Por Zeus / @eljovenzeus
Hay de conspiraciones a conspiraciones: algunas no generan problema, otras sí, porque se pueden transformar en fanatismo y afectar a terceros, como los antivacunas, quienes han logrado que muchas de las enfermedades que habían sido eliminadas de nuestras vidas, volvieran.
No pasa nada si uno piensa que Elvis Presley está vivo y es agente de la CIA, pero sí afecta pensar que los médicos matan deliberadamente a las personas que llegan con coronavirus al hospital. No pasa nada si alguien cree en el Dios cristiano, pero sí cuando una turba de pobladores lincha a unos universitarios, como ocurrió en Canoa en 1968. Es por esa razón, y en medio de la pandemia por la COVID-19, que buscamos a un grupo de especialistas en psicología para que nos explicaran por qué los humanos creemos y caemos en las teorías de conspiración, que datan desde que el ser humano apareció en el planeta. Sin más preámbulos, les dejamos esta entrevista que les puede ayudar a abrir los ojos, porque detrás de las teorías pudiera haber alguien que maquiavélicamente nos está manipulando.
Las razones
Es sábado por la tarde, estamos en el set en el que quincenalmente se graba el podcast Psicoterapia para Llevar, que se transmite en YouTube, Spotify, iTunes y otras plataformas de streaming. Acomodados tres sillones con sus respectivos micrófonos, una computadora y un equipo de audio son el escenario para la entrevista con Revista 360º Instrucciones para vivir en Puebla.
Psicoterapia para Llevar es un programa en el que participan tres terapeutas: Betzabé Vancini Romero, Martha Gutiérrez Medina y Juan Alberto González Aguilar. Estamos a punto de arrancar la entrevista en Plenia, un conjunto de consultorios dedicado a la salud mental, ubicado en el fraccionamiento Estrellas del Sur.
Recientemente, en dicho podcast presentaron el programa “La personalidad conspiradora”, en el que invitaron al productor del programa, Juan Pablo Moreno Castillo, para hablar sobre las teorías de conspiración y la razón de por qué el ser humano es tan vulnerable al creer en historias que carecen de todo fundamento científico.
El problema de las teorías de la conspiración, explica la psicoterapeuta humanista con especialidad en mindfulness, Martha Gutiérrez Medina, no es que alguien crea en Pie Grande o en extraterrestres, lo grave es que hay temas que pueden dañar a terceros física o psicológicamente, o que pueden atentar contra la integridad de una o más personas.
“Es como los que aún no creen en la COVID-19”, interrumpe Betzabé Vancini Romero, también psicoterapeuta humanista existencial con enfoque clínico, “o como los que te manejan el cuarto y quinto paso, todos estos grupos de supuesta superación personal, o los que hablan de la ley de la atracción”.
Juan Alberto Aguilar, psicoterapeuta Gestalt, opina que hay que ver a los que creen en las teorías de la conspiración desde un lugar responsable, en el que se entienda por qué las personas se aferran a creer historias sin sustento y comprender que muchos lo hacen para buscar un sentido de pertenencia, para tener certeza o un aparente sostén ante la incertidumbre, una sensación de control, y lo que buscan los terapeutas es entender la coherencia y la lógica de una persona que cree en una teoría de la conspiración.
Betzabé Vancini explica que una de las razones por las que cualquiera puede caer en una historia conspirativa es por el miedo; por ejemplo, los antivacunas han diseminado la idea de que inyectar a los niños les puede generar problemas de salud; incluso hay grupos que se dedican a esparcir campañas de miedo. “El miedo es irracional, es una emoción que, por excelencia, no nos deja pensar de manera lógica, porque solo reaccionamos. La racionalidad, entonces, pasa a segundo plano. Y el miedo te lleva al odio”. Así, el miedo es la base de este tipo de teorías
El capitalismo, añade Betzabé Vancini, te conduce a ciertas actitudes de consumo y a ciertas ganancias. Todo lleva a agruparse y a rechazar lo diferente, como un cristiano que rechaza a los homosexuales. “Y todo eso me va a llevar a agruparme con una serie de personas que tienen una serie de hábitos de consumo”.
