En el mundo cinematográfico, el género del terror tiene igual cantidad de fanáticos que detractores. Se tienen evidencias de que las personas que disfrutan ver películas de terror pueden gozar de un mejor estado de salud; esto puede deberse a varias razones, tales como el incremento de ciertas sustancias químicas a nivel cerebral o a la adquisición de la capacidad de lidiar con el estrés en un ambiente controlado. Conoce a fondo de qué hablamos:
Refuerzan nuestra capacidad de afrontamiento
Tal como lo demostraron los investigadores, ver películas de terror puede disminuir los niveles de ansiedad y fortalecer nuestra capacidad de afrontamiento; esto quiere decir que aprendemos que somos capaces de afrontar eficazmente las situaciones que nos generan miedo.
Una de las teorías explicativas en torno a este tema es la teoría del ambiente controlado; de acuerdo a estos planteamientos, al ver películas de terror, aprendemos a estar tranquilos ante situaciones de miedo en un ambiente controlado en un contexto conocido, lo que nos hace sentir más seguros. Acorde a esta propuesta, en la medida en la que nos exponemos a situaciones que nos generan temor, nos desensibilizamos a estos contenidos, por lo que aprendemos a convivir con el miedo y la ansiedad.
Adicionalmente, como nos encontramos en un lugar seguro, bien sea el cine o nuestro hogar, no ocurren realmente estas situaciones que nos generan temor; por lo tanto, los niveles de ansiedad van disminuyendo, hasta que aprendemos que somos capaces de afrontar situaciones tenebrosas sin que nada malo ocurra.
El estrés puede mejorar nuestro estado de ánimo
Otra teoría es la del “buen estrés”; de acuerdo a esta propuesta, cuando nos sometemos a niveles controlables de estrés podemos gozar de algunos beneficios, debemos tener en cuenta que las respuestas de estrés promueven respuestas inmunológicas que pueden protegernos contra agentes patógenos.
Adicionalmente, cuando vemos películas de terror, a nivel cerebral se liberan ciertos neurotransmisores y hormonas, tales como la adrenalina, el cortisol y la dopamina; estas sustancias producen euforia y, en cierta medida, se asocian a un mejor estado de ánimo; tal como ocurre cuando nos montamos en una montaña rusa.
Más que la película, lo que importa es la experiencia
Una última explicación respecto a este fenómeno gira en torno a las personas con las que compartimos nuestra afición por las películas de terror; específicamente, los investigadores plantean que, la mayoría de las veces, el contenido de la película no es tan importante como lo es la experiencia en si misma; esto incluye las personas que nos acompañan así como también el contexto en el que se comparte la afición.
De esta manera, ver películas de terror puede ser beneficioso para la salud en la medida en la que esta afición se asocia a relaciones satisfactorias y situaciones entrañables que generan bienestar.
Con información de Tekcrispy