El inicio del nuevo ciclo escolar suele generar presión económica en las familias, en especial por las listas de útiles extensas que muchas veces requieren compras desde cero. Sin embargo, es posible ahorrar y cuidar el medio ambiente si se planifica con tiempo una estrategia de reutilización.
De acuerdo con un análisis del INEGI y Profeco, el gasto promedio por alumno en el regreso a clases supera los 3,000 pesos, considerando mochila, útiles y uniformes. Muchas veces este gasto puede reducirse si se revisan a fondo los materiales del ciclo anterior.
El primer paso es revisar cuadernos, colores, lápices, juegos de geometría, tijeras y mochilas. Cuadernos con hojas en blanco aún pueden aprovecharse para otras materias o reciclaje. Muchos lápices y plumas están en buen estado, y los colores pueden afilarse y clasificarse.
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Organizar un intercambio de útiles escolares entre familias, vecinos o compañeros también puede ser una gran idea para que todos accedan a materiales útiles sin necesidad de comprar nuevos.
Otra estrategia útil es personalizar los materiales viejos con etiquetas o forros nuevos, lo que les da un aspecto renovado y atractivo para los niños. Incluso puede ser una actividad creativa previa al inicio de clases.
Además, es importante fomentar la conciencia ecológica y de consumo responsable en casa. Evitar el desperdicio, enseñar a cuidar lo que se tiene y mostrar cómo reutilizar materiales refuerza valores de sostenibilidad y colaboración.
Con estas acciones, las familias pueden reducir gastos, enseñar a sus hijos a valorar lo que tienen y, al mismo tiempo, cuidar el planeta.