La vitamina D es un nutriente necesario para mantener los huesos fuertes. Entre sus funciones está la correcta absorción del calcio y fosfato a través de los alimentos, también se encarga de la función tiroidea y de la insulina, y mejora la función inmunitaria, de acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH por sus siglas en inglés).
Los niveles bajos o la carencia de esta vitamina están relacionados con los trastornos del sueño y, en los casos más graves, los adultos desarrollan osteomalacia y osteoporosis. En el caso de los niños es el raquitismo, un padecimiento que debilita los huesos.
Quienes son más propensos a tener deficiencia de vitamina D son: adultos mayores, mujeres embarazadas, y quienes padecen enfermedades de malabsorción de nutrientes. Otros factores que influyen en la carencia de la vitamina son una dieta poco saludable y la inadecuada exposición a la luz solar.
De acuerdo con datos publicados en un artÃculo de la revista Nutrients, la vitamina D desempeña un papel importante en los mecanismos fisiológicos, incluyendo el sueño.
Es importante destacar que además de la correcta absorción en del calcio a través de los alimentos, esta vitamina regula el sistema inmune y disminuye la liberación de sustancias inflamatorias.
Por lo que los receptores de la vitamina D se expresan en el cerebro de una manera en la que mejoran el ciclo del sueño y sus etapas.
Entre los alimentos que la contienen están los productos lácteos fortificados, aceites vegetales, pescado, hÃgado, entre otros.
(Con información de El Universal)