Ignacia Serrano, Alejandro Marreros, Francisca Zamora e Ignacio Carmona son cuatro habitantes del municipio de Ixtacamaxtitlán, Puebla, donde la empresa canadiense Almaden Minerals pretende instalar una mina a cielo abierto para extraer oro y plata, lo cual implicaría daños irreversibles al medio ambiente, a la salud y violaría los derechos humanos de sus habitantes.
Por ello, viajarán a Canadá desde hoy y hasta el 12 de diciembre, junto a las organizaciones PODER, Unión de Ejidos y Comunidades en Defensa de la Tierra, el Agua y la Vida, Atcolhua, CESDER e IMDEC, con el propósito de visibilizar la violación a sus derechos humanos al agua potable, la salud y a un medio ambiente sano.
En Canadá, los afectados mantendrán encuentros con tomadores de decisiones, inversionistas y aliados de otros movimientos sociales, a quienes les presentarán los resultados de una Evaluación de Impacto en Derechos Humanos (EIDH) que las comunidades de la región realizaron junto con científicos y especialistas en medio ambiente e investigación empresarial.
El proyecto minero Ixtaca, como lo denomina la empresa, se ubica en la cabecera de la cuenca del río Apulco, a unos cuantos metros de la población de Santa María, en el citado municipio, y afectaría las tierras de cultivo de la población de Loma Larga.
Almaden Minerals tiene la concesión para empezar a explorar desde 2011, pero para la explotación necesita los informes de impacto ambiental. La concesión les fue otorgada por 50 años y, teóricamente, comenzarían a explotar en 2015, pero debido a la movilización de la comunidad para que les sea retirada la concesión, los planes van con retraso.