Fisiológica y antropológicamente, los humanos tenemos la necesidad de pertenecer a un grupo o tribu. Necesitamos pertenecer a algo, a lo que sea, porque lo contrario es el rechazo y el abandono; eso hace que los humanos busquemos creencias o proyectos que se basen en historias o conocimientos que a veces están fuera de toda lógica, en datos irracionales o inverosímiles.
A decir de Martha Gutiérrez, en México las escuelas y universidades no hacen énfasis en el pensamiento crítico, de manera que las falacias son más fáciles de creer, porque frente a tanta desinformación y la incapacidad para buscar fuentes confiables de conocimiento, provocan la caída en el tren del pensamiento ilógico.
Revista 360º (R360): Tenemos un presidente que ante la COVID-19 sacó unas estampitas y dijo que con eso y un detente se erradicaba la enfermedad.
Betzabé Vancini (BV): Sí, precisamente es esta falacia de autoridad; como lo dice una persona que tiene un puesto alto debe ser verdad, y no es cierto, y es ese el tipo de cosas que decía Martha [Gutiérrez] que sí dañan, porque en lugar de decirte “usa cubrebocas, lávate las manos, mantén distancia social, ponte gel, no salgan los días que no tienes que salir” […], al final sí acaba pasándole la factura a las personas, o sea, no es algo inocente, es algo que acaba causando daño”.
R360: Digamos que la parte conspirativa es más bien de quien da los datos falsos con metas de control sobre los demás.
BV: Tenemos un gobierno profundamente conspirativo, y me voy a aventar de lleno.
Tenemos un gobierno que cree profundamente en teorías de la conspiración, o sea, todo lo que se opina y que no vaya con la línea de Andrés Manuel López Obrador es conspiración, para él todo sus opuestos son los conservadores, o sea, yo quiero que me expliquen cómo es que las feministas proaborto somos conservadoras, o cómo acusa de conservadoras a quienes pintaron un cuadro de Francisco I. Madero, pero es justo esta creencia de conspiración de este hombrecito (AMLO) que cree que sus enemigos están en todas partes; alguna vez la gente me tiró un montón de tierra diciendo que estaba loca por decir que el presidente era megalómano que creía en teorías de la conspiración.
“A López Obrador, además, se le generó un caldo de cultivo perfecto, porque estamos justamente, como decía Martha, en una sociedad que no está orientada a un pensamiento crítico, y en un momento donde todos estamos aterrorizados, polarizados. Hay muchísima incertidumbre; entonces, claro, llegan estas teorías a brindar cierta sensación de control, de saber más que el de junto, competencia incluso de ‘mi teoría es mejor que la tuya’”.
R360: ¿Cualquiera puede ser caldo de cultivo y podemos caer en falacias?
Juan Alberto Aguilar (JAA): Las personas no caen maliciosamente. Hay necesidad de la persona de certeza y su miedo es genuino y es válido, eso es una realidad, o sea, todos necesitamos algo que nos dé certeza, algo que nos haga sentir pertenecientes y algo que nos ayude a paliar el miedo a morir y eso es válido. Lo que ya no es válido es lo turbio, es cuando estas teorías o esta búsqueda de certeza y esta búsqueda de paliar el miedo acaban dañando a otros, dañándose a sí mismo, y fomentan el odio.
Por eso, añade el terapeuta, “es importantísimo asumir la responsabilidad de filtrar la información que consumimos y ser responsables también de lo que difundimos”.
R360: ¿La religión (cualquiera) entra dentro de las teorías conspirativas?
JAA: Sí, es la forma de paliar el miedo, y una necesidad inherente al ser humano es explicar su existencia y su origen. Entonces, podríamos decir que en el contexto de tratar de darle una razón a nuestra vida se puede fácilmente caer en una idea falsa o en información sin evidencia. Podemos decir que, incluso, las teorías de conspiración son inherentes o estas creencias pueden ser inherentes al mismo ser humano. Por eso, pienso que hay que ir más allá y ver cómo y por qué funcionan las teorías o ideas religiosas, cómo funcionan o ayudan a sostener a la gente, también.
R360: ¿Han tenido pacientes que han sido o son víctimas de este tipo de engaños?
