No vapear, no calentar tabaco, pero tampoco fumar. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha firmado un decreto que prohíbe la “circulación y comercialización” de vapeadores y cigarrillos electrónicos. Primero, el Gobierno vetó la importación de estos dispositivos, una medida tumbada posteriormente por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Después, otras instituciones se sumaron la batalla. Hace algunas semanas, el Senado aprobó la Ley de Impuestos Generales de Importación y Exportación, con lo que estos productos quedaron nuevamente prohibidos a su importación legal, ya que actualmente ni vapeadores ni calentadores se producen en el país. Hoy, finalmente, el presidente ha prohibido su venta legal.
La decisión se ha adoptado también después de que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) declarara una alerta sanitaria máxima por los riesgos para la salud que representan todas las modalidades de productos alternativos al tabaco. Adicionalmente, la Secretaría de Gobernación y entidades locales han emprendido varias campañas para localizar y decomisar estos dispositivos en al menos una decena de Estados.
Este dispositivo usa varios saborizantes para “enganchar a los niños y adolescentes que después serán consumidores de otras drogas”
senadora Lilia Valdez
Uno de los argumentos que se dio para prohibir cualquier tipo de dispositivo vaporizador, ya sea que se trate de productos con o sin nicotina, es que se usan varios saborizantes para “enganchar a los niños y adolescentes que después serán consumidores de otras drogas”, dijo la senadora Lilia Valdez antes de la aprobación de la ley.
Andrea Constantini, jefa de relacionamiento científico para Latinoamérica y Canadá de Philip Morris Internacional, asegura que la prohibición en general origina más canales para que los menores lleguen a los productos no regulados. “Las prohibiciones solo llevan a una mayor cantidad de ilícitos, falta de control, de mercado negro y de no saber qué es lo que consume la población, sobre todo para los menores, quienes adquieren productos por canales donde no existe ningún control”, dice en entrevista.
Regular para mejorar los productos
De acuerdo con datos de varios comercializadores de productos alternativos con y sin nicotina, estos productos contienen hasta un 95% menos de sustancias nocivas para la salud, causantes de Enfermedad Pulmonar Oclusiva Crónica (EPOC) y varios tipos de cáncer. Pese a ello, la Organización de Naciones Unidas (ONU) ha sido enfática en decir que, aunque se puede tratar de una alternativa para los fumadores ya existentes, no se trata de productos que estén exentos de causar daños a la salud.
En Estados Unidos, donde la FDA regula los cigarrillos electrónicos desde 2016, se estima que poco más de dos millones de jóvenes de entre 14 y 17 años, vapean.
Para la industria regulada, dejar fuera a los menores de edad no es la discusión, sino que se trata de una opción para adultos que debe dejar fuera el mercado negro de cigarrillos. “Es fundamental regular para que los productos de calidad estén a mano de los adultos que ya fuman, al mismo tiempo que se protege a los menores de edad y a las personas que no fuman, alejándolos del humo dañino del tabaco”, finaliza Constantini.
Con información de El País