De la discriminación y las miradas incomodas
Por Ricarnage Loranca y Campos | Ilustración original Dr. Lakra
Sin duda alguna el uso del tatuaje en nuestro país y estado está en aumento, “in crescendo” para sonar más sofisticados. Los prejuicios, tabúes y mitos sobre esta práctica artística están esfumándose aunque aún existe cierto escozor por ellos.
El tatuaje es una modificación corporal permanente que consiste en pigmentar la piel creando dibujos, formas, palabras, etc. Se plasma con agujas alimentadas por una máquina especial que inyectan la tinta bajo de la epidermis.
Seguramente hace no más de diez años tu tía, madre o abuela te dijo que no te tatuaras, que eso era para gente ordinaria y corriente; pa piratas poes. “Pareces drogadicto y delincuente” era la frase más escuchada por todos aquellos afines al dolor que provoca el tatuaje, afortunadamente esto está cambiando, ¡en tu carota tía aburrida!.
En mayo del 2016 México dio un paso agigantado en el tema creando una ley que prohíbe la discriminación sobre el uso de tatuajes y perforaciones. Algo natural pues según datos del Universal en nuestro país 1 de cada 10 ciudadanos están tatuados, es decir cerca de 12 millones de personas que no pasan de los 20 años.
Estos datos nos dicen que los jóvenes están tatuándose sin parar, el negocio crece y no lo van a detener. A pesar de dicha ley y el crecimiento de este arte, muchas veces nos seguimos encontrado con gente intolerante y completamente hermética frente al tatuaje.
Aún no podemos ver o imaginar un político lleno de tatuajes en nuestro país, caso completamente contrario en República Checa, país que tuvo a Vladimir Franz, un candidato a la presidencia con más del 95% del cuerpo tatuado.
En Revista 360 Grados nos dimos a la tarea de hacer un breve sondeo sobre la discriminación del tatuaje en nuestra ciudad. Con más de 60 personas encuestadas pudimos constatar que realmente la discriminación del tatuaje está por terminar, pero aún existe un poco.
Del total de 65 encuestados el 75% aseguró que jamás ha sufrido algún tipo de discriminación por el tema de sus tatuajes pero que muchas veces siguen sintiendo las “miradas incomodas”.
Basándonos en las respuestas podemos asegurar que la gran mayoría de las personas que llegan a discriminar por el uso de tatuajes son personas mayores. Aquella parte de la sociedad que no nació con el tatuaje.
Norman Campos, Director de Seguridad Vial en la Secretaría de Movilidad, asegura: “Tengo 3, voy por los otros 3 el próximo sábado en todo el brazo, soy servidor público, normalmente no me he sentido discriminado, solo las miradas hacia los brazos, se notan sorprendidos, vas disfrazado de traje, normalmente no se ve tanto y cuando lo ven le ponen atención pero nada más”.
Regina Cardona, quien es violinista de profesión afirma que fue discriminada en una escuela, “Trabajaba en una primaria católica como maestra de música, daba el taller de violín por las tardes y me corrieron por mis tatuajes, porque -animaba a los alumnos a tatuarse-. Ahora doy clases privadas en mi casa y me va mejor”.
Sergio Miguel Jiménez Martínez, mejor conocido como “Cody Desire” en su medio, es un ingeniero en sistemas y fotógrafo que tuvo que denunciar a una empresa por caso de discriminación, “Me dijeron que era lamentable pero que tenían que cancelar mi proceso de contratación debido a que tenía tatuajes”.
Ayla Taboada es una maestra que también ha sufrido este tipo de trato, “tengo 6 tatuajes, soy maestra y si, la directora de la primera en la que trabajé terminó odiándome, no soportaba verme, decía que me la pasaba metiéndome cosas y que era, y cito textual, -una fácil drogadicta-, renuncié en chinga.
Para concluir, estamos seguros que en un futuro podremos ver una generación de adultos llena de tatuajes, “rayada”. Los jóvenes que hoy están decidiendo llenarse de tinta serán quienes eduquen a las nuevas generación para que no se siga manteniendo este tipo de discriminación.
Ahora sí podemos decir “parecías drogadicto y delincuente”, en pasado.
Por último queremos recomendar el tema música “Tanta Tinta” de Lng-Sht y Max Chinasky.