BV: Sí, yo creo que todos, pero en mi caso lo que más me ha tocado trabajar es con personas que creen en la ley de la atracción, porque además es horrible que hay otros profesionales de la psicoterapia que abonan a esto y he tenido casos de violaciones, por ejemplo, en los que algún psicoterapeuta les dice: “pues ese era tu peor miedo y por eso te pasó, tú lo atrajiste, o, claro que
tu matrimonio iba a fracasar, porque todo el tiempo estabas pensando que iba a fracasar”. Entonces, este tipo de cosas, que son conspirativas, que no tienen ninguna base científica, sí permean mucho en la sociedad, y sí he tenido personas que vienen a terapia pidiéndome que les reprograme los pensamientos para que no piensen en cosas negativas y no les pasa ni lo primero, eso es pensamiento mágico y no va por ahí.
Martha Gutiérrez (MG): Hemos tenido pacientes que cuando los mandamos al psiquiatra salen con el rollo de que no quieren ir porque piensan que los vamos a controlar y les daremos medicamento con el que les va a ir peor. Hay personas que quieren algo rápido, entonces buscan en la homeopatía o en los ángeles (grupo que se dedica a contactar ángeles para que les corrijan su rumbo), en la lectura del tarot o en esta onda precisamente de la ley de atracción, y pueden incluso tener brotes psicóticos porque se acusan ellos mismos de que tienen pensamientos negativos sobre su cuerpo. Eso provoca que se lastimen o incluso a personas de su propia familia.
R360: Muchas de estas asociaciones son como religiones o sectas, aunque se presuman como organizaciones. Y entiendo que pueden crecer por la vulnerabilidad del humano.
MG: Exacto, si no, no habría religiones, no habría sectas, no habría partidos políticos, no habría equipos de futbol o simplemente el psicópata que te dice así: “mira, es que traigo este frasquito, que si te tomas bla bla, bla…” y simplemente es un psicópata manipulador que quiere ganar dinero. Que es un poco de lo que decíamos en el episodio en esta parte que nos preguntamos, qué gana la otra persona si nos convence, y entonces, si me está vendiendo algo, pues está fácil: gana dinero.
R360: ¿Por qué hay gente que asegura que sí le ha cambiado su vida: ya sea El Secreto, el cristianismo, los ángeles, las constelaciones?
MG: Pues porque el miedo es cabrón y el efecto placebo existe, y porque cambió su vida, y puede que sí cambió su vida, pero no por las circunstancias, sino por el significado que le dio, no por la terapia de ángeles, sino por el significado que le dio, y eso no quiere decir que sea sostenible, pero sucedió, puede que no sea psicoterapéutico, pero sí hay muchas cosas que sí son terapéuticas, que no son psicoterapia, pero que sí le resultan terapéuticas a algunas personas.
JAA: Exacto, es más bien este efecto placebo del que habla Martha y que, además, puede no ser sostenible o no es sostenible cuando hay otras cosas de fondo qué tratar, como decíamos, “bueno, a ver, a ver, si soy bipolar me ayuda meditar y ponerme inciensos y si me ayuda, ¿me va a curar la bipolaridad?, pues no”.
R360: Le puede ayudar a tranquilizarlo.
JAA: Sí, puede ser una herramienta, pero no la cura.
R360: Hay psicólogos que manejan terapia de ángeles o de lectura del tarot o de pensamientos mágicos como decretar.
BV: Hay mucho dinero ahí. Conocemos gente que ni la licenciatura, ni el posgrado, ni tienen nada y cobran muchísimo por su pseudoterapia de moda como el tarot, barras, constelaciones, etc. Por ejemplo, la gente que hace constelaciones, eso está cero avalado, y de hecho los psicólogos y psicoterapeutas que hagan eso pierden su cédula profesional si lo practican, porque es una pseudociencia y no está registrado ni avalado. Es tan delicado que puede detonar hasta ataques de pánico. Una constelación tiene un promedio y solo para entrar a participar unos dos mil pesos, si le sumas y le echas cuentas hasta que son más o menos 15 o 20 personas, más los que van a constelar que pagan más. ¿Por qué hay gente dedicándose a eso?, pues porque hay dinero y porque hay poca ética, o sea, porque hay mucho pendejo, bien diría Martha Gutiérrez, y hay mucho dinero ahí.
