Por Ana Teyssier
Enclavada en los Llanos de San Juan de la sierra nororiental del estado de Puebla, encontramos a pie de carretera en la comunidad ejidal de Emancipación Quetzalapa, Tlachichuca un majestuoso conjunto arquitectónico colonial conocido como la exhacienda Quetzalapa. Antaño, la entonces hacienda formaba parte de una red de haciendas que conformaban un vasto latifundio propiedad de la familia Couttolenc procedente de Barcelonnette, Francia entre cuyas actividades productivas destacó la agricultura y la industria harinera.
Los relatos orales indican que la vocación productiva de la exhacienda era el molido de trigo, probablemente a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX las haciendas de la Capilla, Tlachichuca, Santa Inés y Paso Nacional tuvieron la misma vocación al pertenecer a los mismos propietarios.
Actualmente es posible apreciar la exhacienda a pie de la carretera estatal que comunica a los municipios de Tlachichuca y Guadalupe Victoria, a lo lejos se observa una imponente nave de dos aguas destechada y con múltiples ventanales que parecen estancados en el tiempo, conforme se va uno acercando aparece un agreste puente de piedra bajo el cual cruza un río lleno de piedras que suele secarse o inundarse continuamente, en contra esquina se encuentra la capilla de Santa Bárbara. El primer torreón a pie de carretera comunica a la entrada principal y frente a esta cruzando la calle, se encuentra un conjunto de arcos labrados que se presume fue la tienda de raya.
De acuerdo con las crónicas locales, la hacienda Quetzalapa funcionó hasta mediados de los años 30´s del siglo XX y se dice que los peones se mostraban reacios a abandonarla, la describen como una próspera hacienda junto a un río arbolado y con vías férreas sobre las que circulaba el tren y “el capulincillo”, un vehículo para uso particular del propietario y su familia.
Está documentada la resistencia de los propietarios de la hacienda a los decretos presidenciales de acción de dotación de tierras que parecen haber inspirado el nombre del ejido, Emancipación Quetzalapa, y hasta finales de los años 40´s continúo la ampliación del reparto de tierras.
La exhacienda aún permanece sitiada con habitaciones, bodegas y patios (casco); se dice que en su parte norte estaba ubicada la era de trilla y probablemente la imponente nave paralela al río servía de troje, a simple vista parece que la nave tuvo varios entrepisos y tal vez los ventanales proporcionaban luz natural para evitar humedades y plagas.
Hosca, enigmática, majestuosa, permanece allí, estoica en el tiempo, para recordarnos su historia y nuestra temporalidad.
Acerca de la autora, Ana Teyssier
Poblanóloga, escritora, cronista e investigadora cultural independiente. Premio Municipal de la Juventud y Galardón Poblano Distinguido. Ciudadana 360°.
anateyssi@gmail.com