, quien fungió como secretaria ejecutiva del Consejo estatal de seguridad pública en los tiempos de Sergio Salomón Céspedes Peregrina, podría quedar al frente.
No obstante, dicha especie no es oficial. Es un nombre que se comenta en la propia corporación. Así como se ha dicho que podría ser un marino, situación que fue bien vista por el secretario de Gobernación Samuel García Pala.
Sea quien sea, es un hecho que pasará por el visto bueno de Omar García Harfuch y el gobernador Alejandro Armenta Mier, para que sea aprobado por el cabildo poblano.
Finalmente, llegue quien llegue, será un tema complejo porque gobernar la ciudad es sacarse la rifa del tigre. O como diría el filósofo Peña Nieto, a los poblanos ningún chile nos embona.