Actualmente, tenemos una relación confusa con los cuerpos, los nuestros y los ajenos. Por una parte nos gusta ser delgados, por otra penalizamos el sobrepeso y por otra la defendemos. Las marcas de moda y las agencias de modelos tienen la misma dinámica. Defienden la diversidad, el derecho a la talla grande, igual que defienden la edad avanzada o tener una enfermedad de la piel o pertenecer a un grupo étnico no caucásico. Pero a la hora de la verdad… salen muchos trapitos sucios.
La modelo noruega Karoline Bjornelykke uso Tik Tok para denunciar que hay agencias de modelos que están contratando a modelos de tallas entre la 40 y la 46 para hacer campañas dirigidas a mujeres de tallas mayores, entre la 48 y la 56, lo que se conoce como plus size.
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Ella es una de esas modelos a las que les colocan ropa mucho más grande de su talla. Para que se adapte a su cuerpo se usa un clásico recurso: la gomaespuma. Gomaespuma con distintas formas y volúmenes. La razón de este agrandamiento artificial con premeditación y alevosía, afirma Bjornelykke, es que la cara y el cuello no sean gruesos: «Las marcas quieren rostros y cuellos afilados». De nuevo, denuncia la modelo, estamos ante la invención, por parte de la industria, de estándares de belleza imposibles.
¿Y es que -podemos preguntarnos- hay escasez de modelos plus size por el mundo? Pues no, en absoluto. Ahí están Ellana Bryan, con sus 95 kilos, modelo pero también gurú, toda una defensora de la belleza sea cual sea tu peso (ella pesa 95 kilos); o Tess Holliday, que atravesó la anorexia para después convertirse en una verdadera inspiración para las mujeres que no se adaptan al cliché imperante. Desde su Instagram presume de sus 120 kilos con los atuendos que, básicamente, le da la gana. O directamente, sin atuendo.
En cualquier caso, armamos un escándalo por casi cualquier cosa. En este caso, por usurpar tallas mayores. Otras veces, por adelgazar o “mejorar” a la gente con Photoshop. Y mientras lo hacemos, para nuestras propias fotos usamos filtros en redes sociales que nos dejan la cara tan lisa que en vivo somos otras personas… ¿Encontraremos algún día la ansiada coherencia?
Con información de El mundo