«Es una historia de amor peculiar,
porque el amor, en fin, es extraño».
Al sentir amor nuestros mundo cambia, vemos de diferentes formas lo cotidiano, incluso sentimos nuevas emociones o exploramos lugares que no conocíamos por estar junto a esa persona amada. De igual forma que uno puede sentir amor tan profundo, en su contra parte, el desamor, o el dolor también es un sentimiento puro, es simple y limpio; es decir, es un conjunto, no existiría el uno sin el otro.
Por tal motivo algunas personas sienten un amor mas perverso o incluso visceral que nos carcome poco a poco nuestras emociones; y ¿Qué pasa cuándo ese amor doloroso no nos satisface? Es simple; queremos más, buscamos más, hasta encontrar ese dolor o toparnos con ese “objeto” inamovible para destrozarnos y perdernos, perder por completo la razón.
Así de simple es la película Pet. Un amor llevado a la locura, a lo extraño y lo sádico.
Pet es del director Carles Torrens, el cual estrenó en el 2011, su ópera prima, “Emergo”, un falso documental de terror. Desde ese primer material, hasta está ultima propuesta; el director ha evolucionado y ha encontrado la forma simple de simplificar un amor perverso y doloroso. Con tomas simples y estética bien cuidada, junto con una fotografía no muy elaborada pero si limpia.
Cuenta con las actuaciones de Dominic Monaghan, Ksenia Solo, Jannette McCurdy y Nathan Parsons. El actor Dominic Monaghan, mejor conocido en interpretar a Charlie Pace, en la serie Lost, menciona que Pet “Es una historia de amor peculiar, porque el amor, en fin, es extraño”. Y es lo que el director trata de reflejar en su obra, ese momento extraño donde tienes al limite tus emociones y lo que detona al verse contra una fuerza mayor.
El film nos llevará a la clara obsesión que tiene Seth con Holly, una hermosa camarera. Desde varios intentos de salir con ella, pierde la paciencia y decide secuestrarla, meterla en una jaula para animales en el refugio en el que trabaja y aquí es donde se desarrolla la trama esa dinámica del cazador y la presa o en esté caso preguntándonos ¿Quién es el dueño o quién es la mascota? De la misma forma refleja esa obsesión que tiene Holly por sentirse desprotegida, indefensa; si nos adentramos a su psique podemos entender del trastorno que tiene y la urgencia de encontrar a alguien que la domine y le cause el dolor más placentero, ese dolor más puro que pide a gritos tener.
Se podría ver que es una película un tanto simple en cuanto trama, pero en el trasfondo, refleja con claridad esa mente perversa, o ese juego de inocencia, que la misma Holly trata de proyectar, incluso ella misma provoca en Seth esa obsesión.
Pet nos adentra en ese terror psicológico donde la tortura, sangre, dolor incluso amor juegan un papel importante en el desarrollo de la trama y la psicología de los personajes. Por lo tanto veo que es una trama sorprendente mezclando un poco ese juego de caperucita roja y el lobo.
En cuanto a las actuaciones se ve esa proyección de locura y ese miedo que quiso trasmitir el director.
Para finalizar hay que destacar que el director maneja bien los tópicos de las películas de terror, si envuelve bien los personajes y mantienen ese ritmo; aunque al principio trata de arrancar con fuerza o atrapar al espectador pero decae un poco y al clímax le falta esa dureza que tienen las películas de terror actuales. Pero al final se desborda todo; se destapa la verdadera “identidad” de Holly, es magistral esa revelación ya que gracias a eso tiene más coherencia el desarrollo del personaje de Holly y entienden más la trama.
Clacletas al calce
- Rodada en los Ángeles, en cuatro semanas.
- En el 2014, el director ganó en Sitges el premio “Cine365 Film”, el cual invirtió para la película.
- Sus principales referencias para la película fueron “Átame”, de Pedro Almodóvar y “Luna de Hiel” de Polanski
- Dicho por el mismo director; que la primera parte de Pet, evocaría al cine indie americano de los 90 y la segunda mitad es un reflejo de la tortura del género “torture porn” similar a las películas de Saw y Hostal.
- Pet ganó como mejor guión en Sitges 2016.