Un disco grabado en 1971 titulado “Adios a los Beatles” por la “Banda Plástica de Tepetlixpa” fue el detonante para descubrir porqué unos músicos de un pueblo entre los límites de Puebla y el Estado de México, decidieron hacer éste álbum con canciones del cuarteto de Liverpool a ritmo de tambora.
Lo más curioso es que mientras la música se escucha con tamborazos y trompetas desafinadas y con el acompañamiento tradicional del tachún-tachún o el chuntata, chuntata es una joya musical cargada de nostalgia y sentimentalismo que transporta de inmediato al México rural, al de las localidades donde los habitantes todavía amenizan las fiestas patronales con grupos de viento, sólo que en esta ocasión con Eleonor Rigby, Yesterday y Let it be.
Tepetlixpa, Estado de México.- En este municipio ubicado en los límites con Puebla se creó la leyenda de que por ahí habían pasado los Beatles ya que iban a Oaxaca a ver a María Sabina y que, como se cuentan en las historias de terror, el automóvil de los músicos más famosos del siglo pasado se descompuso así que se vieron obligados a quedarse ahí por unos días.
Bebieron pulque, comieron mole y con las guitarras del pueblo seguramente cantaron Nowhere man y estuvieron ahí festejando con cervezas calientes.
Y es que en la contraportada de la caja que contiene el LP viene el siguiente texto que sin querer dio paso a una leyenda combinada: “Y el viaje mágico y misterioso empezó. En su recorrido visitaron de incógnito México, pasaron por Oaxaca donde tuvieron experiencias misteriosas solo comparables a las del lejano Tíbet”.
El texto sigue: “alguien les contó la leyenda de nuestros volcanes y los magos desviaron el autobús hacia el “Popo” y el “Ixta”, después de visitarlos quedaron impresionados. Pasaron por un pintoresco pueblito del estado de México llamado Tepetlixpa donde los reconocieron dándoles una bienvenida inolvidable con mole, pulque, nopales y totopos.
Y cuál sería su sorpresa al escuchar la banda interpretar números de ellos: no pudieron más y se les rodaron lágrimas de emoción y expresaron su agradecimiento por las muestras de afecto recibidas. –No los olvidaremos- dijeron- ha llegado la hora de partir- y se fueron llevándonos en su pensamiento”.
Emprender el viaje hacia Tepetlixpa, te lleva a un municipio del estado de México a solo 40 minutos de Cuautla, Morelos sitiado entre lomas aledañas a los legendarios volcanes. Al llegar al pintoresco pueblo no hay mayor punto de orientación que la presidencia municipal. Y lo más curioso es que nadie sabe nada de el paso de los Beatles por dicha región.
En la búsqueda encontramos que Julio Ortiz era el representante de la banda. Si, esa, que tocó como dicen en el norte “con madre”.
Don Julio, aquel que vibró con Hey Jude, estaba sentado meneando el chile molido en una cazuela. El hombre de poco más de los sesenta años se acomodaba su sombrero, llevaba puestos sus huaraches de suela de llanta y al mirar al equipo de 360 grados pregunto:
-¿En que los puedo ayudar? Estoy un poco ocupado, lo que pasa es que el novenario del fallecimiento de mi mamá, pero dígame.
Uno se hubiera imaginado una mezcla del hippie con toques muy yeyé de los cincuentas, pero no. Este era un hombre humilde.
-¿Nos puede decir que tanto cierto es que los Beatles pasaron por este lugar?
La pregunta no le sorprendió pero le provocó una mueca que posiblemente lo hizo olvidar el duelo que guardaba.
-¿Los Bitles? ¡Noooo joven! ¿Cómo cree?
Pero es que hay un disco que grabó su banda, y en la contraportada viene un pequeño…
-¡Ah!- me interrumpe- pues ahí le pusieron que pasaron por aquí, que comieron totopos con nopales y tomaron pulque. Pero no, podrían haber ido a Acapulco, Monterrey y el DF pero ¿pasar a este pueblito?, nooo! Son ingleses, ellos están arriba nomás nos voltean a ver pa´bajo- dijo sarcásticamente y volvió a remover el chile en su cazuelita de barro.
El creador de Adiós a Los Beatles, posó para la cámara en el lugar donde hace 39 años su padre, abuelo y tíos se tomaron la fotografía para la portada de vinilo que es un artículo de colección.
La banda de Tepetlixpa surgió por 1870 y ha participado en gran cantidad de eventos políticos. Es decir, ellos son los típicos que dicen arriba el señor presidente y arriba el señor de “endenantes”.
No obstante a lo folklórico del personaje y su banda, ellos cuentan con el reconocimiento de algunos ex gobernadores como César Camacho Quiroz.
-¿Oiga y ya la verdad, don Julio, cómo fue esto del disco? – se le insistió.
-El disco la verdad está mal hecho, los instrumentos suenan muy desafinados. Imagínese si nos escuchas estos señores (los bitles). Yo creo que se burlarían de nosotros y dirían “primero afinen sus aparatos y luego tocan nuestras canciones”.
-¿Y entonces por qué lo grabaron? – Se insistió nuevamente.
-Eran las canciones que estaban de moda en ese tiempo, y pues se les ocurrió grabarlas muy a su estilo. Aunque la verdad no sabemos quienes sean los que ganaron las regalías de ese disco.
Preguntamos por el paradero de unas fotografías que supuestamente se tomaron con el cuarteto, y obviamente por el disco que les dio fama y que los internautas beatlemaniacos y no fans de los músicos ingleses lo consideren como una verdadera obra de arte, además de ser el homenaje más sincero y honesto que sea grabado.
Don Julio, ya sin su chilito. Tomó una trompeta y confesó que la historia le ha dado fama a la banda- que recortó su nombre solo a “Tepe”- incluso a nivel internacional, especialmente en Alemania donde habitantes de ese país han viajado hasta Tepetlixpa para preguntar acerca del mito despertado a principios de los 70´s.
¿Entonces vinieron o no vinieron los Beatles?
-Pues usted póngale que sí. Que comieron totopos, mole, nopales, bebieron pulque y todos contentos (risas).