Cada agosto, a la mitad del mes, el largo camino de la Tierra alrededor del Sol atraviesa una densa nube de escombros dejados a su paso por el cometa Swift-Tuttle, un visitante lejano que completa una vuelta al Sol cada 133 años. Cuando estas partículas entran en contacto con la atmósfera terrestre, producen bólidos de fuego que atraviesan el cielo nocturno fugazmente. Se trata de las Perseidas, la lluvia de estrellas más popular del verano y uno de los fenómenos astronómicos imperdibles año tras año.
¿Cuándo es el mejor momento para verlas?
Aunque los primeros meteoros comienzan a aparecer a mediados de julio y pueden alargarse hasta finales de agosto, el pico de actividad máxima de las Perseidas en 2023 tendrá lugar el fin de semana del 11 al 13 de agosto, cuando se podrán observar hasta 100 meteoros por hora en condiciones ideales. Con la Luna en cuarto menguante iluminada a menos del 15%, el escenario para mirar estrellas fugaces las noches del viernes 11 y sábado 12 resulta inmejorable.
Cómo encontrar las Perseidas en el cielo nocturno desde México
La fama que acompaña a las lluvias de estrellas más intensas del año (junto con las Perseidas, resaltan las Gemínidas de diciembre y las Cuadrántidas de enero) obedece a la facilidad para verlas: a diferencia de otros fenómenos astronómicos, para disfrutar de una lluvia de meteoros no hacen falta binoculares o telescopios, ni siquiera ubicar un punto particular del cielo nocturno.
A una velocidad de 58 kilómetros por segundo, la mayoría de Perseidas parecen surgir desde la constelación de Perseo, visible desde la medianoche y hasta el amanecer hacia el noreste en México; sin embargo, su fugacidad para surcar cualquier región del cielo nocturno en cuestión de segundos las hace impredecibles. De ahí que la mejor forma para mirar una lluvia de estrellas sea a ojo desnudo y en una posición cómoda, preferentemente acostado bocarriba, de modo que mantener la vista hacia el cielo de forma prolongada no suponga un esfuerzo para la postura.
La clave para ver más y mejores meteoros radica en dos factores: el grado de oscuridad y la amplitud del campo visual. Si es posible alejarse de las grandes ciudades y mirar desde un sitio libre de contaminación lumínica y sin obstáculos que interfieran con la bóveda celeste, como grandes edificios o árboles alrededor, el espectáculo estará asegurado. Dejar de lado la luz que emite el teléfono celular también es esencial para percibir más estrellas fugaces. Al cabo de una media hora en oscuridad total, los ojos se adaptarán y será posible captar más detalles del cielo nocturno.
(Con información de El País)