Los hoteles flotantes no son un invento nuevo. Los turistas sibaritas llevan décadas haciendo realidad sus sueños húmedos en hoteles como el Cocoa Island en las Maldivas. Pero diseñadores como Pierpaolo Lazzarini están llevando el concepto a otro nivel.
Hablamos de la iniciativa Pearl Suites, que propone una nueva forma más ecológica de hostelería. Llenan los mares de perlas en las que se puede dormir con todas las comodidades de un cinco estrellas, sin dañar el ambiente.
Las perlas son módulos flotantes, fáciles de ensamblar y de personalizar, que permitirán a las distintas cadenas hoteleras, extenderse sobre el agua o erigir nuevos hoteles acuáticos. Son isletas estables gracias a un sistema de giroscopio y con un ancla para fijarlas al fondo del mar y un motor eléctrico que les confiere cierta movilidad.
Cada una de las perlas es una isleta de unos 7 metros de diámetro y 22 metros cuadrados. Toda una habitación exclusiva que incluye una pequeña plataforma para la llegada de las lanchas que transportan a los huéspedes de tierra a mar y de mar a tierra.
El techo esférico es descapotable hasta la mitad, de modo que de día puede levantarse y convertir la isla en una plataforma en la que tomar el sol y de noche ofrecer la necesaria intimidad. Por otro lado, el suelo de la suite contiene varios depósitos de agua con los que opera el baño y la cocina.
En la parte que no es descapotable se encuentran los paneles solares que aportan toda la energía necesaria para una estancia: para el aire acondicionado, la iluminación, la nevera del hotel y el televisor. Y en caso de que el cielo se empeñara en estropear las soleadas vacaciones, un generador de hidrógeno sustituiría la energía solar asegurando la estancia.
Con información de Esquire