R360: ¿Detrás de las teorías conspirativas siempre hay alguien que se aprovecha de los demás con engaños o manipulaciones?
BV: Un psicópata listillo que dice: aquí está la lana.
R360: ¿Y ellos no tienen cura?
MG: No.
R360: ¿Por qué?
MG: Porque no quieren, básicamente. Hablando de estadísticas, el pronóstico para la recuperación de un sociópata o psicópata es prácticamente nulo, porque precisamente no existe esta capacidad de empatizar, esta capacidad de ponerse en los zapatos del otro y pensar que el otro puede tal vez sufrir o puede experimentar dolor, no existe, y menos si el contexto se lo refuerza, porque entonces estos hombres se vuelven ultra importantes, superfamosos, supermillonarios y, entonces, ¿por qué cambiarían, sabes? Además, no hay un contexto que les refuerce una necesidad de cambio.
Cumplen con un patrón de una triada que justo lo hace muy difícil de trabajar, que es el narcisismo, la sociopatía y el maquiavelismo. Entonces, si juntas esos tres, que son la triada del psicópata, pues es muy difícil y prácticamente imposible.
R360: Entonces un partido político también está lleno de ellos.
BV: Por supuesto, la mayoría de los políticos y abogados son sociópatas y cumplen con esa triada. Carecen de remordimiento, no hay capacidad de empatía, no hay compasión, no hay culpa. El periodismo no se queda muy atrás, ahí tienes gente reprobable, psicópata y sociópata. Hay algunos que si fueran guapos y carismáticos podrían ser líderes de una secta.
R360: ¿Una persona que cae en una secta o religión, o incluso en un partido político, puede tener cura?
JAA: Sí se puede, solo que lo difícil es salirse de ahí, porque siente que decepcionará al líder y que puede romper además con todo su círculo y sus redes de apoyo. Y ahí tener una pérdida. El miedo a la pérdida es muy cabrón, el miedo a la muerte.
Se mueve el rechazo, el rechazo es de las emociones y de las heridas más profundas, porque justo yo, fisiológicamente, no puedo saber si este rechazo conlleva el hecho de que me están dejando allá con los lobos a que me coman o que estoy en una secta que me está diciendo: “no vas a entrar si no cumples con esto”.
Uno de los temas que se toca en la entrevista es el pensamiento mágico, esa visión de que lo que crees lo creas, de que el universo conspira a tu favor, que si piensas algo negativo te sucederá solo porque lo estás atrayendo. Ese es uno de los pensamientos que más ha prosperado en la época de las redes sociales.
Lo mismo la física cuántica, que no necesariamente tiene que ver con el estudio de la física y la ciencia, sino más bien con una idea errónea de que todo se genera desde el cerebro y esto va a afectar todo un entorno solo por el pensamiento. Eso se llama mágico, porque no está basado en nada más que una idea, y hasta el momento no se ha podido demostrar científicamente.
Para Juan Aguilar se puede ayudar a la gente que ha entrado en fanatismos o sectas desde un enfoque de la psicoterapia humanista existencial. Desde el punto de vista de validar el miedo, de reconocer la necesidad de pertenencia y la búsqueda de satisfacerse, pero hay formas más sanas, y que la persona entienda qué factores le hicieron vulnerable a caer ahí, porque por algo llegó ahí, algo buscaba, algo necesitaba, y simplemente lo encontró en un lugar que no era y que acabó más bien haciéndole daño. Entonces, se trata de entender ese origen y buscando siempre las maneras más compasivas y de autocuidado para poder salir de ahí o replantearse lo que eso significa.
R360: En México existe la derecha o El Yunque. He sabido que es muy fuerte que alguien se salga, porque cargan con mucha responsabilidad, y luego terminan rompiendo con ellos y se sienten culpables, aunque no haya contrato, solo una iniciación y un juramento.
MG: Imagínate, el contrato moral es mucho más pesado, por eso la terapia es una buena opción, o sea, ya sea durante el proceso de separación de algo así o posterior, la terapia es una muy buena opción.
