Seguramente has oído hablar de Mérida, de la famosa ciudad blanca. Tiene su prestigio porque la comida es deliciosa, su gente es única y se dice que es de las ciudades más limpias de México. Si planeas viajar a Cancún, tienes que darte la oportunidad de visitar esta bellísima ciudad, que ahora es reconocida mundialmente por su arquitectura, con trazos limpios, influencias europeas y materiales orgánicos.
Recientemente, Mérida recibió el nombramiento de mejor Ciudad del Mundo según los lectores de la revista Condé Nast Traveler. Se ubicó en el primer sitio de la lista de la edición 32 de los Reader’s Choice Awards de esa revista, seguida de otras localidades pequeñas como Dresde, Alemania; Quebec, Canadá; Salzburgo, Austria; Puerto Vallarta, México; Bergen, Noruega; Florencia, Italia; Puebla, México; Monte Carlo, Mónaco y Colonia, Alemania.
En los últimos años, Mérida se ha convertido en uno de los destinos turísticos favoritos a nivel internacional. De acuerdo con Condé Nast Traveler, la razón por la cual Mérida se ha vuelto tan popular está relacionada con su estilo arquitectónico que dota a la ciudad como el ejemplo perfecto entre la modernidad y la tradición.
Además, la posibilidad de acceder a la playa, como Puerto Progreso, o a sitios arqueológicos reconocidos por la UNESCO como patrimonio de la humanidad, como lo son Chichén Itzá y Uxmal, es un gran atractivo que turistas y residentes tienen la oportunidad de aprovechar al máximo.
Ganadora por su atmosfera colonial y edificios afrancesados
Ubicada en la península del estado, la capital de Yucatán se fundó en 1542 por el militar español Francisco de Montejo. Fue uno de los primeros lugares en el país en ser colonizado, dejando una clara influencia española en sus edificaciones que se diferencian del resto de México.
La ciudad se comenzó a organizar de modo jerárquico y una forma de ahorrar fue con arquitectura sencilla de paredes lisas y pocos detalles. El inicio de un nuevo siglo se acercaba y los pueblos de Mérida comenzaron a expandirse. Localidades como San Cristóbal se añadieron al mapa y las riquezas se concentraron en la capital. En ese entonces las casas eran simples, con inspiración italiana y detalles con cantera.
El cambio se dio a la llegada del Porfiriato. Es bien sabido que Porfirio Díaz exportó ideas, corrientes y la arquitectura europea a nuestro país. Fue esa etapa la que hizo que políticos y familias adineradas buscaran reformar las calles y casas yucatecas con el fin de convertirla en una ciudad ecléctica y de vanguardia.
Poco a poco, la ciudad transitó intermitentemente por diversos cambios tecnológicos y artísticos, y la arquitectura de Mérida se convirtió en la joya que conocemos hoy en día.
Con información de: Forbes/ AdMagazine