Por: Nilsa Gali | Jafet Moz
Así como existen héroes en los hospitales y consultorios médicos que se arriesgan día a día a contraer la COVID-19 y que consiguen con sus propios recursos del material sanitario para no contagiarse y de esa forma ayudar a la gente a salir adelante, existen también
profesionistas que pocas veces son tomados en cuenta en esta época de pandemia y que son los periodistas.
Diariamente, fotógrafos, camarógrafos, reporteros de la prensa escrita, digital, de radio o televisión salen a recorrer las calles en búsqueda de historias con el riesgo de contagiarse y afectar hasta a sus familias.
La COVID-19 es aquel apocalipsis que no habíamos vislumbrado. Esta pandemia, que se compara con la guerra, ha dejado las calles vacías, se han cerrado negocios y generado un alto número de desempleados. Los centros comerciales están cerrados y hasta los locales pequeños también se han visto afectados.
Nuestra realidad es presentada gracias a aquellos que documentan día a día con pasión y dedicación la situación en la que vivimos. En ocasiones, los periodistas también han sido víctimas de agresión, como el caso reciente en el hospital del IMSS San José, en el que un camarógrafo de una televisora fue golpeado por guardias de seguridad al impedirle hacer su trabajo y mostrar la inconformidad del personal médico ante la falta de equipo sanitario para tratar a pacientes con COVID-19.
Los periodistas se enfrentan a situaciones en las que deben hacer circo, maroma y teatro para conseguir la información.
Los fotógrafos, camarógrafos y reporteros, aquellos conductos por quienes nos llega la información, los poco elogiados, los olvidados; son aquellas personas que se enfrentan día a día a una inseguridad física y psicológica.
Hay que mencionar que a los periodistas poblanos no se les ha dotado de equipo de seguridad para salir a la calle; el miedo al contagio los ha llevado a tomar medidas de seguridad, se les ve por la calle con cubrebocas de concha, gel antibacterial y caretas que algunos han logrado conseguir gracias a personas que han sumado esfuerzos para ayudar a quienes lo necesitan.
Jafet Moz, fotoperiodista quien trabaja para la agencia fotográfica Es Imagen, es un ejemplo de muchos que día a día sale a la calle para llevarnos información con el riesgo de contagiarse.
Revista 360: ¿Qué has tenido que enfrentar al salir de casa para documentar la situación?
Jafet Moz: Antes que cualquier cosa pongo en riesgo mi salud y pongo en riesgo la salud de mi familia, trato de salir lo más protegido posible, porto un cubrebocas de tela, sobre eso una careta, mi gel antibacterial y spray antibacterial, guantes y unas toallas desinfectantes. Trato de documentar lo que está sucediendo a mi alrededor con la intención de seguir todos los pasos de salud posibles, al cuidarme cuido a mi esposa y a mi hija, al llegar a casa, antes de entrar, me cambio los zapatos, me desvistió y me doy un baño, una vez realizado todo saludo a mi familia, esa ropa se lava aparte; en el auto porto un Lysol el cual rocío en el volante, palanca y freno de mano.
¿Te has enfrentado al miedo psicológico del contagio al estar en hospitales o miedo a regresar a casa y contagiar a los tuyos?
Sí, tengo poco tiempo de ser papá y ese acontecimiento ha hecho que tenga mayor temor a la muerte o a causarle algún daño a mi familia, por el hecho de perderme o no ver el crecimiento de mi hija, al inicio de la pandemia, cuando el virus llegó a México y se daban los primeros casos en Puebla, mi preocupación era mínima, posteriormente me fui enterando de parte de personas cercanas que tenían familiares con esta enfermedad. Ya se dio el caso, incluso en el medio, pues un colaborador de un diario se infectó. Ese acontecimiento me hizo tener miedo y sugestionarme.
¿Qué experiencia ha marcado tu labor profesional en este tiempo de crisis?
Un día de suerte decidí ir al Hospital de Cholula para documentar los medios de salud que habían colocado para los familiares de los infectados por la COVID-19 y me topé con que en ese momento se iba a realizar el traslado de un infectado del Hospital General de Cholula a las Torres Angelopolitanas. Tuve la oportunidad de platicar incluso con el esposo de la paciente y al escuchar de su voz el miedo que tenía de que su esposa muriera y la decisión que tomó al llevarse a su esposa a otro lugar, porque en el medio de salud gubernamental no la cuidaron bien.
“Eso hizo que yo extremara mis cuidados. Ese hecho hizo que me sintiera vulnerable, en riesgo, tal vez la ignorancia. Tal vez el hecho de que no todos ven los traslados de contagiados. Me sentí desprotegido. Un choque de emociones me invadió, por un lado la emoción de ‘tenía la foto’, recuerdo marcarle a mi jefe y decirle: ‘lo logré, tengo el traslado, pero… quiero irme a casa a bañar…’ y, por otro, el miedo de haber estado cerca del lugar de infección”.
¿Cómo te ha hecho crecer profesionalmente?
Ha hecho que me exija a mí mismo el buscar más allá de cubrir lo esencial ante esta pandemia, ha hecho que me dedique a innovar sobre historias que no todos cuentan , por ejemplo, el fotorreportaje de una bailarina que ensaya en su casa, o una chica fitness que modificó su rutina implementando artículos de su casa.
¿Crees que la prensa debería recibir apoyo por parte del gobierno para ser dotados de mejor equipo de prevención?
No, porque si bien es una obligación documentar a los ciudadanos sobre lo que está sucediendo, nosotros no estamos combatiendo los casos de personas infectadas, creo que ese material debería ser distribuido a todo el personal del sector salud. Ojo, el sector salud no solo son los médicos, sino engloba a todas las personas que laboran en un hospital, desde el intendente, cocina, lavandería, médicos, etc. Ellos son quienes deberían ser dotados de toda una gama de equipo para protegerse.
Nosotros podemos utilizar material al alcance y tomar medidas drásticas para protegernos y proteger a los nuestros.
Al estar en la calle y platicar con la gente, ¿qué tanta credibilidad ves en las personas?
Muy poca. Creo que se le ha mentido tantas veces al pueblo mexicano que hoy piensa que esto no existe y es una mentira más.