R360: ¿Por qué el contrato moral es más pesado?
MG: Porque genera culpa, porque es esta parte de complacer, de pertenecer o la culpa de no hacerlo, de deber algo, y la culpa es una de las emociones más fuertes y destructivas que hay. Y sí es un proceso complicado, porque yo siento que, al salirse de algo así es equiparable a salir de una relación abusiva, porque son movimientos que te aíslan, que te han dejado sin tus redes de apoyo, que te van drenando recursos económicos, recursos emocionales, y que es lo que pasa en una relación abusiva y lo que viene después de eso, o sea, como ya te das cuenta de lo que está ocurriendo es muy fuerte emocionalmente, porque hay que reconstruir todo.
JAA: Yo añadiría que es la inadecuación, o sea, cuando sales de ahí, justo la sensación de inadecuación que tiene que ver mucho con la vergüenza, es el hecho de sentir que no vienes al caso, que esto que hiciste está mal y que eso posteriormente se transforma o de cómo caíste ahí o al revés, “cómo hice yo esas cosas, cómo dejé que me engañaran así”, da mucha culpa, da mucha vergüenza.
MG: Sí, “por qué perdí tanto tiempo ahí, perdí mi dinero”.
BV: Exacto, o la sensación de que por haber estado ahí perdí a mis amigos, me alejé de mi familia o a lo mejor al salirme yo estoy perdiendo, “mejor me regreso, porque al salirme estoy perdiendo la panacea o estoy perdiendo el paraíso terrenal que tal vez sí existe y yo incrédulo”; es la idea de que si me muero me voy al cielo, al infierno, a otra vida, o voy a perder mi salvación.
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Psicoterapia para Llevar
La radio y la televisión ya no serán como antes, por más que nos saturen en los canales tradicionales, las compañías de paga nos vendan sus programaciones, la radio no cambie de contenidos y solo sirva para acompañar al que está en un taller, al taxista o chofer de alguna aplicación como Uber o Cabify, pues ahora los sistemas de streaming rompieron la forma de entretener e informar.
En la década pasada y a mediados del 2000, un personaje que había salido de la radio, llamado Olallo Rubio, impactó con un podcast en español. Era semanal y con personajes que se volvieron entrañables. Lo mejor es que en ese formato no había censura de contenido ni de vocabulario.
Además, se podía escuchar a cualquier hora del día y repetirlo las veces que se quisiera.
Posteriormente se volvió un paquete completo llamado Convoy, que en esta ciudad no ha tenido tanto éxito, aunque sí en la Ciudad de México y en lugares como Monterrey o Guadalajara, e incluso fuera del país.
En la Angelópolis la situación va cambiando y cada vez hay más opciones fuera de la radio tradicional. Este es el caso que nos interesa: desde un pequeño búnker ubicado en Estrellas del Sur, llamado Plenia, la vida cambió y los sábados de cada 15 días se graba el programa Psicoterapia para Llevar, que se puede escuchar en Spotify, iTunes y Youtube.
¿De qué trata? Para empezar, son tres terapeutas: Betzabé Vancini Romero, psicoterapeuta humanista existencial con enfoque clínico; Martha Gutiérrez Medina, psicoterapeuta con especialidad en mindfulness, y Juan Alberto González Aguilar, psicoterapeuta humanista Gestalt, apoyados en la parte técnica por Juan Pablo Moreno Castillo (JP) y por el artista Camus Altamirano, quien desarrolla toda el área de ilustración y presentación del contenido.
Los tres juntos hablan de ellos mismos, de temas que nos pegan a cualquiera, como el estrés, la angustia, la infidelidad, las relaciones tóxicas, miedos, complejos y todo de una manera desparpajada, agradable. No es esa visión de psicólogo o psiquiatra que viene a componer el mundo y lo dice como si solo él conociera la verdad absoluta, más bien aquí se trata de comprender, de ayudar, de consolar.
El estilo, si se me permite la palabra, es muy desmadroso, entretenido, agradable. Arrancaron en pleno 2020, cuando ya estaban la pandemia y el confinamiento. Y cada programa da luz o sentido a cosas que a veces no le encontrábamos sentido.
