Para el maestro Juan Luis Hernández Avendaño, académico de la Ibero Puebla, después de 25 siglos el concepto del poder no ha cambiado: se trata de la influencia que una persona puede ejercer sobre otra u otras. Sin embargo, en la actualidad se practica y se busca de maneras muy distintas. Revista 360º – Instrucciones para vivir en Puebla conversó con él sobre este tema y cómo se va a configurar a nivel local y nacional rumbo al 2018.
El escenario local:
En Puebla el escenario va a estar muy interesante, puesto que la elección local se empalma con la nacional y esta última va a tener mucha injerencia en la primera. Aquí la competencia real va a ser PAN vs Morena, porque el PRI cavó su tumba al colaborar con Moreno Valle durante su administración. En el congreso local se aprobó todo lo que Moreno Valle ordenó, de modo que en ningún momento el PRI jugó como una oposición real; no fue una sorpresa, por tanto, el hecho de que Blanca Alcalá no representara ningún peligro para el PAN en la elección del año pasado. Para 2018 no creo que cambie el panorama: por un lado, el PRI sigue sin un proyecto definido que haga contrapeso al programa morenovallista, finalmente el propio Moreno Valle se encargó de “tragarse” toda la posible fuerza que el partido pudo tener en su momento.
Por otro lado, a nivel nacional la “marca” PRI está muy desprestigiada: corrupción, el tema de los exgobernadores, el destape de los sobornos en distintas dependencias, la escalada de violencia, en fin, el ejercicio de la política como negocio en lugar de como asunto de estado. Ahora bien, Morena puede jugar en Puebla un papel muy importante como oposición del PAN si tomamos en cuenta, de entrada, el arrastre que desde el frente nacional puede ejercer la figura del propio López Obrador. A nivel local vemos que Morena está armando una especie de panal, es decir, de atracción de fuerzas que puedan sumarse al movimiento. Pero ¡cuidado!, tienen que ser muy inteligentes a la hora de elegir a quiénes aceptan, porque lo peor que podría pasarles es tener en sus filas a ilustres exmarinistas que buscan volver a la palestra.
Del lado del PAN, el hecho de que Martha Érika Alonso haya levantado la mano es señal de que hay un caciquismo que pretende seguir vivo en Puebla. Me parece una mujer que tiene pocos negativos, pero el más grande de ellos es su esposo; más allá de que haya sido un gobernador bueno o malo, finalmente fue gobernador y la gente, en México en general y en Puebla en particular, ya no creo que tenga tanta paciencia para aguantar caciques.
El escenario nacional:
En el plano nacional, lo que los partidos están haciendo es influir en la estrategia, ¿y cuál es la estrategia? El voto “anti”, el voto negativo. Claramente, los frentes de esta lucha serán el voto anti-PRI y el anti-López Obrador. Un ejemplo de cómo van a funcionar las cosas en el 2018 ya nos lo dio la elección en el Estado de México, donde de manera oficial ganó el PRI, pero fue más que evidente la fuerza del voto anti-PRI. Así que tomando en cuenta esta experiencia, el PRI ya empezó a mover sus fichas y ha visto la conveniencia de poner un candidato “menos priísta”, romper los candados para atraer más votos con una figura aparentemente menos política. Aquí es donde suenan los nombres de José Antonio Meade, Aurelio Nuño o José Narro.
Contra López Obrador ya se ve cuál va a ser el sentido de la guerra sucia: si en 2006 fue el “peligro para México”, en 2018 será “no permitamos que México se convierta en Venezuela”. Sin embargo, de parte de Morena aún no se ve una clara estrategia contra esta guerra sucia, no hay contundencia en su respuesta, puesto que, si ésta va a ser el silencio, no será en ningún sentido una buena jugada. En el PAN las cosas están aparentemente más complicadas, según la óptica desde la que se vea, pero lo mejor para ellos sería buscar una alianza con el PRD y lanzar un candidato transversalmente partidario, y ahí entran los nombres de Ricardo Anaya, Miguel Ángel Mancera o el propio Moreno Valle. Desde luego, este escenario se rompe si tomamos en cuenta a Margarita Zavala, a quien el PRD ve como una candidata ultraconservadora y ella misma y su esposo serían los primeros en ir en contra de cualquier alianza con este partido.
El escenario social:
Tanto a nivel local como nacional la sociedad está bastante heterogénea en lo que a la participación política concierne, y para el 2018 vamos a tener tres grupos muy claros en las elecciones:
1) El sector al que todo lo político lo confunde y lo inhibe, de modo que prefieren quedarse en sus casas, no por apatía, simplemente porque no entiende de qué va todo el proceso electoral, y desde luego que este grupo es parte de la estrategia: la inhibición del voto es tan importante como los votos que se depositan en la urna.
2) Está también el sector que responderá en la forma en que vea que se vaya dando el proceso y sus circunstancias: son aquellos que van a estar atentos al reforzamiento de las filias y fobias populares respecto a uno u otro candidato y, desde luego, es el sector más maleable.
3) Finalmente están aquellos convencidos de que “puede suceder algo”, aquellos que consideran que las cosas no deben seguir así, son los que leen periódicos y ven noticias; se trata también del grupo más pequeño y por lo tanto puede crecer más. Al final de cuentas, todo indica que cada vez menos gente está dispuesta a aguantar que un grupo se perpetúe en el poder. Parece que conocen aquella frase que dijo un británico [George Bernard Shaw] en 1925: “A los políticos, como a los pañales, hay que cambiarlos a menudo y por los mismos motivos”.