En el capítulo «Metalhead» de la famosa serie Black Mirror, aparecen perros robot que son unas verdaderas máquinas asesinas, y la inteligencia del hombre no puede contra ellos. Su programación los hace tan hábiles y rápidos, que da miedo saber hasta dónde podemos llegar con la inteligencia artificial.
Recientemente, Xiaomi presentó a Cyberdog, un perro robot que viene con las mejores intenciones. Su cuerpo es de plástico y metal, con un lomo gris reluciente. Sus patas parecen demasiado finas hasta que empieza a andar y machaca el suelo con pisadas marciales. En la testa tiene dos redondeles, una lente binocular que deja espacio en medio para una cámara con Inteligencia artificial (el cerebro está entre los ojos).
Las referencias que tenemos de perros robóticos no resultan especialmente simpáticas. Uno de los más conocidos es el de Boston Dynamics, la compañía que pasó a ser propiedad de Google, quien después la revendió al grupo nipón Softbank y más tarde fue a parar a manos de Hyundai.
Al Cyberdog de Xiaomi, que se puede ver estos días en el MWC 2022 de Barcelona, se le nota que es una versión más evolucionada. Es bajito y se le han programado gestos amigables. Se maneja por control remoto con una aplicación móvil. Aunque en el futuro la compañía espera que pueda ser gobernado mediante comandos por voz, sería algo parecido a dar órdenes a tu perro (el de ahora, el de carne y hueso) solo que incluso la inteligencia artificial entendería mejor tus deseos y no tendrías que limpiar residuos.
Este perro robótico puede andar y correr con cierta velocidad, dar una vuelta completa sobre sí mismo, incluso dar una voltereta hacia atrás.
En ocasiones tiene un punto amenazador: es difícil salvar el valle inquietante, una hipótesis que dicta que cuanto más parecidos son los robots a las formas animales, especialmente humanas, más desasosiego nos generan.
Cuando Cyberdog se alza sobre sus cuartos traseros motorizados no sabes si es una especie de acto de obediencia, como si estuviera pidiendo comida o si será para lanzarse como una bestia del apocalipsis robótico.
Una de las futuras aplicaciones de este can-máquina se encuadra en la asistencia a mayores o personas con discapacidades. Puede acompañar a alguien gracias a sus cámaras y a su inteligencia artificial que identifica a quien tiene que seguir. También puede servir de ayuda para llevar hasta tres kilos de peso en su lomo, ya sea la compra del día o cualquier otra necesidad.
Otros de los posibles casos de uso será la seguridad, como por ejemplo, hacer la ronda que haría un vigilante en un polígono industrial. Desde luego, oír acercarse a esta criatura por la noche con sus chasquidos electrónicos y su pisoteo tenso puede resultar bastante disuasorio.
Funciona con cámaras y micrófonos, sus sentidos para captar el entorno, que procesa mediante inteligencia artificial con hardware de Nvidia. En cuanto a los sensores, muchos de ellos tienen la marca de Intel, confirma Fabio Arena.
De momento se vende en China, la máquina es más barata de lo que se podría pensar: el equivalente a 1.500 euros. Para la siguiente generación de su perro robótico, Xiaomi ensaya con sensores para incorporarle olfato artificial.
Con información de El País.