La historia de cómo empezaron es como siempre se hacen las cosas: amistad, coincidencia, genialidad. A decir de Martha Gutiérrez, todo comenzó una noche que los tres se habían quedado en las oficinas de Plenia —en donde se encuentran sus consultorios— y ya era muy tarde. “Coincidió que salimos al mismo tiempo y en lugar de irnos a descansar a nuestras casitas nos quedamos platicando acá en la sala alrededor de una hora. Durante esa hora hablamos sobre experiencias que habíamos tenido con nuestra propia salud mental, dificultades, de alimentación en particular, y de repente fue como ‘oigan, deberíamos haber grabado esta plática, deberíamos hacer un podcast’”.
Por experiencias personales, algunos tenemos la idea de que el psicólogo o psiquiatra es aquel que señala con el dedo acusador sobre cómo es que nos comportamos, pero la verdad es que aquí no es así, pues los tres juntos generan un espacio de confianza, y basado en ese ambiente se dieron cuenta de que si grababan una charla en la que hablaran sobre diferentes tipos de trastornos de las personas, que ayudara a que el escucha se diera cuenta de que no es el único que lo ha sufrido y que hay salida, sería de mucho beneficio.
En la planeación se dieron cuenta de que la gente que conoce a personas con algunos problemas o trastornos les dice fácilmente: “no te preocupes, ya pasará”, o frases que no generan empatía, como cuando alguien tiene depresión y se le dice que es porque es huevón o anda desempleado.
“Entonces dijimos ‘imagínate cuánta gente, que si nosotros nos dedicamos a esto tenemos estas experiencias de vida donde la gente ha invalidado nuestras emociones y nuestras necesidades, cuánta gente habrá allá afuera que también se sintió invalidada’”, refiere Martha Gutiérrez, cuando recuerda su origen.
Juan Aguilar agrega: “También algo que nos jaló mucho y nos ayudó mucho fue cuando platicábamos, pues más que como tres psicólogos lo hicimos como tres amigos que resulta que son profesionales en la salud mental, pero estábamos hablando desde nuestra propia historia y creo que justo ese fue el punto que hizo pensar en la posibilidad de hacer un podcast y compartirlo desde ahí: desde la humanidad, mucho más allá de la profesión.
“Además, me acuerdo que cuando terminamos el primer programa Betza dijo esta frase de: ‘es que me siento muy apapachada y muy sostenida’, entonces no nada más pensamos en el aporte a nivel teórico que podíamos dar, sino en este apapacho y acompañamiento”.
Como referimos líneas arriba, el formato es muy ligero, desparpajado, divertido, y se hizo así porque ese formato es el que querían para que las personas los escucharan, se sintieran cómodos, sentados en la misma sala en la que graban, riéndose, identificándose, y sobre todo, “que no se sientan juzgados ni analizados y no querían estar desde ese trono de ‘yo soy perfecto o solo me dedico a trabajar contigo, pequeño ser defectuoso’. Queríamos ser tres personas reales y muy auténticas”, cuenta Betzabé Vancini.
—¿Les han reclamado por hablar tan libremente?
—les pregunto.
—De hecho por ahí hace tiempo nos hicieron una crítica de nuestro lenguaje y los tres dijimos ‘pues vale madre, así hablamos, así son los términos que ocupamos y ni modo’, queríamos esta frescura
—dice Vancini en entrevista con Revista 360º.
El podcast ha ido creciendo con grandes estadísticas en Spotify, pues no solo los escuchan en Puebla. Ya llega a países de habla hispana y de otras lenguas, como España, Costa Rica, Guatemala, Canadá, Estados Unidos e Israel.
La retroalimentación ha sido igual con ellos, les han enviado mensajes a sus cuentas personales de redes sociales, pues muchos de sus escuchas se han sentido identificados, en el sentido de que ya no es necesario cargar culpas de temas que todos hemos padecido.
El podcast se llama Psicoterapia para Llevar, en el cual se van a divertir, a informar y, sin lugar a duda, aprenderán a ver la vida desde otro punto de vista. Y ahí en Spotify o iTunes ya pueden escuchar su segunda y tercera temporada.