En menos de un mes, una ruta de transporte público que recorre el sur de la ciudad ha cambiado tres veces de nombre. Nació en diciembre pasado con el nombre de «Eclipse», luego pasó a ser por unos días «Azteca Nueva Generación» y ahora circula como «Nueva Generación Angelópolis».
Pero de “nueva generación” la ruta no tiene nada, pues basta con ver las fotografías – intercaladas en este texto- en las que se exhibe que las unidades son antiguas, a pesar de que el Reglamento de la Ley de Transporte para el Estado de Puebla indica que un vehículo concesionado del transporte público sólo tiene una vida útil de 10 años.
Pero eso no es todo, las unidades circulan con placas de Urvan (es decir, de “combis”) que son grises y con terminación SSH.
Además de esto, al menos hasta diciembre pasado, su recorrido no contaba con un permiso oficial. De hecho, se manifestaron en un par de ocasiones fuera de la Secretaría Infraestructura, Movilidad y Transportes y en Casa Aguayo, sede de la Secretaría General de Gobierno, para solicitar que los dejaran circular.
Al inicio de este año, las unidades de «Nueva Generación Angelópolis» retomaron sus recorridos con su nuevo nombre, sin importar que por el trayecto que hacen se vean afectados los recorridos de las rutas 54, 54-A, 33, 45-A y Ruta Azteca. Además, por alguna casualidad, también interfiere con el derrotero de la Alimentadora 28 de RUTA.
Lo paradójico del asunto es que según los concesionarios afectados, el coordinador de la operación de la línea 3 del Metrobús en la Secretaría Infraestructura, Movilidad y Transportes, Abraham Sánchez González, ha permitido la operación de esta ruta fraudulenta.
Los concesionarios afirman que el negocio se ha gestado entre Valentín Zambrano Hernández, representante de estos mismos, y Sánchez González, quien durante años ha estado inmerso en asuntos del transporte público en Puebla.
Vale la pena señalar que hasta hace algunos días Valentín Zambrano se presentaba como integrante de la agrupación Antorcha Campesina y de esa forma operaba. Por esta misma razón Sánchez González decía a los concesionarios quejosos que “había que apoyar a Antorcha por instrucciones de arriba”, sin embargo, la organización popular se ha deslindado de Zambrano.
En medio de esta encrucijada, vale la pena preguntar a las autoridades: ¿Cómo es posible que se pueda tolerar a rutas que no cumplen con el reglamento: placas en regla, unidades útiles y recorridos pertinentes? ¿Cuando una unidad que infringe el reglamento, de inmediato se detiene e inhabilita?
Pero parece que este negocio entre particulares es tolerado, pues hasta pueden llevar sus unidades a protestar.