Víctor Chávez | El Financiero
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) alertó que en México el pico de la epidemia de coronavirus COVID-19 “será ahora, en agosto” y consideró que las medidas tomadas por el gobierno mexicano, como las de otros de la región de las Américas, “no han alcanzado hasta ahora la efectividad para controlar la transmisión”.
“Las medidas adoptadas fueron importantes para reducir la velocidad de la transmisión, pero no alcanzaron hasta ahora la efectividad para controlar la transmisión y reducir la curva que va bajando hasta tener sólo casos aislados”, advirtió el organismo internacional.
Cuestionado sobre la situación de la pandemia del coronavirus en México, Jarbas Barbosa, subdirector de la OPS, comentó que “el pico esperamos que ocurra ahora”. Por ello recomendó “que se analice cómo las medidas de distanciamiento social pueden ser más eficaces, cómo pueden proteger a las familias pobres o a las personas que se encuentran en la economía informal”.
“Cuando realizamos pronósticos tomamos casos que se basan en otros países que han tenido una situación como en las Américas. Por supuesto, nosotros esperamos que el pico sea en agosto, para que se puedan controlar la transmisión y el contagio, pero después tienen que ofrecer también sistemas de control después de este pico”, aclaró Barbosa.
Se trata –recalcó– buscar la manera de que “se puedan respetar las medidas de distanciamiento social”.
En conferencia virtual, el experto insistió en que “estas son las medidas que se deben incorporar en ciudades, en provincias o en estados donde todavía se están viendo números realmente altos de casos nuevos; de manera que el pico, probablemente, esperamos que ocurra ahora, dado que los países han trabajado arduamente y pueden lograr el control del contagio”.
Explicó que “el patrón de transmisión que tenemos en América Latina es distinto de lo que ha ocurrido en Europa; en algunos países de Europa, como Italia, Alemania o Francia, tuvimos una explosión de casos muy fuerte, pero con las medidas fuertes de distanciamiento social que fueron tomadas, esas medidas fueron muy efectivas para lograr, después de 4 a 6 semanas, una tendencia de reducción de casos, por lo que se configuró una primera ola bien identificada”.
Sin embargo –aclaró– “en América Latina la transmisión tiene otra dinámica; las medidas adoptadas fueron importantes para reducir la velocidad de la transmisión, pero no alcanzaron hasta ahora la efectividad para controlar la transmisión”.
Por su parte, la directora de la OPS, Carissa Etienne, alertó también que, además de que en los países de las Américas “la tendencia de la pandemia es creciente” y de que “se están presenciando picos en los casos de COVID que muchos países luchan por manejar”, el nivel de desatención de otras enfermedades, como la diabetes, la hipertensión, entre muchas otras, “ha sido devastador”.
Informó que “realizamos una encuesta a 27 países que muestran que la mitad de los programas para la diabetes y aquellos que están diseñados para controlar la hipertensión han sido interrumpidos a nivel de la atención primaria”.
Además, “en algunos países las consultas por embarazo también se han reducido en un 40 por ciento, en comparación con el año anterior, con lo cual, aumentan los riesgos para las embarazadas y sus bebés”, expuso.
Por eso, la funcionaria internacional planteó que los países de la región de las Américas, cuando menos, deben destinar el 6 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) al gasto en salud, para lograr una atención universal y que se priorice el reforzamiento del primer nivel de atención, estimó.